La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), adscrita al Ministerio de Hacienda a través de la ministra María Jesús Montero —recientemente nombrada secretaria general del PSOE de Andalucía—, tiene acciones en 27 empresas de sectores estratégicos para el futuro de la nación. De todas ellas, en 14 participa de forma mayoritaria y directa, entre las que destacan agencias y medios de comunicación de masas, energía, construcción y distribución alimentaria.
Entre las que controla están Correos, Navantia, el Hipódromo de la Zarzuela, Paradores y Tragsa —especializada en ingeniería, agricultura, infraestructuras y la gestión ambiental—. También la agencia de noticias EFE y RTVE. Además, aunque menos conocidas, se encuentran en el poder del Estado como accionista mayoritario Sepides, Mayasa, Cetarsa, Cofivacasa y Saeca. La mayoría de sus presidentes están próximos al PSOE en este momento.
Como accionista minoritario el Estado participa a través de la SEPI en Airbus Group (Aeronáutico), Ebro Foods, (alimentación), Enagás (energía), ENRESA (gestión de residuos radiactivos), EPICOM (seguridad digital), Hispasat (comunicaciones por satélite), Indra Sistemas (TIC), International Airlines Group (operador aéreo), Redeia-Red Eléctrica de España (energía), Telefónica (telecomunicaciones). De estas, es en Epicom, Indra, Redeia y Enresa donde mayor poder tiene con un 40%, 28%, 20% y 20%, respectivamente.
La SEPI de Montero también participa de forma indirecta en más de 100 sociedades que dependen de estas 27 compañías en las que tiene participación. Se trata en definitiva de un organistmo creado en 1995 encargado de gestionar las participaciones del Estado en sectores estratégicos, como la energía, la industria, el transporte y las telecomunicaciones.
Entrada del Estado en Telefónica
La SEPI entró en Telefónica en 2023 coincidiendo con la compra del grupo saudí STC de parte del capital de la compañía. Ahora, el Gobierno de Pedro Sánchez puede tomar decisiones del calado de quitar y poner presidentes de las principales empresas de España, como ha sido el caso de la destitución de José María Álvarez-Pallete para colocar a Marc Mutra.
La SEPI tiene una utilidad innegable también para frenar las compras de las empresas estratégicas por parte de capital extranjero. Es lo que se sopesó cuando Magyar Vagon quiso comprar Talgo, una operación que vetó el Consejo de Ministros. Sucedió también con el Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas (FASEE) creado en julio de 2020 para gestionar los rescates de la Covid-19, que canalizó prestamos a, por ejemplo, Air Europa.