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CaixaBank, Santander y BBVA también 'bendicen' la fuga de Ferrovial

Los grandes bancos españoles delegaron el voto o no ejercieron su derecho en la decisión histórica de la constructora de salir de España. Su postura beneficia a los planes de Del Pino

El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino
El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino. EFE / Javier Lizon

Como estaba previsto, los grandes bancos españoles facilitaron la salida de España de la matriz de Ferrovial. CaixaBank, Santander, BBVA y Bankinter cuentan con posiciones pequeñas y no estratégicas en la constructora, pero sí tenían derecho a ejercer su derecho a voto en la junta histórica de ayer, jueves 13 de abril.

Todas estas entidades han decidido seguir la práctica habitual en este tipo de inversiones minoritarias y que pasa por delegar el voto en el consejo o incluso por ni siquiera votar, como señalan distintas fuentes financieras consultadas por Vozpópuli. En cualquiera de las dos opciones, se facilitaría la decisión de la constructora de mudarse a Países Bajos y que se aprobó por mayoría ayer en los términos contemplados en el punto 10.1 del orden del día de la junta de accionistas.

Algunas fuentes próximas a las entidades aclaran, de todas formas, que de haberse ejercido directamente el voto, habría sido muy difícil que se opusieran a la decisión de Ferrovial porque los grandes proxys avalaban el plan de los Del Pino. Tanto el asesor de voto español Corporate como los dos más importantes a nivel mundial, Glass Lewis e ISS, respaldaron antes de la cita crucial de accionistas los planes de Ferrovial.

Es una opción que se enmarca en la libertad de establecimiento que nutre la esencia misma de la Unión Europea", defendió Del Pino ante los accionistas.

En general destacaban que la constructora tendría menor volatilidad en sus acciones al cotizar en Países Bajos y que podría acceder a financiación más barata en aquellos mercados en los que concentra su negocio principal. Este es el caso de Estados Unidos, donde la compañía ha prometido destinar más del 90% de su inversión en los próximos cuatro años.

Pese a que se trata de posiciones no estratégicas y canalizadas en su mayoría a través de las gestoras, la ley les permite votar al disponer de la cantidad mínima de 100 títulos, que en el caso de Ferrovial representa un 0,000013% del capital, como estiman fuentes jurídicas. "No podemos tener a una persona encargada de vigilar las pequeñas y casi residuales participaciones que tenemos a través de las gestoras", justifican fuentes de uno de los grandes bancos del Ibex.

Lectura política

La cuestión es que no es baladí la posición de los bancos. CaixaBank, participada en un 17% por el Estado, atesora un 0,24% a través de su gestora y es la entidad con mayor presencia en Ferrovial de forma indirecta. Banco Santander tiene el 0,09% y Bankinter el 0,05% fruto de sus inversiones de tesorería, mientras que BBVA controla el 0,08% a través de la gestora, según los últimos datos disponibles de Bloomberg y que están sujetos a cambios. En total, los bancos y gestoras españolas tienen una posición del 0,57%.

De haber votado los bancos en contra, se habría acercado la posibilidad de que el 2,67% de los accionistas hiciera uso de la posibilidad de ejercer su derecho de separación, es decir, salir de Ferrovial a razón de 26 euros por acción y por lo tanto habría ganado enteros tumbar la mudanza a Países Bajos, como recuerdan fuentes financieras.

Evitar otro choque con Sánchez

Los grandes bancos españoles han evitado así un nuevo choque con el Gobierno de Pedro Sánchez cuando libran una batalla en los tribunales a cuenta del impuesto al sector. Una oportunidad que no ha desaprovechado BlackRock, el gran inversor del Ibex y en particular de Santander y BBVA, entre otros bancos y energéticas. La mayor gestora de activos del mundo ha votado a favor del traslado de la constructora pese a las presiones de Pedro Sánchez, en un movimiento que se interpreta como un mensaje claro a la política fiscal del Gobierno.

Ferrovial anunció por sorpresa su marcha el pasado 28 de febrero sin previo aviso al Ejecutivo y no tardó en desatarse un tormenta política. El Gobierno ha tratado de frenar la salida de Ferrovial con amenazas fiscales desde el primer momento, que se recrudecieron justo en los días previos a la junta del jueves 13.

Guerra por carta

De hecho, se remitió una carta oficial el pasado lunes del secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés, al consejero delegado de Ferrovial, Ignacio Madridejos, en la que dictaminaba que no existían motivos económicos válidos. Una sentencia que se interpretó como un anticipo de un castigo fiscal a la operación de traslado.

La guerra mediática se trasladó el martes a la correspondencia epistolar. Ese día, el consejero delegado de la constructora afeó al número dos de Economía en otra misiva que "prejuzgara" y "condicionara" el criterio "puramente técnico" que correspondía aplicar a "otros organismos".

"Es una opción que se enmarca en la libertad de establecimiento que nutre la esencia misma de la Unión Europea", defendió a ultranza ante los accionistas Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, sobre la decisión de trasladarse a Países Bajos.

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