La terrible DANA que arrasó la provincia de Valencia y otros territorios de España a finales del mes de octubre ha sido el elocuente recordatorio de cómo el cambio climático ya está dejando sentir sus efectos en la vida de las personas en cualquier parte del mundo. Y es que los cada vez más frecuentes y virulentos fenómenos meteorológicos extremos obligan a replantearse muchas de las cuestiones que, sobre todo, en los países desarrollados, se estaban dando por supuestas. Una de esas cuestiones, es la resiliencia y seguridad de las redes de distribución eléctrica.
Un sector que está viviendo varias revoluciones superpuestas que lo convierten en uno de los grandes actores clave del futuro de la economía: el ya mencionado desafío del cambio climático y la reducción de emisiones, el cada vez más rápido despliegue de las renovables, el avance de la electrificación con aplicaciones tan variadas como el autoconsumo, la industrialización, el coche eléctrico, las telecomunicaciones…Todo pasa por la distribución eléctrica y por ello ha sido el tema principal del encuentro que, bajo el título de “Oportunidades y retos de las redes eléctricas”, se ha celebrado en Madrid, organizado por Vozpópuli y con el patrocinio de Endesa. En el mismo han participado destacados especialistas en la materia y ha contado con la moderación de la periodista de La Sexta, Marina Valdés.
Cambio climático e inversiones
En la actualidad se están manejando tres palancas para combatir el cambio climático. Una son las energías renovables. Otra, la eficiencia energética, que no solo consiste en consumir menos sino en hacerlo de una forma distinta, por ejemplo, con zonas valle frente a horas punta. Y, por último, la electrificación. Y el factor común que comparten todas ellas son las redes. “Cada vez más cosas van a depender de la electricidad, y cada vez más cosas van depender de las redes”, afirmó José Manuel Revuelta, director general de Redes de Endesa.
Cada vez más cosas van a depender de la electricidad, y cada vez más cosas van depender de las redes" José Manuel Revuelta (Endesa)
El especialista de Endesa recordó que, ante un escenario de incertidumbre climática, es más importante que nunca reforzar las redes. “En España tenemos una gran red, pero inevitablemente necesitamos modernizarla y actualizarla para hacerla más resiliente ante unos fenómenos climatológicos cada vez más potentes en intensidad y que amenazan a esas infraestructuras”. En ese sentido, recordó, “el propio PNIEC habla de inversiones en redes de más de 53.000 euros de aquí al año 2030”.
La modernización de las redes, con desarrollos tecnológicos como las redes inteligentes, es una de las vías que el sistema energético tiene para protegerse frente a eventuales eventos climáticos extremos. “Las reglas del juego cambian por el comportamiento del clima. Los distintos agentes necesitamos trabajar conjuntamente para intentar generar información lo más precisa posible. Una información que nos permita prever a qué tipo de eventos nos vamos a enfrentar, y qué capacidad de adaptabilidad necesitamos para lograr esa mayor resiliencia de la red que se está buscando”, señaló Esteban Rodríguez Guisado, jefe del área de Evaluación y Movilización del Clima de AEMET.
A la izq. José Manuel Revuelta (Endesa) junto a Esteban Rodríguez Guisado (AEMETY).
Para Marta Castro, directora de Regulación de AELEC y member of board de Euroelectric, urge un cambio de mentalidad. “Necesitamos empezar a pensar que invertir en redes no es un gasto, sino una inversión. Especialmente ante la apuesta de país que afrontamos de liderar un proceso de descarbonización a nivel europeo brutal”. Los beneficios de este cambio de chip son, en opinión de esta especialista, muy grandes: “Medioambientalmente nos vamos a beneficiar porque vamos a conseguir unas reducciones de CO2 que van a garantizar reducir estos cambios climáticos fuertes. Y económicamente va a ser un tractor que nos va a permitir generar una cadena de valor y crear una industria sostenible que ya está solicitando acceso a esas redes pero que, hoy por hoy, no se puede conectar por falta de capacidad”.
Necesitamos empezar a pensar que invertir en redes no es un gasto, sino una inversión. Marta Castro (AELEC)
Luis Olmos, investigador del Instituto de Investigación Tecnológica de la Universidad Pontificia de Comillas del Área de Regulación y Economía, apuntó por su parte que las inversiones en las redes de distribución están plenamente justificadas debido a “los beneficios que pueden reportar al sistema en términos de integración de nueva demanda, integración segura de esos nuevos recursos energéticos o generación de renovables o almacenamiento de distintos tipos de recursos flexibles”. También señaló la conveniencia de complementar esas inversiones con “incentivos a la innovación y a la eficiencia que permitan a las compañías responsables del desarrollo de redes beneficiarse de una reducción de costes por la prestación de estos servicios”. Una reducción de costes que también llegaría al ciudadano. Esto es debido a que si se incorporan muchos más agentes conectados a las redes, los costes de mantenerlas se repartirían asimismo mucho más, bajando así la factura de este apartado que pagamos cada cliente.
Necesitamos generar una información lo más precisa posible que nos permita prever a qué tipo de eventos climáticos nos vamos a enfrentar. Esteban Rodríguez Guisado (AEMETY)
A la izq. Luis Olmos (Universidad de Comillas) junto a Marta Castro (AELEC).
Marco regulatorio e inversiones
Los ponentes coincidieron en señalar la importancia de contar con un marco regulatorio estable que aporte seguridad y acompañe el desarrollo de las redes. “Si no existe estabilidad regulatoria, el riesgo aumenta sustancialmente, lo cual ahuyenta las inversiones”, advirtió Luis Olmos. Este especialista señaló la necesidad de “establecer mecanismos de contratación de largo plazo que permitan estabilizar el precio de este tipo de recursos de generación limpia”.
José Manuel Revuelta también reclamó coherencia, porque, dijo, “lo que no tiene sentido es que la regulación no acompañe a esas necesidades de las que depende la economía del país”. En ese sentido, la eliminación del límite legal de inversiones en redes que pesa sobre las empresas desde 2013 es uno de los obstáculos que se espera allanar en un futuro cercano gracias a las consultas públicas que sobre esta materia ha abierto el Gobierno.
Un instante del encuentro.
Marta Castro pidió un esfuerzo conjunto para acelerar el proceso de electrificación de la economía. “Necesitamos una mayor agilidad de implementación de esta regulación. Desde Europa nos han dado la herramienta de las inversiones anticipatorias para que el distribuidor pueda ejecutar las inversiones y dar respuesta rápida a las solicitudes de acceso y conexión. Pues hagámoslo”, apuntó.
Por su parte, Esteban Rodríguez Guisado instó a no mirar únicamente en el corto plazo. “Cuando se hace una inversión hay que analizar lo que te puede reportar a futuro y estimar cuánto podrías perder si no la haces”.
La inestabilidad regulatoria ahuyenta a las inversiones" Luis Olmos (Universidad Pontificia de Comillas)
Hub de energías renovables
¿España se puede convertir en ese en la Arabia Saudí de las renovables?, preguntó de manera muy gráfica Marina Valdés a los invitados. El director general de Redes de Endesa, se mostró optimista al respecto ya que nuestro país es uno de los países líderes en producción de energía renovable. Una energía, eso sí que necesita conectarse a una red robusta y digital que sea capaz de distribuir esa electricidad a todos los clientes, particulares, pymes e industria, allá donde estén y de forma segura y continua “El proceso de electrificación que estamos viviendoafectar a la mayor parte de las industrias que conocemos.Incluso las que ahora tienen procesos de calor o de producción basados en combustibles fósiles se van a acabar transformando”, explicó Revuelta.
¿Qué implicaciones tiene esto para España? “El componente de la energía es uno de los que mayor porcentaje aporta al precio final de muchos productos, y esto, que en otros momentos históricos nos ha podido perjudicar porque las industrias decidían irse a otras partes, ahora podría suceder lo contrario. Si lo hacemos bien, España tendrá esa gran ventaja competitiva en el mundo y también dentro de Europa, y eso es una oportunidad única”, resume Revuelta.