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Economía

Restoy consigue que los examenes del BCE a la banca sean menos duros que los test de Oliver Wyman

Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España.

La banca española ya empieza a hacer proyecciones sobre el impacto que tendrá en sus balances los próximos test de estrés europeos. Tras semanas de intensas negociaciones entre el Banco de España, Banco Central Europeo y Autoridad Bancaria Europea (EBA, en inglés), las tres instituciones tienen ya perfilado los parámetros del escenario estresado de este examen. Pese a que será dura, la prueba será menos exigente que el escenario apocalíptico que dibujó el test de Oliver Wyman en 2012, según confirman varias fuentes del sector.

Las tres principales magnitudes de la prueba que liderará la EBA, explican desde los bancos, dibujan un escenario estresado, para los próximos tres años (2014-2016), con una caída del 6% del PIB, una tasa de paro del 30% y un descenso adicional del 10% del precio de la vivienda. En este sentido, el escenario negociado contempla un desplome de los precios de la vivienda del 50% desde los máximos históricos en 2008. La última estadística del INE (Instituto Nacional de Estadística) cifra en un 41,9% la rebaja de precios entre 2008 y 2013. El Banco de España, sin embargo, calcula el descenso en un 34,4%, si bien esta estadística para la foto en diciembre de 2012. Como sucedió con las pruebas de resistencia a los bancos españoles en 2012, este escenario adverso cuenta con unas mínimas posibilidades de producirse.

Hace dos años, el escenario estresado de Oliver Wyman colocó a las entidades en la hipótesis en una recesión de tres años, una caída acumulada del PIB del 6,5%, una bajada del precio de la vivienda del 27%, una tasa de paro del 27,2%, una desvalorización de la Bolsa del 55% y hasta 270.000 millones de euros de pérdidas para la banca, y todo, con un ‘colchón del 6%’. En el caso de los próximos exámenes, previos a la entrada en vigor del supervisor único, las entidades españolas y europeas deberán contar con un colchón de Core Tier 1 (capital de máxima calidad) del 8%.

"El escenario adverso aún no está aún cerrado al 100% pero no variará en exceso sobre lo que nos ha venido transmitiendo (cifras anteriores) el Banco de España en los últimos días", explican desde el sector. Este último dibujo es el enésimo borrador negociado por Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España, con las instituciones europeas. "La labor de Restoy ha sido fundamental para rebajar la dureza inicial del examen enviado desde Europa", reconocen desde la banca. En esos primeros borradores, la tasa de paro se disparaba casi al 34%, el PIB caía ligeramente por encima del 6% y la pérdida acumulada de la vivienda ascendía al 70%.

A diferencia del escenario base, para el que la EBA y el BCE han tenido en cuenta las previsiones macro de cada estado, además de la Comisión Europea, la definición del escenario adverso corresponde a criterios subjetivos de ambas instituciones. En cada país, la EBA y el BCE negocian con el supervisor nacional la definición de este escenario macro. Por esta razón, desde el Banco de España se trabaja para reducir al máximo las proyecciones negativas debido a la mejoría de la situación económica en España en el último trimestre, que ha elevado el crecimiento para final de año a una horquilla de entre el 1% al 1,5%.

Aún no se conocen las quitas a las carteras de deuda

Lo mismo sucede con las quitas que sufrirán las carteras de deuda pública en poder de los bancos. En estas pruebas de resistencia, la cartera de deuda pública se dividirá en tres segmentos, de menor a mayor castigo: el de tráding, el de disponible para la venta y el de mantener hasta vencimiento. Los bonos destinados al trading, con los que la banca ha maquillado sus resultados gracias al ‘carry trade’, se valorarán a precios de mercado. Buena parte de las entidades ya los tienen actualizados.

En idéntica situación se encuentran aquellos que estén disponibles para la venta. En este caso, el supervisor (el Banco de España, en el caso nacional) podrá aminorar esas pérdidas. Para ello tendrá que publicar el criterio utilizado y los mercados podrán juzgar si esas modulaciones están justificadas. Por último, la cartera que se mantiene hasta vencimiento, el grueso del total, sufrirá también una leve penalización. Según explicó la EBA, el pasado febrero, se modificará su "ponderación de riesgo basado en modelos internos de análisis de cambios en los riesgos crediticios". Es decir, los bancos tendrán que atribuir un cierto riesgo de impago a la deuda soberana para calcular cuánto capital necesitan para cubrir ese riesgo.

Las entidades confían en tener toda la información antes de finales de mes. Mientras tanto, trabajan ya en la contratación de tasadores, como adelantó Vozpópuli el pasado 9 de abril, para reevaluar los activos, con especial incidencia en el ladrillo, que forman parte del ejercicio de revisión de activos (AQR, en inglés), primera parada de las pruebas europeas.

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