La presión regulatoria 'ahoga' cada vez más al comercio alimentario español. Comisión Europea, Gobierno y atonomías presionan cada año con cientos de nuevas normas. Este año se ha batido un nuevo récord legislativo, con la aprobación o modificación de 1.253 leyes. La mayor presión viene de la obsesión de Europa por la sostenibilidad y la protección del medio ambiente, ya que es el ámbito que más se está regulando.
Según han denunciado desde la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), en la que se integran entre otras las cadenas Mercadona, Covirán o Ahorramas, los comercios del sector de la alimentación tuvieron que aplicar 470 normas nuevas o modificadas en cuestiones relacionadas con el medio ambiente en general, la eficiencia energética o el diseño ecológico, con el correspondiente coste que ello conlleva. Teniendo en cuenta que 2024 tuvo 366 días, cada jornada los empresarios y profesionales del sector tuvieron que aplicar 1,28 nuevas leyes en esta materia. De ellas, 275 están impuestas por las diferentes Comunidades Autónomas, 118 por la Comisión Europea y el resto por el Gobierno. Los datos están extraídos de la plataforma WorldLex.
Así, cuatro de cada diez nuevas normativas que se les exigen a los comercios de la alimentación son de materia ecologista, en línea con la política europea. Otro ámbito de interés es el relacionado con la seguridad alimentaria, con 253 normas que afectan a cuestiones como el almacenamiento, conservación y transporte, los controles oficiales o la protección animal, entre otros muchos. Por último, cabe mencionar también la carga normativa en materia laboral (132 textos en total) y en administración empresarial (un total de 210) sobre cuestiones tan variadas como licencias urbanísticas o inteligencia artificial.
3,4 normas al día
Más allá de lo medioambiental, los comercios tienen que soportar una enorme carga legislativa, que ha ido en aumento año tras año desde el 2020. Ese año de pandemia, las normas para el sector del comercio alimentario se dispararon exponencialmente, hasta superar las 3.000 nuevas normas en un solo año. En 2021 la creación de leyes para este sector redujo su ritmo, y en 2022 cayó en picado; pero desde entonces no ha parado de crecer.
A lo largo de todo 2024, se aprobaron 1.253 textos legislativos, lo que significa que cualquier comercio tuvo que conocer y ejecutar 3,4 nuevas normas cada día. Esta cifra supone un nuevo repunte sobre el año 2023, que registró 1.140 nuevas normas (3,1 al día), y queda muy lejos de las cifras pre-pandemia, cuando el número era de 476.
De esas 1.253 normativas, 514 han sido emitidas por ejecutivos autonómicos, por lo que en conjunto son los que más presión ejercen sobre el comercio; 444 por la Unión Europea; 230 por el Gobierno central y 65 por los ayuntamientos con mayor peso. Por otro lado, Asedas ha avanzado que para 2025 habrá nuevas disposiciones normativas que afecten al sector del comercio alimentario, como las leyes de prevención del desperdicio alimentario, de movilidad sostenible o la de servicios a la clientela, a las que ha sumado la posible reducción de la jornada laboral.
"El incesante incremento de normas, ya sean nuevas o modificaciones sobre anteriores, que afectan al comercio alimentario convierte su gestión en un gran problema para las empresas, que se ven obligadas a dedicar muchísimos recursos solo a realizar el seguimiento de las normas en vigor, ya que, por desgracia, muchas novedades legislativas no incluyen una clarificación y simplificación de su contenido", dijo Alberto Peironcely, director de Asuntos Regulatorios de Asedas.
Lo que más preocupa a los profesionales del sector son los tiempos, ya que consideran que "los márgenes de aplicación no son realistas". "La legislación que nos llega desde todas las administraciones -y que se extiende a lo largo de toda la cadena de valor de la producción y distribución-, supone enormes costes operativos, económicos y de pérdida de eficiencia que, en algunos casos, ponen en riesgo el modelo de negocio del retail español, caracterizado por una gran capilaridad y competitividad que permite llevar al consumidor una cesta de la compra variada y a precios competitivos muy cerca de sus casas", añaden en este sentido desde la asociación.