Vuelta a la casilla de salida, pero con un escenario preocupante para los intereses de la Unión Europea. El anuncio de Donald Trump de que EEUU sale del Pilar 2 de la OCDE -en el que 138 países se comprometieron a establecer un tipo impositivo mínimo del 15% sobre el resultado contable ajustado de las compañías que facturen más de 750 millones de euros al año- es un golpe para la UE quizás mayor que la guerra arancelaria, ya que se produce justo cuando los 27, la avanzadilla de esta tributación mínima para multinacionales, acaban de aprobar leyes que se adaptan a la Directiva en este sentido y que han entrado en vigor el pasado 1 de enero, como en España la Ley 7/2024, de 20 de diciembre, por la que se establecen un Impuesto Complementario para garantizar un nivel mínimo global de imposición para los grupos multinacionales.
Mantener el marco fiscal del impuesto mínimo que tanto esfuerzo ha costado montar supondría la guerra fiscal abierta con Trump, ya que obligaría a las filiales de EEUU en los Estados miembros a pagar en cada uno de ellos lo que dejen de aportar en jurisdicciones de baja tributación (el UTPR (Under Taxed Profit Rule) o impuesto complementario secundario, que entraría en vigor en 2026), cuando la Casa Blanca ha notificado que sale de este proyecto y anuncia, de entrada, tributaciones adicionales para no residentes. A lo que se añade el coste fiscal y de adaptación para las empresas de una norma de gran complejidad que ni siquiera se espera que aporte recaudaciones estimables. "Un tiro en el pie de la UE a sus empresas", entiende fuentes jurídicas consultadas por Vozpópuli.
En esta disyuntiva se encuentra ahora mismo la UE y el Consejo Europeo y su Diplomacia tratan de armar una respuesta, que luego deberá descender a los detalles técnicos para calmar los ánimos con EEUU. Una retirada rotunda de la UE del Pilar 2 sería compleja políticamente y necesita unanimidad. Sí se espera que se planteen ajustes y se ralentice su aplicación -que quedaría en último término prácticamente sin efecto- y que vayan decayendo las tasas Google.
El desafío fiscal de Trump
La Global Tax Deal u Orden Ejecutiva del acuerdo fiscal global, promulgada en las primeras 24 horas de Trump como presidente, ordena al Secretario del Tesoro y al Representante Permanente de EEUU ante la OCDE que notifique a la OCDE que cualquier compromiso de la Administración Biden sobre el acuerdo fiscal global no tiene fuerza ni efecto en los Estados Unidos, a menos que el Congreso actúe para adoptar sus disposiciones.
También ordena al secretario del Tesoro y al Representante Comercial de los Estados Unidos que investiguen el cumplimiento de los tratados fiscales por parte de los países extranjeros y si tienen normas fiscales, promulgadas o en proceso, que sean "extraterritoriales" o afecten "desproporcionadamente a las empresas estadounidenses", y que preparen en un plazo de 60 días una lista de opciones de medidas de protección que los Estados Unidos deberían adoptar en respuesta.
No se concreta qué impuestos pueden considerarse extraterritoriales o desproporcionados en este texto, pero públicamente se ha señalado al UTPR y a las tasas Google.
La medida de presión que está utilizando Trump en contra del Pilar 2 es la aplicación de una tributación adicional sobre cualquier ingreso norteamericano que una entidad no residente tenga en Estados Unidos. Esa tributación adicional puede llegar hasta el 20% y se aplicaría de manera general a todas las empresas, mientras que reduciría la tasa nominal del Impuesto sobre Sociedades al 15% para las empresas que fabrican productos en el país. Su efecto, por tanto, sería "desproporcionado" respecto al impacto del Pilar 2 en las empresas norteamericanas, señala José María Remacha, socio de fiscalidad internacional de EY Abogados
En diciembre de 2019, el Tesoro de Trump expresó su apoyo a una "solución de Pilar 2 similar a GILTI (impuesto que aprobó en 2017 para asegurar una tributación mínima de las ganancias en el extranjero de sus empresas)", pero también expresó su preocupación por el Pilar 1 y presionó por un enfoque de puerto seguro, lo que en la práctica significa que las medidas sean opcionales para las empresas. Una posibilidad es que la UE se adapte a GILTI y no aplique UTPR a grupos multinacionales con presencia en EEUU.
Estos replanteamientos por parte de la UE contentaría al Gobierno estadounidense y llevaría a Trump a replegarse en el amago de aplicar una tributación adicional a las empresas.
Fin de las tasas Google
Además, las fuentes consultadas por este periódico asumen que entre los elementos de negociación que abordarán EEUU y la UE estarán los impuestos digitales que tienen países como España, Francia o Italia y que Trump percibe como discriminatorios. Es decir, EEUU presionará para que la tasa Google se elimine o suavice, y las fuentes consultadas asumen que la UE cederá para evitar los aranceles. Trump ya impuso o anunció la imposición de aranceles a Francia y España en 2019 y 2020, respectivamente, por estas tasas.
Estas tasas son la opción que han elegido algunos Estados miembros para gravar a las tecnológicas ante la paralización de la implementación del Pilar 1 por parte de EEUU. Se habían comprometido a eliminarlas en 2024, pero siguen operativas ante la falta de avances de EEUU incluso con Biden.
Aunque las negociaciones oficiales aún no han arrancado, las empresas ya están preparando planes de resiliencia, como en el periodo de la pandemia, para diversificar riesgos en sus cadenas de suministro y en sus ventas. Ante un escenario de total incertidumbre, son cada vez más las que analizan su exposición a EEUU y la posibilidad de desviar sus operaciones a otros países.
Tony01
10/02/2025 12:00
Cada vez se expone más nuestra debilidad frente a una élites globalistas que nos han estado engañando y siguen haciéndolo con ahínco en Bruselas, frente al absoluto silencio borreguil de una clase empresarial completamente adocenada, subsidiada y subvencionada por los delirios estatales de Bruselas, con Francia a la cabeza de la quiebra económica y moral.