Cambio de dueños y un ERE en apenas seis meses. La nueva Vodafone ha tenido que hacer frente a una recomposición societaria y de mercado de forma exprés en un sector mermado por la alta competencia entre las operadoras. Zegona aterrizó hace poco más de seis meses con el objetivo de volver a ser rentables y mover el avispero para poder aumentar su base de clientes tanto en hogares como en empresas.
Para acometer una de las mayores reestructuraciones de los últimos años en una compañía de telecomunicaciones, el fondo de inversión británico depositó toda su confianza en José Miguel García, un experto en el sector que ocupó puestos similares y que también tuvo que lidiar con problemas de rentabilidad y de negocio como Euskaltel.
Fue el 14 de mayo cuando se aprobó oficialmente en consejo de ministros la venta de Vodafone España a Zegona por 5.000 millones de euros con el respaldo de un plan de inversiones en redes fijas y móviles. El 1 de junio, el nuevo equipo directivo asumió la gestión de la operadora, situando a José Miguel García como primer ejecutivo de la compañía, renovando el comité ejecutivo y decidiendo cambios estructurales para impulsar un nuevo modelo operativo de compañía, una compañía mucho más ágil, menos compleja y más eficiente para ganar en competitividad.
Una de las decisiones más duras que tuvo que tomar el directivo nada más llegar fue el de acometer un plan de ajuste de empleados. A pesar de que Vodafone y los sindicatos mantuvieron duras negociaciones para ejecutar el ERE, finalmente se llegó a un acuerdo y se consumaron un total de 898 personas, a pesar de que en un principio se manejaron 1.00 despidos.
En paralelo, se ha replanteado la estrategia para buscar oportunidades de crecimiento de forma rápida y efectiva, como en el mercado mayorista, donde se cerraron los acuerdos de Finetwork y PTV Telecom.
Este nicho de mercado se ha convertido en fundamental para las operadoras, que han visto en los acuerdos entre ellas para reducir costes operativos. Así, la nueva Vodafone ha virado su estrategia y fuentes de la compañía remarcan que “la compañía cuenta con una infraestructura de costes fijos, y es razonable que quiera obtener tantos ingresos como se puedan de este activo”.
En este sentido, fuentes de la operadora indican a este periódico que es “previsible” que en los próximos meses se cierren nuevos acuerdos que permitan a la operadora mejorar en márgenes y reducir “costes operativos”.
En julio, se firmaron dos principios de acuerdo históricos – que posteriormente se consolidaron a finales del 2024 - en el sector de las telecomunicaciones con Telefónica y MasOrange para crear dos grandes empresas de fibra que permitan a los clientes de Vodafone asegurar su acceso a la mejor red de fibra óptica.
Una gran cantidad de fibra
España puede presumir de la conectividad y de la extensión en fibra óptica que llega hasta los hogares. Pero, como apuntan desde el sector, “las empresas han tirado la tecnología cada uno por su lado y se han elevado los costes por separado”. Ahora, las empresas han cambiado de estrategia y buscan sinergias entre ellas.
Así, el consejero delegado de Vodafone ha incidido en varias ocasiones sobre este problema. “España tiene una gran cantidad de fibra, no tiene ningún sentido construir otra red, por eso vamos a impulsar el llegar a acuerdos de uso compartido mucho más estructurales, a largo plazo, eficientes en costes y que nos permitan ofrecer mejor servicio a nuestros clientes”, subrayó recientemente.
Renegociación con las torres
Otro de los frentes que ha abierto José Miguel García es el de los proveedores. “Se han revisado todos y cada uno de los contratos”, señalan fuentes de la operadora. El consejero delegado entiende que aún hay margen de mejora en los acuerdos y en diciembre del pasado año se reunió con todos los socios para apretar los márgenes.
Uno de los principales acuerdos que se va a revisar es el de las torres de telecomunicaciones. Este medio ya avanzó que Vodafone se plantea romper con su actual socio, Vantage ante el elevado precio que pagan por el servicio.
Vantage es la encargada de gestionar las torres para dar cobertura al sistema de telecomunicaciones de Vodafone. El acuerdo se selló en 2020 y tenía una extensión hasta 2052. No obstante se incluyeron unas cláusulas por las cuales el pacto podría romperse al término de períodos de 2028. Es decir, que Vodafone, ahora gestionada por Zegona, puede cambiar de proveedor en dos años. Una decisión que, de acuerdo a las diversas consultadas por este medio, está totalmente tomada. Como ha podido saber este periódico, la principal candidata es American Tower para quedarse con el contrato.
Recuperar los clientes
Vodafone, además, tiene como gran objetivo volver a ganar clientes. En los últimos años ha sufrido una travesía por el desierto y trimestre a trimestre obtuvo un saldo negativo. Ahora, la tendencia comienza a revertirse gracias a la limitación temporal de los descuentos en los planes de precios, rediseñando el servicio de atención al cliente, reposicionando sus marcas y renovando todo el portafolio de tarifas, tanto para la marca Vodafone como lowi, con ofertas más competitivas.
Los resultados en los últimos meses del operador rojo parece que acompañan su transformación, el 27 de diciembre de 2024 Zegona presentó los resultados del segundo trimestre (Julio, agosto y septiembre) y las cifras arrojarón un incremento de 146.000 nuevos clientes, que coincide con los resultados publicados por la CNMC, en donde la compañía demuestra una clara tendencia en altas netas positivas desde el mes de junio tanto en el negocio móvil, como en banda ancha fija, esta tendencia se produce en unos de los momentos estacionales más importantes para el negocio la llamada “vuelta al cole”. La operadora obtuvo unos ingresos totales de 903 millones de euros en Q2, un -1,5% comparado con el trimestre anterior e impactada por el cambio de contabilidad aplicado desde el 1 de julio (de ingreso minorista a mayorista) tras el acuerdo alcanzado con Finetwork y aumentó su EBITDAaL en un 6,4%.