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Economía

CRISIS ECONÓMICA

El Gobierno achaca ahora a Bruselas los retrasos en las ayudas directas a empresas

Moncloa se adelanta a las críticas y asegura que las nuevas subvenciones tardarán semanas porque necesitan el visto bueno de la Comisión Europea. Países como Alemania o Italia las activaron hace meses

La ministra portavoz y de Hacienda, María Jesús Montero, en Moncloa.

Finalmente, habrá ayudas directas para los empresarios en España. Lo que aún se desconoce es cómo se materializarán y, sobre todo, cuándo estarán listas. El Gobierno ha cedido finalmente a la presión de empresarios y, sobre todo, banqueros; y ya admite en público que los mecanismos habilitados durante la pandemia no son suficientes para salvar la economía.

Tanto la ministra de Economía, Nadia Calviño, como la de Hacienda, María Jesús Montero, han anunciado que ya está en fase de estudio una batería de ayudas. Con ellas se pretende evitar que la crisis de liquidez que ya sufren miles de empresas y autónomos se convierta en otra de solvencia. Lo que temen muchas víctimas de la crisis es que esas ayudas lleguen demasiado tarde.

Tras confirmar que se socorrerá a los empresarios, el Gobierno ha articulado y aireado un doble mensaje. Uno: las ayudas pueden tardar "varias semanas". Y dos: que se retrasen más o menos dependerá de Bruselas.

El equipo de Moncloa es consciente de que el nivel de las críticas por la aparente inacción irá increscendo. Por eso ha optado por asegurar que el calendario no está directamente en sus manos. Montero confirmó este martes, tras el Consejo de Ministros, que el Ejecutivo está trabajando en una serie de "herramientas", pero aclaró que su activación dependerá de "la no afectación a la competencia entre Estados miembros". O sea, del visto bueno de la Comisión Europea.

En la misma línea insistió horas antes la titular de Economía. Calviño aseguró en declaraciones a la Ser que se ha pedido permiso a Bruselas para "adaptar el marco legal para que todas las administraciones públicas puedan dar más ayudas directas a cada una de esas empresas".

Todas las organizaciones -especialmente las de hostelería- llevan meses reclamando ayudas a fondo perdido. Además, varios países europeos pusieron en marcha hace tiempo subvenciones de este tipo. El ejemplo más claro es el alemán, que lleva tres meses compensando hasta el 75% de las pérdidas de ingresos sufridas por culpa de las restricciones sanitarias.

Sin embargo, el Ejecutivo de Pedro Sánchez se ha resistido hasta ahora a ampliar las principales vías de auxilio: los ERTE, los préstamos del ICO avalados por el Estado y las inyecciones directas de la Sepi en el capital de algunas empresas.

De momento, el Gobierno no ha contactado oficialmente con ninguna de las grandes patronales (CEOE y Cepyme) ni con las mayores asociaciones de autónomos (como ATA). Sólo hay abierto un canal de interlocución para definir las ayudas, con la banca.

Contactos con la banca

El Ejecutivo ha creado un equipo de trabajo en el que participan el Banco de España, la Asociación Española de Banca (AEB), la Confederación Española de cajas de ahorros (CECA) y también el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para poner en marcha un plan con el que se decidirá que empresas podrán ser salvadas y cuáles no.

El Gobierno es consciente de que las ayudas directas no pueden llegar a todas las compañías afectadas y por eso tendrá que discriminar y decidir cuáles son las pymes y autónomos que sí pueden sobrevivir, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.

La banca tendrá un papel fundamental en la toma de decisiones

Este grupo de trabajo, señalan las mismas fuentes, aún está en una fase de análisis de las empresas, por lo que aún no se ha podido decidir sobre qué medidas y de qué forma es la más adecuada ayudar a estas empresas.

No obstante, la banca tendrá un papel fundamental en la toma de decisiones, pues se espera que las entidades puedan ofrecer su conocimiento y opinión en una segunda fase, cuando ya se sepa a que empresas se podrán salvar.

El director de Funcas, Santiago Carbó, ha señalado este martes que el Gobierno tendrá que ser "bastante imaginativo" y dar ayudas a las empresas mediante ayudas directas, tal y como lo han hecho otros países como Alemania.

Carbó ha expuesto también la opción de que se hicieran transferencias a fondo perdido, a la vez que descartó que se dieran ayudas directas al capital para las pymes. "Los préstamos participativos pueden ser necesarios pero se tiene que ver cómo serían viables y para quién porque no se puede llegar a todas las esquinas", ha recalcado.

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