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Economía

El BEI no quiere otro Castor: sólo financiará proyectos energéticos si son ‘verdes’

Molinos de viento.

El Banco Europeo de Inversiones (BEI) se sumará a aquellas entidades financieras privadas que se han alineado con la lucha contra el cambio climático. El organismo multilateral dejará de financiar aquellos proyectos energéticos que no estén relacionados con la transición hacia una economía descarbonizada a partir de 2025. Desde esa fecha, tan sólo los desarrollos 'verdes' formarán parte de su cartera de préstamos, una restricción que también afectará a la energía nuclear, pese a que las plantas no emiten gases contaminantes y, en principio, también al gas.

"No vamos a financiar proyectos basados en combustibles fósiles ni ninguno que vaya en contra de los principios del Acuerdo de París", ha explicado Andrew McDowell, vicepresidente del BEI. Durante su intervención en el Global Annual Energy Meeting, organizado por Esade, McDowell ha expuesto que el organismo duplicará el porcentaje de financiación que dedica a proyectos de energía, que actualmente es del 25%.

En los próximos años, la intención del BEI es elevar esta proporción hasta el 50% y, además, desestimar todo aquel desarrollo que no contribuya a la lucha contra el cambio climático. "Para 2025 queremos que toda la financiación que aportemos sea 'verde'".

En la actualidad, el organismo paneuropeo, el mayor del mundo entre los de tipo multilateral, está llevando a cabo una serie de estudios e informes para determinar qué tipo de proyectos entraría en la categoría de 'verde'. "Hemos definido seis objetivos medioambientales, sobre los que se están haciendo informes. Todo proyecto que vaya a financiar el BEI tiene que satisfacer al menos uno de ellos y, al mismo tiempo, no ir en contra de alguno de los demás", explicó McDowell.

Los bonos del Castor

En este sentido, la entidad está analizando casos como el de la energía nuclear y los proyectos relacionados con el gas. "En principio, la energía nuclear no entraría en los criterios que buscamos; acerca del gas hay un amplio debate. El BEI tiene que intentar ser más eficiente. En los próximos años preferiremos financiar una línea de alta velocidad que la ampliación de un aeropuerto, por criterios medioambientales".

Uno de los proyectos españoles más sonados entre los que obtuvieron el apoyo del BEI fue el del almacén de gas Castor, cuya puesta en marcha generó una elevada actividad sísmica en las costas de Castellón que obligó a su paralización y la posterior reversión de la concesión por parte del Estado. El organismo paneuropeo participó al suscribir la emisión de bonos con la que Escal, concesionaria del Castor, financió el almacén de gas.  

En línea con bancos y grandes fondos

En los últimos meses, varias entidades financieras, entre las que se encuentran bancos y fondos de inversión, han manifestado su intención de dejar de apostar por empresas que vayan en contra de la reducción de emisiones contaminantes y, en general, de los objetivos para la descarbonización total de la economía para 2050, en línea con las metas fijadas por los Acuerdos de París.

Entre ellos destacan los casos de la gestora Amundi, una de las mayores del mundo, que dejará de tener en cartera participaciones de empresas relacionadas con actividades emisoras de gases contaminantes, y también el Norges Bank Investment Management, fondo soberano de Noruega (el mayor del planeta en su categoría con activos bajo gestión valorados en más de un billón de euros).

Los planes del BEI pasan por destinar más de 350.000 millones de euros hasta 2030 para financiar proyectos de energía sostenible. "Teniendo en cuenta que cada euro que aporta la entidad moviliza aproximadamente tres de inversión, podemos decir que movilizaremos en torno a un billón de euros para la transición energética".

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