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Opinión

La 'mani' anti amnistía se cuela en el 'civet' de Luis Conde: menos empresarios y sin Feijóo

El empresario y fundador de Seeliger y Conde, Luis Conde. EP

Con un espíritu verdaderamente conciliador, Luis Conde lleva años reuniendo en su masía del Bajo Ampurdán a políticos, empresarios y representantes de la sociedad civil. El objetivo del encuentro es dialogar sobre el presente y el futuro de Cataluña en torno a un guiso tradicional, el civet. Un plato elaborado con carne de jabalí que ha acabado dando nombre a la cita.

Este año, el 'civet de Luis Conde' se ha topado con un acontecimiento inesperado: la manifestación del 8 de octubre, organizada por Societat Civil Catalana (SCC). El empresario, fundador de la firma de cazatalentos Seeliger y Conde, fijó como fecha para la celebración el día anterior a la protesta masiva contra la amnistía que Pedro Sánchez negocia con Carles Puigdemont. El ambiente en Barcelona está demasiado 'caliente', razón por la cual algunos de los invitados declinaron asistir al evento.

Entre ellos estaba Alberto Núñez Feijóo, quien rechazó amablemente la invitación del empresario, poco sospechoso de ser independentista. Conde estuvo en el nutrido grupo que se llevó la sede de sus negocios fuera de Cataluña, ante el desafío del 1-O y la posterior Declaración Unilateral de Independencia. Ahora bien, el empresario intenta buscar puntos de encuentro en un momento en el que los puentes están demasiado quebrados.

El intento loable del cazatalentos no ha servido esta vez para que Génova le haga un gesto. Conde sí lo logró hace un par de años, cuando el PP mandó a la finca de Conteta a su líder, Pablo Casado. El 'civet' de 2021 fue un auténtico éxito. Tras el parón obligado de la pandemia, y con la revuelta del 1-O cada vez más lejana, el empresario atrajo también a dos ministros del Gobierno de coalición, Félix Bolaños y José Manuel Albares; y a uno de los protagonistas del referéndum ilegal, Jordi Sánchez.

Pero el panorama de 2021 no tiene nada que ver con el actual. Ni Feijóo ni sus varones, con Isabel Díaz Ayuso a la cabeza, están para comilonas. El líder popular y la presidenta madrileña sí estarán este fin de semana en suelo catalán, pero para asistir a la manifestación de SCC.

Eso sí, el espíritu 'conciliador' del evento sí ha servido para que Génova esté representada, a través de su secretaria general, Cuca Gamarra; y el vicesecretario de Economía, Juan Bravo. Había otros representantes políticos, pero del otro lado del arco parlamentario. El Gobierno envió a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez; y el PSOE, a su líder catalán, Salvador Illa. Al igual que otros años, pasó por la masía el presidente del PNV, Andoni Ortuzar.

La cercanía de la protesta del 8 de octubre en Barcelona sirvió para agitar el debate en la masía. En los corrillos se dejaron ver miembros del Govern de Pere Aragonés, como el conseller de Empresa, Roger Torrent; o el de Derechos Sociales, Carles Campuzano. También fue significativa la presencia de Jaume Giró, quien llevó las riendas de la economía catalana hasta que la guerra interna en Junts reventó la coalición con ERC. El ex conseller de Economía y Hacienda, ex mano derecha de Isidro Fainé en La Caixa, ha dedicado los últimos meses a viajar por Cataluña, para escuchar a todas las voces del partido, pero, de momento, permanece alejado de la política activa.

Presencia empresarial

Por la casa de Conde aparecieron otras personalidades destacadas del empresariado catalán, como el ex consejero delegado de La Caixa, y actual presidente de Itinere e ITP, Juan María Nin; el presidente de Fira de Barcelona, Pau Relat; o el presidente del Grupo Planeta y Atresmedia, José Creuheras. Eso sí, a diferencia de otras ediciones, ninguno de los ejecutivos 'top' de la banca catalana acudieron a la comida. Es el caso del consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar; y del presidente del Sabadell, Josep Oliu.

Las maniobras de Sánchez para seguir en La Moncloa y las consecuencias para la política catalana que tendría el hipotético regreso de Puigdemont fueron el tema central del almuerzo y la sobremesa del 'civet', que este año celebra su décima edición.

En la convocatoria, Luis Conde deja claro el objetivo del evento: "Que disfrutemos del diálogo, la compañía y alcancemos nuevos hitos siendo solidarios". Y, efectivamente, hubo diálogo, pero sin la compañía de los líderes que, este fin de semana, han preferido ir a Barcelona y no al Alto Ampurdán. Con el panorama político que se avecina en Cataluña, es difícil pronosticar cómo será el ambiente del siguiente 'civet'.

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  • A
    Ansurez

    Nunca hubo diálogo ni en Cataluña ni en vascongadas solo concesiones a los nacionalistas y aquí estamos en una situación balcánica,el diálogo y las cesiones se han demostrado inservibles y ahora con el poder judicial ocupado por sanchistas tampoco la ley vale,así que no vengan con cuentos

  • T
    Tony010

    La realidad es que tiene gracia este tipo de encuentros de la élite, donde hacen vernos que estos señores tan importantes están por encima del bien y del mal, pasándose la soberanía popular por el forro de sus frondosas carteras, y siempre con un aura de “promoción del bien común” que consiste básicamente en conspirar para que todos puedan seguir chupando masivamente del sistema. Pero en fin da juego a los periodistas económicos rosas y tonta esperanza a los incrédulos que se preguntan que no todo puede ser el esperpento de los parlamentos nacionales.