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Economía

Los concursos de acreedores alcanzan máximos desde 2013 y rozan el récord histórico

En 2021 se registraron 7.000 concursos, el dato más alto desde 2013. El Consejo General de Economistas cree que entre este año y el próximo se alcanzarán los 10.000, cifra no vista en la serie que arranca en 2004

concursos de acreedores
Imagen de archivo de un despacho.

El número de concursos de acreedores alcanzó en 2021 el nivel más alto desde 2013, con algo más de 7.000 registrados pese a la moratoria concursal, y amenaza con más repuntes este año y el próximo que llevarán el dato anual al máximo histórico. Esto se traduce en que en ese año una de cada 476 empresas acudió al concurso, según se desprende del Atlas Concursal 2022, elaborado por el Registro de Economistas Forenses (REFOR) del Consejo General de Economistas de España.

En un contexto incierto y con un escenario macroeconómico que apunta a la recesión, los economistas auguran que esta cifra crecerá este año y el próximo, con lo que se podría superar el máximo de 2013 y rondar la barrera de los 10.000 concursos.

"Lo normal es que superemos los 10.000 concursos sin que eso tuviera que asustarnos desde el punto de vista de progreso económico. Estamos muy por debajo de los concursos registrados en países de nuestro entorno y eso no necesariamente querría decir que las cosas fuesen peor", han explicado durante la presentación este lunes.

Se espera que las insolvencias a nivel internacional se incrementen de media un 10% en 2022 y un 19% en 2023, aproximándose al nivel prepandemia. En España las insolvencias están ya muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia y se espera un crecimiento del 20% en 2022 y del 11% en 2023. En este sentido, para los economistas existe "un alto riesgo de un número elevado de insolvencias este año y el que viene" en España.

Además, el Consejo General de Economistas apunta que España es de los países en los que se prevé un mayor crecimiento en insolvencias en 2023 con respecto a la situación que había en 2019, con un crecimiento del 66%.

Micropymes y autónomos

Los concursos de acreedores en nuestro país tienen como protagonistas a las micropymes, empresas con menos de diez trabajadores, que representan en 2021 según este criterio, el 40% (39,86%) de los concursos. No obstante en 2021 se observa una disminución del porcentaje de los concursos de micropymes sobre

Los concursos de acreedores de autónomos representan en 2021 el segundo grupo más abundante: el 33% de los concursos (32,84%), de forma que un tercio de los concursos en nuestro país corresponde a los autónomos, siendo en 2021 el colectivo que experimenta un mayor crecimiento concursal.

Los concursos de acreedores de pequeñas empresas han ido disminuyendo pasando del 36% en 2005 al 10% en 2021; por su parte los de medianas y grandes empresas han pasado del 14% al 1%.

Cataluña, a la cabeza

En cuanto a la distribución territorial de los concursos, todas las CCAA presentan incrementos de concursos en 2021 respecto de 2020 excepto La Rioja. Cataluña es la comunidad que experimenta un mayor crecimiento en 2021: pasa de 1.253 concursos en 2020 a 2.446 en 2021, mientras que la Comunidad de Madrid de 859 en 2020 a 1.259 en 2021.

Otro dato que han destacado desde el REFOR es la tendencia ascendente de concursos exprés en el tercer trimestre 2022: 1T 2022 (-1,5%), 2 T 2022 (0%) y 3 T 2022 (un 69%), lo que viene a indicar que la situación concursal no es positiva, ya que, al no tener masa, estas empresas van directamente a liquidación.

Además, el informe alerta de que, aunque disminuye, persiste la economía sumergida concursal: Los pagos del FOGASA de enero a diciembre 2021 han aumentado en torno al 14,31%, y la ratio que los compara con el número de concursos de acreedores (1,15) ha disminuido un 14% con respecto a 2020.

Según explican, la ratio de 1,15 mostraría que al menos debería haber un 15% más de concursos de acreedores, pues hay más pagos del FOGASA, que proceden de insolvencias, que concursos de acreedores. Esto viene a indicarnos que en España muchas empresas no acuden al concurso para solventar sus crisis financieras optando por el simple cierre y engrosando con ello la economía sumergida concursal.

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