Hace unos días se hacía público el nombramiento de Ángel Escribano como presidente de Indra. El nuevo máximo responsable de la entidad pública tecnológica no llegaba al cargo de casualidad. Su empresa y la de su hermano, bautizada con el apellido de ambos, se hacía hace unos meses con el 14,3% de las acciones de la corporación después de varias compras. Es el máximo accionista, superando en más del doble el porcentaje de Amber Capital -segundo máximo accionista-, el fondo del armenio Joseph Oughourlian, dueño además de Prisa y cercano al Gobierno de Pedro Sánchez.
El nombramiento de Escribano vino a cubrir el hueco que deja Marc Murtra, nombrado presidente de Telefónica tras la salida de José María Álvarez-Pallete, a los mandos del gigante azul desde abril de 2016.
La compañía, centrada en el desarrollo de tecnología militar, cerró 2024 con una cifra de negocio superior a los 300 millones de euros, muy por encima de los 115 millones de euros que facturó en 2023. Su crecimiento es meteórico, en un momento, además en el que sopla el viento a favor, con la guerra de Ucrania enquistada a pesar de los tambores de paz y Donald Trump proclamando a los cuatro vientos la necesidad de que Europa y sus aliados de la OTAN tiren de chequera para aumentar el gasto en Defensa.
El primer ministro de Polonia y presidente de turno del Consejo de la UE, el conservador Donald Tusk, pedía "no subestimar" la llamada del mandatario norteamericano y ha declaraba que "para que Europa sobreviva, debe ser armada"
Escribano es consciente de que más tarde o más temprano las inversiones crecerán y quiere estar preparada para ello. Una de las instancias en las que se consigue arrimar el ascua a la sardina son los pasillos de la Comisión Europea. Es algo que hacen Google, Facebook o Amazon, por citar solo algunas empresas, pero también la propia Telefónica, Indra o el mismísimo Elon Musk.
Escribano ha potenciado sus oficinas en Bruselas con el reciente registro de tres perfiles que defenderan sus intereses en el mercado del viejo continente. Así lo refleja el portal de Transparencia de la Comisión Europea, consultado por este diario para la elaboración de esta información.
El pasado lunes, tras tomar posesión como nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump fue preguntado sobre España y recriminó que su gasto en Defensa está muy por debajo del 5% del PIB que reclama para los aliados -actualmente el Gobierno destina un 1,3% y tiene el compromiso de alcanzar el 2% en el año 2029-
Se trata de Julia Ariño Noguer, abogada con experiencia en la UE, donde fue asistente parlamentaria, y que ahora ejerce como EU & NATO Affairs Officer para Escribano (Oficial de Asuntos de la UE y la OTAN, en castellano); Carolina De Amuriza Chicharro, un perfil especializado en Defensa y también con experiencia en Bruselas que también se desempeña para Escribano como EU & NATO Affairs Officer y Juan Martínez-Esparza Belizón, NATO & EU Affairs Defence Advisor (Oficial de Asuntos de la UE y la OTAN y asesor en materia de Defensa), quien además es el responsable de las oficinas de Escribano, abiertas hace poco menos de un año. Belizón, además, ha formado parte de la OTAN durante seis años, desempeñándose entre otros cargos como Deputy Director Cooperative Security Division, international militari staff (Director Adjunto División de Seguridad Cooperativa, personal militar internacional).
En el portal de Transparencia de la Unión Europea no aparecen, de momento, reuniones de ningún tipo -las empresas registradas están obligadas a comunicar todas las citas-, pero es solo cuestión de tiempo que Escribano comience a tener encuentros con profesionales del sector y políticos de la Comisión Europea para defender sus intereses.
Europa no hace oídos sordos
El pasado lunes, tras tomar posesión como nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump fue preguntado acerca de España y no dudó en recriminar que su gasto en Defensa está muy por debajo del 5% del PIB que reclama para los aliados. En la actualidad, el Gobierno destina un 1,3% y tiene el compromiso de alcanzar el 2% en el año 2029-.
Se trata de unas declaraciones que no han caído en saco roto. Poco después, el primer ministro de Polonia y presidente de turno del Consejo de la UE, el conservador Donald Tusk, pedía "no subestimar" la llamada del mandatario norteamericano y declaraba que "para que Europa sobreviva, debe ser armada".