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Economía

Abertis compensa el agujero de 300 millones por los peajes de la AP7 y la AP4 con la compra de RCO

Sede de Abertis en Madrid

El fin de las concesiones de Aumar, programado para antes de que finalice el presente año, no tendrá un impacto negativo en las cuentas de Abertis, su matriz, correspondientes al año 2020. La compañía lo ha evitado con su primera adquisición desde que hace casi un año se ejecutara el cambio accionarial que llevó a Atlantia y ACS a su capital. La compra de la mexicana Red de Carreteras de Occidente (RCO), anunciada este viernes, compensará con creces la aportación que Aumar dejará de hacer en su resultado bruto de explotación (Ebitda), una vez que se levanten definitivamente las barreras de la AP-7 y la AP-4, próximo a los 300 millones de euros en el último ejercicio.

Ambos peajes forman parte de aquellas concesiones que el Gobierno, actualmente en funciones, anunció que no renovaría cuando llegara la fecha de su vencimiento. Se trata del tramo de la AP-7 entre Tarragona y Alicante y el de la AP-4 entre Sevilla y Cádiz. Entre ambos suman 468 kilómetros de concesión bajo el paraguas de Aumar (una de las sociedades que protagonizó a comienzos de siglo la fusión de la que nació Abertis), cuya aportación a las cuentas de la empresa ahora presidida por Marcelino Fernández Verdes es notable.

En concreto, el Ebitda de Aumar en 2018 fue de 285 millones de euros, casi un 8% del total de Abertis, mientras que sus ingresos alcanzaron los 317 millones de euros. Cifras que serán más que compensadas por la aportación de RCO, de acuerdo con los datos facilitados por la concesionaria española al anunciar la operación.

Abertis ha adquirido el 70% de la empresa mexicana en alianza con el fondo de Singapur GIC. Sin embargo, la compañía española tendrá el 50,1% de la sociedad, lo que le permitirá consolidar sus resultados. Con la referencia de los resultados de 2018, el impacto de RCO en el Ebitda de Abertis hubiera sido de 375 millones de euros. La concesionaria azteca hubiera aportado ingresos por valor de 411 millones de euros.

El fin de Acesa, en el horizonte

En el comunicado oficial en el que dio cuenta de la operación, Abertis destacó que la compra de RCO le permite sustituir aproximadamente el 50% de los flujos de caja relacionados con las concesiones que posee en España y que vencen a corto plazo. Además de las dos citadas, en este grupo se incluyen las pertenecientes a Acesa, cuyo vencimiento está programado para 2021.

En la cartera de esta concesionaria están incluidos los tramos de la AP-7 La Junquera-Barcelona, Barcelona-Tarragona y Montmeló-El Papiol; y el de la AP-2 Zaragoza-Mediterráneo. En el caso de Acesa, el peso en las cuentas de Abertis es superior al de Aumar. En 2018, la aportación al Ebitda se cifró en 436 millones de euros, algo más de un 12% del total, con ingresos próximos a los 530 millones de euros.

En principio, Acesa no está incluida en el conjunto de concesiones cuyo fin definitivo fue anunciado por el Gobierno. En su día, el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, señaló que no serían renovadas aquellas que vencieran a lo largo de la legislatura (que, por entonces, se cerraba a finales de 2020).

Sin embargo, será complicado que el Gobierno resultante de la próxima consulta electoral del 10 de noviembre sea partidario de renovar las concesiones, en pleno debate por la necesidad de establecer el pago por uso en toda la red de carreteras de alta ocupación para hacer sostenible su mantenimiento. Todo apunta a que las barreras de Acesa también quedarán levantadas en 2021. Será el próximo hito que Abertis deba afrontar para evitar un fuerte impacto en sus resultados, en este caso de 2022.

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