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Economía

La banca conocerá en abril el castigo que el BCE impondrá a la deuda pública

Mario Draghi, presidente del BCE.

Primero, se desestimó el castigo. Luego, se cambió de postura. No será, sin embargo, hasta abril cuando el Banco Central Europeo (BCE) desvelará las quitas que se aplicarán a las carteras de deuda soberana en los exámenes de las autoridades europeas. Una decisión sensible para el sector financiero español que, a cierre de enero, acumula 278.000 millones en bonos nacionales. Las carteras de deuda pública, junto a los créditos, participadas, inmuebles y un largo etcétera, forman parte de los más de 160.000 activos que se procederán a examinar en el ejercicio de revisión de activos (Asset Quality Review, AQR) que afectará a las principales 128 entidades europeas.

El sector transmite confianza ante el anuncio. “El impacto que tendrán los exámenes europeos sobre las carteras de bonos nacionales será menor del que pensábamos”, sostienen desde un par de entidades, para explicar el porqué han vuelto a activar masivamente las compras de deuda pública. Tras seis meses consecutivos de venta de carteras nacionales, la banca española se lanzó de nuevo a la compra deuda pública por valor de 19.000 millones, hasta elevar el saldo a los 278.000 millones, como informaba Vozpópuli este pasado lunes. Un cambio que se convertirá en tendencia en los próximos meses, según confirman desde el sector.

En estas pruebas de resistencia, la cartera de deuda pública se dividirá en tres segmentos, de menor a mayor castigo: el de tráding, el de disponible para la venta y el de mantener hasta vencimiento. Los bonos destinados al trading, con los que la banca ha maquillado sus resultados gracias al ‘carry trade’, se valorarán a precios de mercado. Buena parte de las entidades ya los tienen actualizados.

Lo mismo ocurrirá con aquellos que estén disponibles para la venta. En este caso, el supervisor (el Banco de España, en el caso nacional) podrá aminorar esas pérdidas. Para ello tendrá que publicar el criterio utilizado y los mercados podrán juzgar si esas modulaciones están justificadas. Fuentes del sector confirman que “todos los supervisores emplearán un criterio homogéneo”. “En esa negociación, la banca española no ha salido perjudicada”, insisten. Además, esta cartera tiene mucho menos peso en el conjunto de la exposición soberana.

La revisión de activos del BCE pondrá especial énfasis en los colaterales y las garantías de los activos de riesgo, con especial incidencia en el ladrillo

Por último, la cartera que se mantiene hasta vencimiento, el grueso del total, sufrirá también una leve penalización. Según explicó la EBA, el pasado febrero, se modificará su "ponderación de riesgo basado en modelos internos de análisis de cambios en los riesgos crediticios". Es decir, los bancos tendrán que atribuir un cierto riesgo de impago a la deuda soberana para calcular cuánto capital necesitan para cubrir ese riesgo.

Este compendio de factores ha llevado a la banca a regresar a la adquisición de deuda pública como uno de los resortes en los que compensar la continua caída del negocio bancario. “El beneficio que genera el ‘carry trade’ es superior al impacto que tendrá la tenencia de bonos nacionales en las pruebas europeas”, aseveran desde varias entidades.

El BCE explicó el retraso en la ponderación que efectuarán a las carteras de deuda nacionales el mismo día en el que anunció el inicio de la segunda fase del AQR por el que deberá determinar si la banca europea tiene debidamente provisionados sus riesgos en balance. En total, la institución presidida por Mario Draghi, en colaboración con los supervisores nacionales y expertos independientes, someterá a revisión un total de activos ponderados por riesgo, aquellos que sirven de referencia para el cálculo de los niveles de solvencia, por 3,72 billones de euros, equivalentes al 58% del total. Y estima que en el ejercicio se revisen una media de 1.250 carteras de crédito por cada entidad. En total, 160.000 carteras a nivel europeo.

La magnitud de las pruebas no tienen precedentes. Los bancos de la zona euro nunca han sido valorados en base a umbrales comunes y muchos nunca han visto sus libros escrutados en tanto detalle. La institución reconoce la imposibilidad material de revisar la totalidad de la cartera de crédito pero defiende que los ejemplos seleccionados son amplios y serán lo suficientemente representativos para permitir un “robusto análisis” del sector.

Uno de los elementos clave será la revisión de los colaterales y las garantías que respaldan a los activos de riesgo, con especial atención en el caso de los activos inmobiliarios. El BCE explica que una parte importante de esas garantías debe tener valoraciones con una antigüedad inferior a un año.

El ejercicio de revisión se prolongará hasta el mes de agosto y sus resultados se publicarán en octubre, coincidiendo con el anuncio de los resultados del test de estrés que realizará el BCE. Si el análisis de los riesgos revela mayor necesidad de provisiones, esa pérdida futura esperada se incorporará a los test de estrés, y las entidades deberán apuntarlas en sus cuentas de resultados de este 2014.

Según la información suministrada por el banco central, los expertos del BCE dividirán el examen a cada una de las 128 entidades bajo su supervisión directa en diez áreas de trabajo diferenciadas. "El proceso de examen de la calidad de los activos se completará en octubre, cuando sus resultados serán publicados junto a los del test de estrés realizado en cooperación con la Autoridad Bancaria Europea (EBA)", indicó el banco central, que el próximo mes de noviembre asume de manera efectiva su nuevo rol como supervisor de la banca europea.

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