Quantcast

Economía

AMAZON

Lo que no te cuentan de vender en Amazon: cuando los vibradores chinos secuestran 'El Hobbit' de Tolkien

El 'hijacking' es una práctica cada vez más extendida que consiste en que un vendedor suplanta la identidad de un producto exitoso comercializado por otro para aprovecharse de su posicionamiento

Un estimulador de próstata que suplantó El Hobbit de Tolkien en Amazon.

Amazon consigue captar cada día a 3.000 nuevos vendedores. El auge del marketplace fundado por Jeff Bezos se traduce, no solo en un incremento de las compras, sino además en un mayor interés por parte de comerciantes que aprovechan la gran audiencia de la plataforma. También en que afloren un gran número de cursos para aprender a operar en ella bajo la premisa de que hacerse rico rápidamente es fácil sabiendo cómo. Pero en Amazon ni es todo tan fácil ni todo son ventajas. De hecho, pueden surgir importantes problemas que a menudo no se cuentan en las cacareadas masterclass.

El 'hijacking' es uno de ellos. Esta práctica, cada vez más extendida, consiste en que un vendedor suplanta la identidad del producto registrado por otro vendedor -generalmente, de éxito- sin que el comprador se percate del cambio ni pueda hacer nada evitarlo. Cuando esto sucede, solo puede esperar a que Amazon reaccione, verifique el 'hackeo' y lo corrija; para ese momento, que puede tardar días, el vendedor pirata ya se habrá beneficiado de las reseñas y el posicionamiento orgánico del producto original.

Ocurre con cierta asiduidad -como denuncian las propios vendedores en el foro oficial de Amazon- y puede llegar a dejar casos tan extraños como el de un masajeador de próstata de un vendedor chino que suplantó la ficha de producto del libro 'El Hobbit' de J. R. R. Tolkien. Por surrealista que parezca, ha sucedido en el marketplace de Amazon en Estados Unidos, tal y como recoge el portal Ecomcrew.

Y la obra del célebre autor de 'El señor de los anillos' no ha sido la única afectada por el pirata en cuestión. Ese mismo vendedor repitió la operación con otros tantos títulos de libros, como 'La Huésped' de Stephenie Meyer, 'Criadas y señoras' de Kathryn Stockett, 'La Ilíada' de Homero, 'El Ickabog' de J. K. Rowling o 'Mi vida de abeja' de Kirsten Hall.

"Te cambian el título, la imagen, la descripción..."

"Si no tienes la marca registrada en una oficina pública y también en Amazon, cualquier hijo de vecino puede meterse en la ficha de producto y decir que lo vende, y Amazon no tiene ninguna manera de comprobar que no es verdad", explica Jordi Ordóñez, consultor y experto en comercio electrónico, en declaraciones a este periódico. El caso de 'El Hobbit', recalca, no es una excepción. Tampoco se circunscribe únicamente a los libros.

Te cambian el título, la imagen principal, la descripción... y con cosas de estas se ha visto una Play Station 4 que se convierte en un producto de yoga"

"Te cambian el título, la imagen principal, la descripción... y con cosas de estas se ha visto una Play Station 4 que se convierte en un producto de yoga", comenta en declaraciones a Vozpópuli el consultor Jordi Ordóñez, que recuerda también el caso de uno de los principales vendedores de mascarilla, que facturaba 50.000 euros al día, hasta que un vendedor español de origen chino se hizo con la ficha del exitoso producto: "Como no tenía la marca registrada y Amazon no podía saber si la marca estaba registrada, pues no pudo hacer nada".

Prevenir el 'hijacking' en Amazon

Esto ocurre porque Amazon funciona en buena medida de forma similar a como lo hace Wikipedia: por contribuciones. Cualquier vendedor puede vender prácticamente cualquier producto -a excepción de los que están "cerrados" o bien por el propio marketplace o bien por el registro de marca- y en cada uno de ellos es susceptible de ser sometido a cambios, especialmente cuando el usuario dispone de una cuenta de Amazon Vendor, que permite casi total libertad para realizar modificaciones.

Para evitar el 'hijacking', los vendedores deben "registrar siempre la marca", primero en la Oficina Española de Patentes y Marcas y después en Amazon

Ordóñez apunta que hay opciones para prevenir el 'hijacking' en Amazon. En primer lugar, recomienda fervientemente "registrar siempre la marca", primero en la Oficina Española de Patentes y Marcas y a continuación en el marketplace. Otra opción para minimizar el riesgo de sufrir esta práctica es utilizar programas especializados, como Helium 10, que "pueden detectar cualquier cambio en la ficha del producto al momento" y así poder denunciar el caso inmediatamente ante Amazon.

Las malas artes chinas y otras formas de 'blackhat'

A pesar de extremar las precauciones, en Amazon no existe el riesgo cero. Además del 'hijacking', existen otras tantas prácticas de 'black hat' que pueden tumbar el éxito de un producto: "Son cosas oscuras, chungas, alegales, que no cumplen con los términos de servicio que se firman en Amazon Seller Central", advierte Ordóñez, que habla también del 'brand gating', "un nivel superior", que obliga al vendedor a demostrar la procedencia de su stock con facturas de compra.

Estas prácticas maliciosas se repiten en los distintos marketplaces que Amazon tiene en el mundo, pero a menudo tienen un nexo en común: China. De allí proceden mayoritariamente estos ataques, al menos por una cuestión puramente estadística, y es que el 75% de los nuevos vendedores de Amazon son chinos.

Según reportan algunos vendedores de Amazon, los ataques de sus competidores de origen chino pueden también consistir en miles de pedidos realizados y cancelados en cuestión de segundos, lo que afecta negativamente al posicionamiento del producto. La batalla contra las malas artes de los vendedores chinos llevó a Amazon hace pocas semanas a suspender decenas de miles de cuentas con sede en China por la falsificación de reseñas positivas a cambio de dinero, lo que contraviene las directrices del marketplace.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.