El subsidio de desempleo para mayores de 52 años se consolida en los útlimos tiempos como una ayuda de vital importancia para aquellos que, tras agotar sus prestaciones, encuentran dificultades para reincorporarse al mercado laboral. Este soporte económico, gestionado por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), está diseñado para personas que han cotizado al menos seis años durante su vida laboral y cumplen con ciertos requisitos.
Para acceder a este subsidio, como decimos, es fundamental haber agotado la prestación contributiva por desempleo después del 1 de noviembre de 2024 o acreditar una situación legal de desempleo a partir de esa fecha, siempre que se hayan cotizado más de 90 días. Además, como es lógico, es imprescindible tener 52 años o más en la fecha en que se quedó en paro o agotó su prestación. Otros requisitos incluyen seguir en situación de desempleo o con un trabajo a tiempo parcial, estar inscrito como demandante de empleo, y suscribir un acuerdo de actividad.
Implicaciones de la subida del SMI
Es importante destacar que este subsidio es único porque se puede cobrar de forma ininterrumpida hasta la edad legal de retiro y cotiza para la jubilación por el 125% de la base mínima vigente cada año. Esta base de cotización está vinculada al SMI, por lo que cualquier subida del SMI implica un aumento en la base de cotización del subsidio. Esta cotización del 125% se tendrá en cuenta para calcular la base reguladora de la pensión de jubilación. Además, el tiempo cobrando este subsidio se considera como periodo de carencia en caso de jubilación anticipada. La cuantía mensual del subsidio es de 480 euros.
En conclusión, la subida del Salario Mínimo Interprofesional ha supuesto una buena noticia también para aquellos benefactores de este subsidio (ya no solo para los propios trabajadores que perciben el salario mínimo), pues, como decimos, cada vez que suba el SMI también subirá la base de cotización del subsidio.