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Economía

Conversaciones irreverentes

Daniel Lacalle: "La sanidad y la educación se usan como excusa para disfrazar el despilfarro"

Entrevista al economista español, que defiende que los países de nuestro entorno con impuestos más bajos "tienen mejores" servicios de sanidad y educación

Daniel Lacalle
Daniel Lacalle Efe

Daniel Lacalle (Madrid, 1967) es uno de los economistas más mediáticos del país. Digamos que no rezuma optimismo estos días. Más bien, todo lo contrario. La inflación, la crisis energética, la fiscalidad española y la demagogia gubernamental han provocado que su nivel de crítica sea muy elevado, como se demuestra en esta entrevista.

Durante alrededor de media hora de conversación, hace un repaso a todos estos asuntos y expresa su enfado con Pedro Sánchez, con los sindicatos, con los medios de comunicación y con todos aquellos que han puesto paños calientes, desde sus tribunas, a una situación que es mucho más complicada de lo que dicen.

Pregunta: Inflación ha alcanzado el 9,8%. Somos más pobres…

Respuesta: El IPC es una medida de la inflación, pero no es la inflación per se. Es una cesta que selecciona el Instituto Nacional de Estadística a partir de los bienes y servicios que utilizamos en el día a día… y esos han subido mucho de precio. Eso es fatal para los ciudadanos. La inflación es especialmente perniciosa para los pobres y les hace perder mucho poder adquisitivo. También les quita la ilusión por ahorrar. La inflación significa que hay una mano en tu bolsillo minando tu capacidad de comprar y de ahorrar.

P: Una gran generadora de desilusión…

R: Claro. La inflación es un síntoma claro de que la economía está mal. Equivale a tener fiebre. Es como una fuerza que lucha contra los ciudadanos que se esfuerzan por ahorrar. El Gobierno atribuye este problema al contexto mundial, pero recordemos que la inflación en España es muchísimo más alta que en los países comparables de nuestro entorno.

P: El ciudadano de a pie que viera la rueda de prensa del Consejo de Ministros del otro día, pensaría: bueno, pese a la inflación, al menos han prohibido a mi empresa que me despida…

R: El Gobierno utiliza la propaganda y la mentira para intentar mantener relativamente contentos a sus votantes, pero la prohibición del despido es una tontería. Lo más aberrante es que el Gobierno intente transmitir que las empresas se aprovechan de la inflación, la crisis y la pandemia para despedir. Está cargando las culpas sobre los empresarios que han tomado un préstamo y han hecho todo lo posible por mantener el empleo, poniendo a los trabajadores en ERTE, por ejemplo… Esto es pura demagogia y tiene el objetivo de demonizar a la empresa. Porque, de lo contrario, los ciudadanos podrían girar su vista hacia el Gobierno y empezar a cuestionarse si las medidas que ha tomado son las adecuadas. Quizás entonces descubrieran que en Moncloa son unos incompetentes.

P: ¿Saldremos de esta crisis con un tejido productivo ‘tocado’?

R: Mucho más dañado, sin duda. Este Gobierno ha subido todos los impuestos al tejido productivo y le ha puesto todas las dificultades posibles. La última, la de prohibir despedir a quien ha pedido ayudas. ¿Pero qué ayudas? Si las que han ayudado al Estado son las empresas, que han sobrevivido, que generan empleo y que aportan. Están intentando en Moncloa constantemente vender la falacia de que ha sido el Estado el que ha salvado a las empresas, cuando ha sucedido al contrario.

P: Ninguna torre más alta que el Estado dentro del propio Estado…

R: Efectivamente. Si es que…, la prohibición del despido por causas objetivas es extremadamente dañina para la inmensa mayoría de las pymes y las microempresas. También para la contratación. Es que si el Gobierno, cuando la economía crece te sube los impuestos y cuando la economía entra en barrena te prohíbe despedir…, habrá quien diga: yo no contrato.

La prohibición del despido por causas objetivas es extremadamente dañina para la inmensa mayoría de las pymes y las microempresas. También para la contratación

P: ¿Ayudará la inflación a reducir el desempleo?

R: La curva de Philips, que es el fenómeno al que te refieres, está más que desmontada por la vía de los hechos. Si la alta inflación generase mucho empleo, en Argentina y Venezuela estarían importando empleo de otros países. En España, cuando había unos niveles más altos de inflación, tenía un paro del 23 – 24%.

P: Pepe Álvarez dijo que si se bajan los impuestos se perjudica la sanidad y la educación…

R: Y toda la burocracia y las subvenciones… y perdonar la deuda a la Generalitat y aumentar las subvenciones a los sindicatos. La idea de que el Estado sólo puede tener ingresos crecientes y constantes es una tontería. Bajar los impuestos no pone en peligro ni la sanidad ni la educación. Países de nuestro entorno con impuestos más bajos tienen mejores sanidad y educación. Lo que pasa es que estos dos servicios públicos se utilizan como excusa para disfrazar el enorme despilfarro de un país que tiene 60.000 millones de ineficiencia en el gasto y 14.000 millones de subvenciones fantasma, según la AIReF.

P: ¿Nos encaminamos hacia Argentina?

R: Bueno…, yo diría que peor que Argentina. Ese país está en una situación absolutamente devastada por la política monetaria y el Estado hipertrofiado, pero allí exportan soja o carne. Pero es que nosotros no tenemos materias primas. Si no estuviéramos en la Unión Europea y en el euro; y tuviéramos a este Gobierno, que propone recetas peronistas, estaríamos mucho peor que allí, claro.

P: ¿Hay posibilidad de remontar o esto es irreversible?

R: La situación de España se puede remontar haciendo lo contrario a lo que propone este Gobierno. Están poniendo a las empresas, las familias y los ciudadanos al servicio de la burocracia y el exceso de gasto político. Lo que hay que hacer es lo contrario: reformas estructurales que aumenten la productividad y ayuden al tejido productivo a sobrevivir. Hay que bajar los impuestos, reducir la burocracia y la grasa del Estado… hay que sacar adelante una economía que tiene muchísimo potencial. Hay que terminar con la fiscalidad extractiva y confiscatoria.

P: ¿Qué impuestos bajamos primero?

R: Hay que deflactar los impuestos monetarios que deberían haberse deflactado en 2021 con la inflación. Hay que reducir las mal llamadas cuotas sociales, que son impuestos al trabajo. Hay que reducir los impuestos a la inversión y a la creación de empleo. También los de las empresas y las familias. Hay que reducir el IRPF, el de Sociedades. Hay que eliminar el impuesto de actividades económicas y el de patrimonio. Se trata de tener una fiscalidad orientada a aumentar las bases imponibles… pero no a confiscar lo poco que quede en cada una de las crisis.

P: ¿Cómo atraer inversión del exterior?

R: Se necesitan dos cosas: fiscalidad y burocracia. España es un país en el que estamos acostumbrados a escuchar que se tardan dos o tres años en recibir una licencia. Eso es intolerable. Pero eso se puede modificar. España tiene un gran potencial, eso no lo duda nadie. ¿Qué es lo que hace que se frene ese potencial? La fiscalidad y la burocracia extractivas y confiscatorias. No se puede percibir al que invierte como un cajero automático. Hay que apoyar a quien quiera hacerlo. Y la administración tiene que administrar mejor lo que tiene, no pedir a los ciudadanos más, más… y cada vez más.

No se puede percibir al que invierte como un cajero automático. Hay que apoyar a quien quiera hacerlo.

P: Se ha dicho estos días que España es una isla energética. ¿Alguna apreciación que realizar a este concepto?

R: Primero, el concepto de que España es una isla energética es un truco. España tiene menos interconexiones con Francia, pero tiene más acceso a regasificación que ningún país y más conexiones con el sur que muchos otros países. La política del Gobierno ha aislado a España. Decir eso es más acertado. Ellos lo que querían hacer es cerrar las plantas nucleares y utilizar la CNMC para limitar el acceso a la interconexión con Francia. Se ha actuado a partir de ideología y eso no tiene ningún sentido. Ahora hablan de limitar el precio del gas. ¡Pero si España no tiene ninguna dependencia del gas ruso y tiene más opciones de diversificación de esta energía que ninguno de los países del entorno! El Gobierno ha intentado justificar sus errores y su sectarismo con esta mentira.

P: No es la situación como la dibujan…

R: La Comisión Europea ha tenido siempre en cuenta el nivel de conexiones de España con el resto de Europa. Pero que tenga más o menos interconexiones no disfraza el problema de verdad, y es que en la misma Península Ibérica está Portugal y allí la tarifa regulada por el Gobierno es de 44 euros por megavatio/hora y la de España es de 108. ¿Por qué? Porque el Gobierno español se ha negado desde hace dos años a ligar el término energético de la tarifa regulada al mercado de futuros, cuando en todo nuestro entorno es así. Ahora utilizan un truco de trilero, que es el de definirnos como ‘isla energética’…

P: ¿Debemos abrir el debate sobre la construcción de nuevas centrales nucleares?

R: Invertir en nuclear, gas, solar, viento… en todo… es absolutamente clave porque lo que nosotros debemos hacer es garantizar la seguridad del suministro. Tener nuclear te garantiza eso. La solar y la eólica son intermitentes, volátiles e imposibles de planificar. Por eso, tú tienes que tener energías de base (hidráulica, nuclear o gas) que funcionen el 100% del tiempo. Hay que des-ideologizar la planificación del sector energético y fortalecer la inversión en energías de base para diversificar y garantizar la seguridad del suministro.

Los gobiernos van a aprovechar –y éste en particular- este entorno de crisis para desempolvar fallidas ideas económicas, como la autarquía, el proteccionismo, el control de precios o los pactos de rentas

P: ¿Se interrumpirá la globalización con los últimos cambios geopolíticos?

R: Los gobiernos van a aprovechar –y éste en particular- este entorno de crisis para desempolvar fallidas ideas económicas, como la autarquía, el proteccionismo, el control de precios o los pactos de rentas (qué concepto estúpido). La tentación proteccionista la tendrán. El objetivo de eso será el control. Pero esos conceptos a lo que llevan es a la escasez y a la miseria. Suena muy bien la idea de no importar nada de determinados países. Pero claro, ¿a quién exportas luego?

P: Nuevo currículum educativo para la secundaria, pero la economía no se refuerza…

R: Es que este Gobierno se pasa todo el día hablando de la educación y la está destruyendo. En España se ha vendido la idea de que la educación pública debe ser el Gobierno quien decida lo que entra o no entra en los currículum de los colegios. Eso condena a los jóvenes y a los niños a la miseria intelectual y, sobre todo, a la frustración. Eso intenta convertir a los ciudadanos en rehenes y clientes. Esto que están haciendo es atacar la educación.

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