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Economía

El coste del despido es un 63% más barato que hace diez años

Imagen de archivo

El concepto de “abaratamiento del despido” se ha convertido en una expresión recurrente entre nuestros políticos, sobre todo a raíz de la conversión de la regulación del empleo en España tras la puesta en marcha de la polémica reforma laboral por parte del Partido Popular hace algo más de ocho años.

Ideologías aparte, despedir a un trabajador sale bastante más barato ahora que hace diez años, según las cifras proporcionadas por la Encuesta de Coste Laboral del INE (Instituto Nacional de Estadística). En 2008, el coste medio por despido por trabajador era de 39,17 euros al mes. 

Ahora, según los últimos datos disponibles, correspondientes al último trimestre de 2018, el coste medio actual por despido por trabajador es de 15,11 euros, algo menos de la mitad. Supone una bajada de un 63%, aproximadamente.

De hecho, según un informe de Unión Sindical Obrera (USO) presentado esta semana, tan sólo 1 de cada 200 euros de los costes salariales totales se dedican a las indemnizaciones por despido improcedente, lo que corresponde a tan sólo un 0,5% del total.

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No sólo ha bajado el coste medio por despido -calculado por trabajador y por mes- que incluye el factor de la falta de contratos indefinidos en nuestro país, sino que cuando se despide, las indemnizaciones son cada vez menores. 

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El último dato disponible es de 2017, pero resulta profundamente significativo. Según la Encuesta de Coste Laboral Anual, en diciembre de 2017 los finiquitos eran un 43% más baratos que en 2008.

Si se compara la cifra con el año previo a la reforma laboral, la diferencia asciende a un 63%. Es decir: en 2008 despedir a un trabajador costaba de media 338 euros, mientras que en 2017 la cifra ha bajado a menos de 200 euros, ya que se pagan menos días.

Con la reforma laboral de 2012, las indemnizaciones por despido improcedente se redujeron de 45 a 33 días de salario por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades.

Por otro lado, el precio del despido no aparece entre las preocupaciones de los empresarios a la hora de contratar. Apenas un 5% lo menciona como motivo para no contratar.

“Por lo cual, que abaratar el despido es un incentivo para la contratación indefinida es uno de los mitos que no se sostiene por los números y que, sin embargo, permitió dos reformas laborales que seguimos padeciendo”, denunció Joaquín Pérez, secretario general de USO, durante la presentación del informe este martes.

Contratación temporal y falta de antigüedad

Esta caída de los costes por despido se puede explicar a través de varios factores. Por un lado, está el hecho de que apenas hay trabajadores que cuenten con la suficiente antigüedad en sus empresas como para poder disfrutar de un finiquito considerable en caso de ser despedidos.

“Son los efectos de la enorme destrucción de empleo que provocó la reforma laboral, que explica el hecho de que apenas hay antigüedad entre los trabajadores. Por tanto, ahora, cuando se despide, se despide con una indemnización de menos días y por menos años”, ha apuntado Laura Estévez, responsable de prensa de USO.

El otro principal motivo es que cada vez hay menos contratos indefinidos. Tan sólo uno de cada 10 contratos firmados a lo largo del año pasado fueron de este tipo, mientras que más el 26% de los mismos no sólo fueron temporales, sino que además duraron menos de una semana.

El valor medio de la indemnización se corresponde 3,5 veces con el salario medio. Si el salario más frecuente entre los trabajadores españolas es cercano a los 1.400 euros brutos mensuales, una indemnización por despido improcedente de 33 días por año trabajado supondría algo menos de 1.500 euros.

Despido objetivo, no improcedente

Para Marcel Jansen, profesor de Universidad Autónoma de Madrid y Doctor en Economía, la bajada del 43% en la indemnización media se explica teniendo en cuenta dos factores principales, ambos frutos de la reforma laboral impulsada hace algo más de seis años.

Por un lado, está la reducción de la indemnización por despido improcedente en 12 días, lo que deja la cifra final en 33 días por trabajador. El otro factor a tener en cuenta es la transformación del tipo de despido.

“Durante la reforma se definieron nuevas causas objetivas para el despido objetivo, lo que en un principio podría haber facilitado a las empresas aumentar el número de este tipo de despidos”, ha apuntado. “Es decir, donde antes el despido improcedente era la única vía posible de ajuste, tras la crisis las empresas han conseguido utilizar el despido procedente, lo que conlleva menores costes”, ha explicado. 

Según Jansen, las otra explicación es la misma expuesta por Estévez, y radica en la falta de antigüedad de los trabajadores hoy en día, sumada a la enorme cantidad de contratos temporales. “En la crisis hubo muchos despidos y durante la recuperación se produjeron muchas contrataciones, por lo que la mayor parte de estas personas no tienen antigüedad en la empresas”, ha añadido.

Y es que unos costes salariales altos - y la consiguiente subida de las indemnizaciones por despido- no implican necesariamente destrucción de empleo. De acuerdo con el Gabinete de Estudios de USO, la relación es justo la contraria. Mientras que regiones como el País Vasco o la Comunidad Foral de Navarra, que cuentan con costes laborales medios que superan los 2.200 euros y sin embargo, presentan la menor tasa de paro. Por el contrario, regiones como Extremadura, por ejemplo, donde el coste salarial es mucho menor -no alcanza los 1.650 euros- la tasa de paro asciende a 23%, hasta 13 puntos porcentuales por encima.

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