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Banca

La llamada de Saracho que detonó el rescate: “Ministro, nos hemos quedado sin liquidez”

El ministro Luis de Guindos.

Miércoles, tres de la tarde. El ministro de Economía, Luis de Guindos, recibía la llamada que precipitaría el rescate de Banco Popular. Al otro lado del teléfono, su presidente, Emilio Saracho, avisaba de que la situación era insostenible: "Nos hemos quedado sin liquidez". Tras días de fugas masivas de depósitos, la entidad alcanzó un punto de no retorno el futuro del banco se puso en manos de Bruselas, el BCE, el Banco de España, el Frob y Banco Santander. BBVA y Bankia también fueron invitados a la subasta-rescate exprés, pero no presentaron oferta.

A partir de ahí, la situación se precipitó y se acortaron los plazos inicialmente dados para poner ofertas por Banco Popular, que inicialmente estaba prevista para el viernes.

El Banco Central Europeo (BCE) ha estado en todo momento encima de la operación. Aunque se canceló la reunión prevista para el martes en Frankfurt, con Saracho y el consejero delegado, Ignacio Sánchez-Asiaín, el supervisor europeo ha mantenido a diario videoconferencias con los principales responsables de la entidad.

El foco estaba principalmente en la liquidez, ya que los reguladores consideraban que, por solvencia, Popular tenía hasta final de año para sobrevivir en solitario. "Es imposible tener un banco abierto en canal durante seis meses", señalan fuentes próximas al rescate.

El BCE y el Banco de España tenían en el punto de mira un umbral que nunca debía traspasarse: los 15.000 millones de fuga de depósitos en el año. En el primer trimestre, la salida fue de 4.000 millones. Y la retirada de dinero fue a más sobre todo a partir de mayo, traspasando el temido umbral hace algunos días.

Acuerdo in extremis

Los reguladores creían que tenían unos días más para ejecutar la operación con algo más de calma durante el fin de semana, pero fue imposible tras la llamada de Saracho a Guindos. Llegó incluso a temerse que se produjeran situaciones de pánico en las oficinas e incluso órdenes judiciales instando la quiebra de la entidad. De ahí que autoridades, reguladores, Popular y Santander optaran por pasar una noche del martes al miércoles en vela, hasta que se llegó a un acuerdo un par de horas antes de la apertura de las bolsas.

La fórmula elegida ha sido clave: una resolución con solución (venta a Santander) al minuto. "De cara a la opinión pública, parece que no ha habido rescate. Esto en unos días ha desaparecido de los telediarios", explica un banquero muy próximo a Banco Popular.

Baker McKenzie y Linklaters han asesorado al Frob y al SRB para articular el rescate exprés a Banco Popular

La operación ha contado con un ejército de asesores. Citi y UBS por parte de Santander; Arcano/Jefferies y Baker McKenzie por parte del Frob; y Linklaters por parte del fondo de rescate europeo, el SRB. Mientras, BBVA contó con la ayuda de Rothschild y Bankia con la de Morgan Stanley.

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