El Grupo Prisa vuelve a vivir días complicados. La calma y la paz apenas duran días en la sede de Gran Vía. Cuando Parecía que Joseph Oughourlian -máximo accionista de la compañía- había ganado la batalla tras negarse a invertir en la creación de la nueva televisión de la TDT, a petición del Gobierno, la situación ha dado un giro de 180 grados.
Con el accionariado de Prisa en plena guerra civil por el control de la compañía, los dueños del capital social del conglomerado mediático afines a Moncloa llevan semanas reuniéndose con diferentes grupos inversores para buscar financiación. Fuentes conocedoras de las negociaciones afirman que “a principios de marzo Global Alconaba y Adolfo Utor concertaron entrevistas con importantes sociedades financieras para buscar fórmulas para buscar una mayoría en el accionariado del grupo”.
Y es que, por el momento, las cuentas no le salen a los afines de Moncloa, que han visto cómo Joseph Oughourlian se mantiene inquebrantable dentro de Prisa. Con la marcha de José Miguel Contreras y Carlos Núñez, dos históricos socialistas que ocupaban puestos directivos en la compañía, Moncloa ha perdido influencia. Ahora, intenta maniobrar a través del accionariado, aunque no será nada sencillo.
Este fin de semana se conocía que el ministro de Transformación Digital, Óscar López, mantuvo una reunión “informal” con el consejero delegado de Vivendi, accionista histórico del grupo Prisa y que resultaría fundamental para las aspiraciones de Global Alconaba y de Utor, también propietario de Balearia.
Durante el cara a cara entre López, acompañado del presidente de Telefónica -Marc Murtra-, y Arnaud de Puyfontaine; el político llegó a espetar: “Vendan su participación en Prisa a los accionistas amigos que les indicaremos o pueden decir adiós al presupuesto publicitario de Telefónica (ahora controlada por el Estado) gestionado por su filial Havas", revela el semanario Le Point.
Con la negativa de Vivendi a claudicar ante las exigencias de Moncloa, fue cuando los empresarios que participan en Prisa movieron los hilos y aceleraron para verse las caras con potenciales inversores para recaudar una cantidad cercana a los 350 millones de euros, una cifra por la que estaría dispuesto Oughourlian a sentarse en la mesa para abandonar el conglomerado mediático.
No obstante, las fuentes consultadas a este periódico remarcan que la posición del magnate de origen armenio “va a hacer toda la presión posible desde El País y Cadena Ser” para mantener el pulso contra Pedro Sánchez.
Cabe recordar en este aspecto que entre los accionistas más próximos al Ejecutivo se encuentra el grupo de empresarios que gestiona la sociedad Global Alconaba, encabezados por Andrés Varela Entrecanales y poseedores del 7% de Prisa. Esta participación la compraron en 2022, tras alcanzar un acuerdo con su anterior propietaria, Telefónica.
También figuran en el grupo de accionistas minoritarios el empresario audiovisual José Miguel Contreras y Juan Adolfo Utor. Este último, dueño de Baleària y poseedor del 5,4% de Prisa.
Junta de accionistas
Las fuentes consultadas por este periódico remarcan que los planes de los accionistas que pretenden asaltar el control de Prisa están más que definidos. De acuerdo a su versión, los afines a Moncloa quieren obtener la financiación necesaria para adquirir el capital social suficiente (51%) antes de finales de abril.
La idea es poder llegar a la junta de accionistas, que se prevé muy tensa, el próximo junio. El grupo de inversores que están posicionados con el Gobierno necesitan comprar un buen paquete de títulos para llegar a controlar la mayoría del capital social. En la actualidad, poseen un 17% del total.
¿Y de dónde podría obtener el resto de acciones que necesita para llegar al 51%? En la actualidad, Banco Santander ostenta el 4,2% de Prisa, los Polanco llegan al 7,2%, Carlos Slim tiene alrededor de un 7% y otro pequeño porcentaje en derivados. Por último, Vivendi cuenta con un 12%. Con el grupo francés casi descartado para la venta puesto que se ha posicionado en el lado de Oughourlian, Global Alconaba y Utor deberían convencer al resto para que vendan sus acciones.
La otra opción sería llegar a un acuerdo con el presidente del grupo Prisa para que, finalmente, venda su participación. Una opción que, por ahora, no contemplan los accionistas puesto que el empresario armenio quiere mantener su pugna contra el Gobierno a través de los medios de comunicación que ostenta el conglomerado mediático.