La industria porcina española ha comenzado a perder parte de su credibilidad fuera de nuestras fronteras. En los últimos años, algunos de los principales mataderos y salas de producción han suspendido varias auditorías que realizan terceros países con el objetivo de homologar nuevas empresas, renovar las licencias de exportación a punto de expirar y poder seguir comercializando carne de cerdo española en esos mercados. Alguno de los países que han castigado a nuestra industria aluden a la "falta de supervisión veterinaria", a problemas de bienestar animal y a una deficiente salubridad en las plantas, tanto de sacrifico como de producción. Pese a los malos resultados en varias ocasiones, los principales dirigentes políticos y sectoriales siguen presumiendo de su calidad.
"La industria cárnica española tiene los más elevados estándares, tanto de sus instalaciones y equipos, como en los procedimientos de trabajo y por la capacitación y formación de su personal de calidad y producción. Esto nos ha permitido ser líderes en la exportación mundial de carnes y elaborados, estar presentes en más de 100 destinos, con crecimientos anuales que han llegado en muchos casos a los dos dígitos y con muy buena imagen país. Todo esto no sería posible sin el nivel de excelencia que requiere el comercio internacional y hace que la industria cárnica sea un contribuyente neto a la Marca España”.
Con estas palabras, la industria presume de su buen hacer. Sin embargo, esta retórica y la fe que depositan en el sector porcino tanto los representantes de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE) como los distintos Poderes Públicos, se han desplomado tras las últimas auditorías celebradas (durante los años 2022 y 2023) por varios países extracomunitarios en más de un centenar de plantas. En el caso de Corea del Sur y México se ha saldado con la derogación de la licencia de exportación a varias de ellas, además de la suspensión del prelisting por incumplimientos críticos de las garantías sanitarias. Cabe destacar que el prelisting o prelistado es un acuerdo aceptado por dos gobiernos, mediante el cual un país autoriza a sus empresas nacionales a mantener lazos comerciales con el país importador, sin que para ello este último tenga que auditar previamente cada industria, y que en caso de incumplimientos graves, el afectado puede rescindir.
México, Sudáfrica, Corea del Sur y Japón destapan el descontrol sanitario en mataderos y plantas de producción
El último país en sumarse al 'castigo' de los mataderos y plantas de producción españolas ha sido México, que además ha sido el que más dureza ha mostrado. Sin embargo, la gravedad de las irregularidades identificadas por la delegación mexicana -perteneciente al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA)- no constituye un hecho aislado.
En el año 2017, el Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria (FSIS) de Estados Unidos dio las primeras alertas sobre la situación de los mataderos y las plantas de producción españolas. En una auditoría realizada por este organismo aquel año, se calificaron como "deficiencias sistémicas" la "ausencia de controles operativos diarios dirigidos al control de la condensación". Esta cuestión volvió a quedar patente en una auditoría realizada por Canadá en 2019. Ambos hechos quedan recogidos en el 'Documento de Directrices para la elaboración, aplicación y mantenimiento del programa normalizado de control regular de la higiene', cuya última revisión, elaborada por el Ministerio de Sanidad, data del mes de abril de 2024.
Tras la pandemia, llegaron los dos grandes golpes para los mataderos. Por un lado, una auditoría realizada por Corea del Sur en abril de 2022 hizo que se perdiera el prelisting con este país tras la detección por parte de sus autoridades sanitarias de control de fronteras de productos enviados por empresas españolas con presencia de Listeria monocytogenes. Después de dos años de 'bloqueo', ahora se ha recuperado el mercado surcoreano.
Otro tanto sucedió con otros dos destinos importantes, puesto que según advierte ANICE, en una circular examinada por este diario y fechada en enero de 2024, "con Sudáfrica y Japón hay muchas incidencias microbiológicas, especialmente Listeria en Japón (a pesar de que exige legislación UE)".
Las auditorías que ensucian la reputación sectorial
Por otro lado, se encuentran las dos auditorías realizadas por México, que han representado el 'gran mazazo' para la industria del porcino español. La primera fue en junio de 2022, como ya contó este periódico y ElEconomista. Entonces, el Gobierno mexicano, a través del SENASICA, visitó 24 establecimientos y solo salieron favorables 2 plantas, se suspendieron 5 directamente y en las 17 restantes se detectaron incumplimientos de distinta gravedad, concediendo las autoridades mexicanas una prórroga para su subsanación. Además, esta auditoría también conllevó la pérdida del prelistado.
A finales de 2023, las autoridades mexicanas volvieron a España para realizar un segundo 'examen', tras el cual España recuperaría el prelisting en caso de una resolución favorable. Los resultados no fueron ni de lejos positivos, según ha adelando El Confidencial. En este 'examen', los funcionarios mexicanos detectaron otras 382 "no conformidades", lo que implica el incumplimiento de bastantes de los requisitos sanitarios exigidos tanto por la normativa comunitaria como por la mexicana para exportar carne de cerdo al país americano. Entonces, 64 establecimientos: 13 fueron aprobados, 2 fueron suspendidos y 48 obtuvieron no conformidades, aunque se les ha concedido la prórroga hasta 2026 para su corrección.
Entre otras cosas, detectaron estaciones de degüelle con residuos fecales (por falta de enjuague del cuchillo previo al esterilizado); temperaturas de los esterilizadores fuera del rango operativo de seguridad; cuchillos, discos de corte y sierras con acumulo de materia orgánica; estructuras aéreas (rieles de transporte, soportes, motores) con presencia y desprendimiento de oxido, grasa y suciedad; condensaciones con goteo directo sobre producto en proceso de elaboración; evidencia de insectos voladores en contacto con las canales; además de problemas de bienestar animal (como maltrato a los animales durante su descarga y deficiencias en los equipos de sacrificio de emergencia, así como comederos de emergencia con residuos de alimento descompuesto).
Sanidad pone a los veterinarios en el centro de la diana
Las deficiencias reportadas por el SENASICA son de tal envergadura que el Ministerio de Sanidad no tuvo más remedio que abrir una investigación que concluyó con un dictamen "demoledor" para el sector.
La cartera presidida por Mónica García, en un dossier bautizado como Programa de Auditorías Establecimientos Exportadores (fechado inicialmente el día 19 de diciembre de 2023 y actualizado el 11 de enero de 2024) reconoció "que revisados los resultados de las últimas auditorías, los países terceros han señalado como punto débil del sistema, la supervisión de los establecimientos". De este modo, el Ministerio de Sanidad puso la lupa sobre el colectivo de los Servicios Veterinarios Oficiales (SVO) y sus supervisores, destinados a cubrir esas salas de sacrificio y producción, a los que culpó de la crisis abierta en estos mercados.
Por otro lado, Sanidad admite "que no se habían reforzado las actividades de supervisión en los establecimientos que habían tenido incidencias en los controles en destino a la importación del producto" y que en las "auditorías se ha comprobado que algunos operadores no mantenían las condiciones exigidas por los terceros países".
De manera paralela, el criterio de Sanidad figura refrendado en el borrador del aludido programa, aunque con un matiz sustancial, y al que ha tenido acceso Vozpópuli.
El punto 1 del citado texto contiene un apéndice (omitido en el texto definitivo) que compromete todavía más la actuación del colectivo de los SVO de este tipo de instalaciones, al poner de manifiesto "que no se habían activado las acciones tipificadas en el artículo 18 del R.D. 993/2014 como consecuencia de los resultados de los controles oficiales". Este artículo recoge las medidas cautelares para limitar o impedir total o parcialmente la emisión de certificados veterinarios de exportación.
ANICE asegura que en los listados de exportación se ha 'colado' a todo tipo de empresas
En este mismo sentido, la reacción de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España no se hizo esperar. La gran patronal cárnica, que públicamente exhibe siempre un mensaje compasivo con el sector, no tardó en mostrar -de manera privada- su inquietud por la situación originada, y en una circular remitida a su asociados (entre los que se encuentran varias de las empresas inspeccionadas) el día 15 de marzo de 2023 puso de manifiesto que "los incidentes surgidos en algunas de las últimas auditorías, como es el caso de Corea del Sur y de México, con graves consecuencias para nuestras exportaciones y para la imagen de nuestro país, han puesto en evidencia que el actual sistema de inclusión y mantenimiento de empresas en las listas de exportadores adolece de graves deficiencias, que han de corregirse con urgencia".
Y muestra su airada indignación con todos los actores sectoriales involucrados (en clara referencia también a los SVO) por no "extremar el cuidado durante las auditorias para evitar no conformidades, precisamente el día de la visita", tal y como se puede leer en otro escrito despachado el 4 de octubre de 2022.
Pero además, ANICE durante una reunión conjunta de sus Grupos de Trabajo del Área Internacional y Técnico, celebrada el día 8 de noviembre de 2022, (que contó con la presencia de Emilio García Muro – Subdirector General de Acuerdos Sanitarios y Control de Fronteras del Ministerio de Agricultura) no dejó escapar la ocasión para lanzar un dardo envenenado contra las autoridades encargadas de seleccionar a las industrias que acceden a los listados de exportación. En este sentido, los regidores de la gran patronal cárnica consideran "que el prelistado ha sido un 'coladero' de entrada de todo tipo de empresas en las listas” y que "no todas pueden estar en las listas". "Hay que garantizar un elevado estándar de cumplimiento (instalaciones, autocontroles, trazabilidad…)", añaden.
Rematan sus conclusiones destacando un aspecto que consideran clave para intentar revertir la situación, al trasladar "que habrá que contar con el Ministerio de Sanidad para reforzar los SVO en planta y que no 'salgan mal parados' en las auditorías". Además, reclaman que "Sanidad debe formar a los SVO que están asginados en las plantas, para que tengan el debido entrenamiento ante las auditorías de terceros países".