Para un inquilino, conocer los derechos que le corresponden al entrar en una nueva vivienda y firmar un contrato es fundamental. Estar informados y tener claras las condiciones que les corresponden y pueden exigir puede suponer la diferencia entre una buena experiencia o el abuso de poder del propietario. Pero la desinformación hace que en muchas ocasiones los arrendatarios y caseros pasen por alto estos beneficios, que comienzan por el derecho a negociar la duración del contrato. Así, estos son algunos de los más conocidos y destacados:
- Derecho a negociar la duración del contrato.
- Derecho de adquisición preferente si el casero vende el inmueble.
- Derecho a solicitar las reparaciones necesarias.
Además de estos derechos, el inquilino siempre puede denunciar al dueño de la vivienda por allanamiento. La explicación de esto es sencilla: a pesar de ser propietario del inmueble, esto no le da el derecho a entrar y acceder a él sin consentimiento del inquilino. Así, esta acción infringe el precepto establecido por la Constitución Española sobre la inviolabilidad del domicilio. Y esto va muy de la mano de otro derecho desconocido en muchas ocasiones: el de la "tranquilidad doméstica".
El desconocido derecho de los inquilinos
Toda persona busca encontrar en su hogar un espacio seguro y tranquilo, y lo cierto es que hay un derecho que recoge este deseo de forma oficial para los inquilinos en alquileres españoles. Se trata del "derecho a la tranquilidad doméstica", que no es más que la protección de todo arrendatario contra ruidos molestos por la noche o en horario no permitido. En este tipo de ocasiones, al igual que en el caso de aquellos que residen en una vivienda en propiedad, podrán llamar a la policía local para dejar constancia sobre ello.
Asimismo, el "derecho a la tranquilidad" hace referencia a la irrupción sin previo aviso del propietario del apartamento. Esto no está permitido, ni siquiera para realizar reparaciones y obras de mantenimiento. El casero siempre deberá avisar sobre este tipo de acciones. A todo ello se suman derechos como la protección de bienes: el inquilino deberá recibir la devolución de la fianza al final del periodo de alquiler acordado si este ha cumplido los términos recogidos en el contrato.
Finalmente, además de conocer sus derechos, los inquilinos también deben tener presentes sus obligaciones. El portal Idealista hace hincapié en la obligación de pagar la fianza, así como de cumplir las fechas y cantidades señaladas en sus cuotas y mensualidades. Cuidar y mantener en buenas condiciones el inmueble también es una responsabilidad de la que se deben hacer cargo, además del corresponsidiente pago de suministros. Además, deberá tener en cuenta algo: el propietario tiene derecho a recuperar la casa por necesidad si se dan determinadas circunstancias. Esto deberá quedar recogido en el contrato.