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Economía

Competencia carga contra Andalucía y Canarias por cerrar la puerta a las gasolineras automáticas

Gasolinera automática de Ballenaoil

Estaciones de servicio sin trabajadores. Un modelo que ya es dueño del 10% del mercado y quiere seguir penetrando en España. Las conocidas como "gasolineras automáticas" cuentan con una red de 1.033 estaciones pese a las limitaciones de entrada que tienen en algunas comunidades. Según la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia, la normativa de Andalucía y Canarias, al igual que Castilla La Mancha, Murcia y La Rioja, impide la expansión de este modelo.

En concreto, se exige "la presencia obligatoria de al menos una persona responsable de los servicios que se prestan en la estación de servicio y/o responsable de la supervisión de la maniobra de repostaje”, asegura Grabiela Németh Kecskeméti, técnica de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC), en un artículo publicado en el boletín Información Comercial Española de la Secretaría de Estado de Comercio.

Pero no es la única medida que frena este avance tecnológico en las gasolineras. Por ejemplo, la obligación de disponer de hojas de reclamaciones en todo momento, en lugar de ofrecer la posibilidad de poner la reclamación por medios telemáticos. También detalla que ciertas regiones imponen la necesidad de tener a disposición de los usuarios el recipiente de medición, certificado y calibrado oficialmente, en lugar de solamente obligar a tenerlo a disposición de los servicios de Inspección de la Administración.

Las gasolineras automáticas no pueden expandirse en estas comunidades porque también deben colocar carteles de fuera de servicio en caso de que los surtidores, los medidores de presión o los dispositivos suministradores de agua dejen de funcionar. "En conclusión, la normativa que regula las estaciones de servicio automáticas debe establecer las medidas necesarias para que el servicio de repostaje se preste con garantías de seguridad y de protección de los usuarios y consumidores", explica en su informe Grabiela Németh Kecskeméti.

La apertura de una estación de servicio automática tiene que cumplir con la normativa específica desarrollada por la comunidad autónoma donde preste el servicio. Precisamente, como recuerda la técnica de la CNMC, es en este punto donde tradicionalmente se han venido incluyendo las principales limitaciones a la apertura de este tipo de instalaciones. 

Un sector convencional

Su informe aparece en un momento de consolidación de este modelo de negocio de un sector tan convencional como el de las gasolineras. Un negocio que mueve unos 40.000 millones de euros al año en España, lo que supone casi un 4% del PIB español, que está dominado por tres gigantes como Repsol, Cepsa y BP.

Pero esta nueva forma de ofrecer gasolina al consumidor final se observa con detalle por los dominadores del sector. Marcas como Petroprix, Ballenoil o Bon Área ya se meten uno de cada de diez euros del gasto de gasolina en España en el bolsillo y su crecimiento del último año se elevó hasta el 17%, según los datos de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio (Aesae).

En algunas comunidades autónomas, como Cataluña, la cuota ya se sitúa entorno al 20%, con un total de 288. Comunidad Valenciana y Madrid son las otras dos regiones que más apuestan por este modelo.

La principal crítica sobre las gasolineras automáticas es que "elimina los puestos de empleo". Sus promotores afirman que de media generan 1,5 puestos de trabajo por cada estación con tareas como mantenimiento o limpieza. El mayor aplauso a este modelo llega por el precio, porque defienden que el consumidor no paga en el repostaje los 'extras' de las estaciones de servicio convencionales.

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