Solar360, la joint venture participada al 50% por Repsol y Telefónica (a través de Movistar) declaró pérdidas por valor de 6,9 millones de euros en su segundo año de vida. Estas cifras vienen a ser similares a las que ya declaró en sus 12 meses iniciales, cuando rebasó ligeramente los siete millones.
Las dos compañías anunciaron la creación de una nueva sociedad para dotar a los hogares de paneles solares. Telefónica y Repsol ofertan a todos sus clientes en todos sus puntos de venta oficiales (tiendas y gasolineras) los servicios energéticos de la joint venture desde 2022.
Esta fórmula, por tanto, supone que la operadora de telecomunicaciones no sea una empresa que comercializa a terceros la energía solar, si no que tiene capacidad ejecutiva dentro del proyecto junto a Repsol, que desde hace varios años invierte en energías renovables.
El presidente de Solar360 es Valero Marín. El pasado 24 de octubre hubo cambios significativos en la compañía, cuando Emilio Gayo, presidente de Telefónica España, fue sustituido por Marín. Además, se unieron Adrián García Nevado, director general de Empresas de Telefónica; y Luis Oyarzabal Sanz, responsable de Nuevos Negocios en Repsol. Ambos sustituyeron a Siridia Berenguer y José Manuel Casas Alajama, quienes abandonaron el órgano ejecutivo en esta reestructuración.
Volviendo a los resultados de la compañía, los ingresos sí han experimentado una sustancial mejora. La facturación de Solar360 se disparó hasta los 18,2 millones de euros, mientras que en el primer año apenas superó el millón.
No obstante, los mayores ingresos no sirvieron para que la empresa conjunta cerrara 2023 (últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil y a las que ha tenido acceso este periódico) con Ebitda negativo. En concreto, la cifra se hunde hasta los 8,8 millones de euros negativos, casi un millón menos que el año pasado.
Para solventar la delicada situación que atraviesa la empresa, tanto Telefónica como Repsol acordaron inyectar liquidez para paliar los efectos de las pérdidas durante su último ejercicio. Así lo indican los auditores en su informe financiero anual. En el documento señalan que en la “Junta Universal de Socios celebrada el 11 de enero de 2024, se aprobó una aportación al patrimonio de la Sociedad por un importe de 7.200.000 euros”.
Cabe destacar que cada uno de los dos socios puso un montante de 2,2 millones de euros para crear la compañía, según se apunta en el documento de constitución al que ha tenido acceso este periódico. Por tanto, tanto la operadora como la energética han aportado casi cinco millones.
En este sentido, el documento señala que ambas empresas “han expresado su respaldo financiero y patrimonial para mantener el desarrollo normal del negocio, cumplir con los compromisos en los plazos establecidos y llevar a cabo las inversiones y acciones contempladas en el plan de negocio, con el objetivo de lograr la significativa generación de flujos de efectivo prevista en el mismo”.
Argumentos de sus cifras
Los auditores, que ya el año pasado alertaban de un contexto negativo, remarcan en los aspectos más relevantes de la auditoría que el análisis aportado por la dirección de la compañía "requiere de un uso de estimaciones con alto grado de subjetividad", por lo que tiene un "elevado de nivel de incertidumbre".
Respecto a los motivos que han llevado a pérdidas a la compañía, el auditor alude a la fase inicial de lanzamiento, “habiendo incurrido en costes significativos asociados a la puesta en marcha, especialmente en campañas publicitarias y consultoría que han afectado negativamente a la cuenta de resultados".
Adicionalmente, en el ejercicio 2023 se produjo una reducción “drástica del precio de la energía, lo cual unido a la ralentización en la concesión de subvenciones asociadas a instalaciones fotovoltaicas, han producido una contracción muy relevante del sector fotovoltaico de autoconsumo español, afectando de manera significativa a la cuenta de resultados de la Sociedad”.