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Economía

Alertan de una ola de fraudes en la fuga de 'airbnbs' a alquileres permanentes

Cartel de alquiler de piso

La fuga de propietarios de viviendas turísticas al alquiler permanente, ante el frenazo del mercado vacacional de corta estancia por el efecto de la covid-19, está provocando una oleada de actos legalmente irregulares, según informan fuentes del sector a Vozpópuli. Aseguran que existe un trasvase al alquiler a largo plazo de pisos turísticos con licencia, así como de "oferta ilegal todavía existente" en plataformas como Airbnb; y el problema está en el cómo.

Algunos caseros de estas viviendas adoptan la vía del alquiler a largo plazo de forma temporal, con la vista puesta en volver a su actividad anterior en unos meses o un año, cuando se espera que se recupere la demanda turística. Por ello, no pueden hacerlo a través de la figura habitual del arrendamiento, puesto que la normativa permite al inquilino alargar su contrato hasta cinco años en caso de ser una persona física (o 7 años si es una persona jurídica). 

Además, las fuentes del sector consultadas por este medio indican que "los ayuntamientos hace tiempo que no se muestran favorables a otorgar licencias de pisos turísticos en diversos destinos". Por tanto, "es posible que, en caso de perder su licencia turística, posteriormente sea difícil recuperarla, especialmente en ciudades como Barcelona, Palma de Mallorca o Madrid". 

Trasvase del 40% en Madrid y Barcelona

Atendiendo a la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos, más del 40% de los pisos turísticos de Madrid y Barcelona emigraron al mercado residencial desde que se inició el estado de alarma. En el conjunto nacional, la media es del 6%. 

Según corroboran desde distintas fuentes del sector inmobiliario como Idealista, este tipo de caseros ha tendido a formalizar los nuevos arrendamientos de vivienda empleando la figura de los contratos de temporada.

Los caseros pueden acogerse a la fórmula del contrato de temporada de forma legal siempre que dejen clara la temporalidad al inquilino, justificando en el contrato que la situación es verdaderamente temporal, y que bajo ninguna circunstancia tendrá el inquilino su residencia habitual en la vivienda que va a arrendar. Sin embargo, no todos los contratos en que se han apoyado los trasvases del uso turístico al residencial cumplen estas condiciones.

Contrato de temporada...que puede ser de vivienda

"Estamos viendo casos de contratos de temporada que solo ponen literalmente que lo son apoyándose en la duración, menor a un año, por ejemplo, ocho meses, pero sin justificar la finalidad temporal ni que el inquilino tiene su domicilio habitual en otro sitio, entrando en un fraude de ley que podría llevar a conflictos con el inquilino, que tendría las de ganar", afirma abiertamente José Ramón Zurdo, presidente de la Agencia Negociadora del Alquiler.

"Bastaría con que el inquilino acredite que esa vivienda es su residencia habitual -por ejemplo, por estar empadronado o empadronarse allí- para exigir que el contrato pueda renovarse año a año hasta los cinco que prevé la ley para cualquier contrato de arrendamiento de vivienda tradicional", dice Zurdo. "Dependerá al final de la voluntad del inquilino, pero la realidad es que nos llegan planteamientos de inquilinos que se encuentran con que el casero les quiere echar contra su voluntad, y de caseros con dudas sobre cómo gestionar el asunto". 

Avistamos conflictos en los próximos meses por este tema"

Desde ANA aseguran haber tenido acceso a más de un centenar de casos concretos y estiman paralelamente que las irregularidades se habrían dado en, como mínimo, un 10-12% del total de los trasvases que se han producido hasta el momento.

"Dependerá, insistimos, de la voluntad de los inquilinos en la negociación con el casero", remarca Zurdo. "Pero la realidad es que avistamos conflictos en los próximos meses por este tema".

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