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Economía

BBVA mete presión a los políticos: hay que concretar ya el ajuste de 5.000 millones de 2017

Francisco González, presidente de BBVA.

La economía ha resistido bien estos 276 días sin Gobierno. El PIB se desaceleró solo una décima en el segundo trimestre del año y creció un 0,7%, lo que implica que sigue aumentando a un ritmo anualizado del 3%. Pero va a ser difícil que la situación se mantenga si no se resuelve pronto el panorama político. Al menos eso es lo que cree el servicio de estudios del BBVA (BBVA Research), que asegura que las dudas sobre el futuro de la política económica española podrían restar casi un punto al crecimiento en el bienio 2016-2017.

Según señala la entidad en su último informe sobre España, la vulnerabilidad de la economía española no para de aumentar y cada vez urge más generar certidumbre sobre las políticas que se implementarán en los próximos años. Aunque la nueva cifra de déficit que ha fijado Bruselas para este año (4,6%) es “creíble”, alcanzar la meta de 2017 (3,1%) requerirá un ajuste de más de 5.000 millones y es crucial definir la composición de dicho ajuste para saber cuál será el impacto sobre la economía y la sostenibilidad de las cuentas públicas a largo plazo.

Bruselas decidió finalmente dar una tregua a España y cancelar al multa por el desvío del déficit en 2015, pero a cambio exigió un ajuste estructural del 0,5% en 2017 y de la misma magnitud en 2018. Y dejó meridianamente claro que quiere saber qué medidas se tomarán para alcanzar el primer objetivo antes del 15 de octubre. El tiempo pasa y España sigue sin formar gobierno y sin poder aprobar las cuentas de 2017, donde se detallará el temido ajuste.

El banco presiona porque aún hay tiempo para presentar los Presupuestos en plazo, sobre todo después del último movimiento de Ciudadanos 

Por eso la entidad está presionando a los partidos. La formación de Albert Rivera ha dado un paso al frente esta semana para desbloquear la situación, pero lo cierto es que la incógnita sigue lejos de despejarse. En cualquier caso, el actual ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, dejó claro que el PP está dispuesto a hacer el Presupuesto a contrarreloj si consigue formar Gobierno y el movimiento de Albert Rivera da a Mariano Rajoy la posibilidad de sacar las cuentas en plazo.

Según BBVA Research, el ciclo económico va a favorecer de nuevo la contención del déficit este año gracias al efecto de los estabilizadores automáticos y la menor presión de la carga de intereses y las prestaciones sociales. Pero las políticas discrecionales ya adoptadas compensarán parte de la mejora cíclica, por lo que el déficit de 2016 se reducirá tan solo 6 décimas en 2016, hasta el 4,4%, ligeramente por debajo del nuevo objetivo. Los problemas llegarán en 2017, cuando el ciclo económico continuará corrigiendo el déficit, pero menos. Sin nuevas medidas, el saldo bajaría solo al 3,6% del PIB, medio punto por encima del objetivo.  

Por eso BBVA quiere que haya ya gobierno. Ese medio punto obliga a hacer ajustes por valor de más de 5.000 millones y es necesario que los ciudadanos conozcan las medidas que se van a tomar para asegurar que se mantiene el consumo. Según el banco, la incertidumbre sobre estas medidas puede restar siete décimas al crecimiento del consumo privado en 2017, porque los consumidores alteran sus patrones de gasto y ahorro si tienen dudas sobre cómo las medidas de política económica influirán en su renta futura.

La incertidumbre puede alterar las decisiones de gasto de los ciudadanos y las inversiones de las empresas

Así, el hecho de que la presión fiscal sobre un determinado bien o servicio cambie puede motivar un adelantamiento o un aplazamiento de la demanda de los ciudadanos. Por ejemplo, ante una nueva subida del IVA puede que alguien opte por adelantar la compra de un coche si tenía en mente hacerlo el año que viene. Y la incertidumbre también influye en el gasto de los hogares a través de su impacto en la creación de empleo, ya que las empresas pueden modificar sus planes de inversión, contratación y despidos si hay dudas sobre la política económica. Cualquier cambio en las empresas, acaba influyendo en el consumo de los hogares.  

La inversión tampoco saldrá indemne. Según BBVA Research, este parámetro ha aguantado estos meses gracias a proyectos cuyas decisiones de inicio se habían tomado antes de las elecciones de diciembre. Pero no se puede descartar una desaceleración en los próximos meses, puesto que la incertidumbre tiene una incidencia directa en las decisiones de los agentes inversores y genera mucha inseguridad jurídica a las empresas.

En este contexto, BBVA considera “cada vez más apremiante” la necesidad de reducir la incertidumbre y aprovecha cualquier informe para presionar un poco más a los partidos políticos.  “Continuar con el proceso de mejoras ante la pérdida de espacio que enfrentan las políticas fiscal y monetaria puede ser la única respuesta para mantener el crecimiento y la creación de empleo en España”, avisa la entidad.

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