En España, alrededor del 16% de la población vive de alquiler. Así, inquilinos de todas las partes del país se manifiestan contra los altos precios y se hacen eco de sus quejas en las redes sociales. Pero mientras esto ocurre, la deuda de los arrendatarios españoles aumenta. La precariedad laboral y el aumento del coste de vida -como ha ocurrido en los precios de los alimentos- no ayudan, y los caseros también deben protegerse frente a problemas como los cada vez más frecuentes impagos.
Muchos de los caseros y propietarios de las viviendas dicen sentirse desprotegidos ante este tipo de situaciones. Mientras, son muchos los que ya han impuesto denuncias al dejar de recibir sus mensualidades, y pasar de tener un inquilino a un 'inquiokupa'. Para evitar estas situaciones, hay algunas precauciones previas que pueden ayudar a evitarlo -aunque nunca aseguran el éxito-, como la petición de avales y la contratación de un buen seguro. Invertir esfuerzo y tiempo en escoger quién entrarar en sus casas es clave, así como no tener miedo a decir que no, pues la baja oferta de vivienda y la alta demada hace para ellos que sea más sencillo encontrar alguien que quiera acceder a dicho alquiler.
Los dos consejos de la OCU
La Organización de Consumidores y Usuarios -OCU- asegura haber acusado en los últimos años un importante incremento de consultas inmobiliarias, sobre todo asociadas al alquiler de viviendas. Así, los profesionales de la organización hablan de los tres problemas principales a los que suelen hacer alusión los caseros: retrasos en el pago de la renta, impagos y daños producidos en el inmueble. Para evitar problemas con sus inquilinos, la OCU habla de dos consejos sencillos de llevar a cabo, y gratuitos para los propietarios de la vivienda.
El primero de los consejos de la organización comienza por hablar de las responsabilidades de los caseros, que deben estar igual de presentes que sus derechos. Así, la OCU afirma que "el arrendador debe ofrecer una vivienda en buen estado de habitabilidad, donde él mismo estuviera dispuesto a vivir". Esto responde a un reciente estudio realizado por la misma organización, en el que tras analizar 155.509 anuncios inmobiliarios y comprobar los metros cuadrados anunciados, estos solían ser mucho menores al visitar la vivienda.
"Cualquier fleco que deje (paredes sucias, electrodomésticos que no funcionen, manchas de humedad, grifos que goteen, persianas que no cierren, etc., etc.) es una llamada a problemas futuros con casi un 100% de probabilidad, incluso cuando su inquilino sea una bellísima persona", explica la organización. De esta forma, las acciones deben comenzar antes incluso del comienzo de la entrada en vigor del contrato de alquiler: todo debe estar a punto antes de introducir a un inquilino en casa.
El contrato de alquiler
Finalmente, el segundo consejo de la OCU dirigido a los caseros de los alquileres en España es utilizar "un contrato de alquiler claro y equilibrado". Así, este es más importante que nunca ya que "la Ley de Arrendamientos Urbanos deja libertad a las partes para pactar una parte de sus obligaciones". Además, en el caso de la actualización anual de la renta, es importante tener en cuenta que dicha ley prevé que no habrá actualizaciones en el caso de no constar como tal en el documento.
La buena redacción del contrato no es el único punto en el que es necesario hacer énfasis: es necesario que el futuro inquilino se siente con el propietario a repasar cada una de las cláusulas y, si es necesario, discutirlas. Esto no ocurre en demasiadas ocasiones, pero es lo más indicado. Además, "hay que ser especialmente claro en las pequeñas reparaciones, fuente de numerosos problemas".