El último proyecto faraónico perfilado por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y el que fuera alcalde de la capital de España Alberto Ruiz Gallardón, esto es, la remodelación del estadio Santiago Bernabéu, tardará bastante tiempo en ver la luz, si en algún momento puede llevarse a cabo. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) que anula la modificación urbanística que hacía posible el proyecto lo retrasará al menos tres años, en función de los planes que los afectados por la decisión judicial, Ayuntamiento, Comunidad de Madrid y Real Madrid, aborden para desbloquear la situación.
Tanto el club deportivo como el Gobierno regional han puesto sobre la mesa la posibilidad de introducir modificaciones en el proyecto para evitar que los tribunales consideren que vulnera la Ley del Suelo. El Real Madrid se manifestaba en el escueto comunicado que lanzó cerca de la medianoche de este miércoles. Mientras, Ignacio González, presidente de la Conunidad de Madrid, señaló en un acto del Canal de Isabel II que actuarían de la manera más rápida posible para solventar la cuestión.
Pero no resulta tan sencillo. Modificar el proyecto llevaría a volver prácticamente al punto de partida: revisar el convenio entre el Real Madrid y el Ayuntamiento y obtener las correspondientes autorizaciones administrativas para la nueva modificación urbanística que habría que llevar a cabo.
Un proceso cuya prolongación en el tiempo es difícil de prever pero que raramente sería inferior al año y medio o los dos años y que se convertiría en absolutamente imprevisible si tras las elecciones municipales y autonómicas, las administraciones públicas madrileñas quedan en manos de dos fuerzas políticas diferentes, al contrario del escenario que se ha dado hasta ahora.
Cabe recordar que las operaciones urbanísticas relacionadas con la ampliación del Santiago Bernabéu se han aprobado con los únicos votos favorables del Partido Popular, que ha hecho valer la mayoría absoluta que conserva en el Ayuntamiento y en la Comunidad para sacarlos adelante.
La difícil vía de los tribunales
Precisamente, esta vía es la que se ha seguido con la antigua ‘operación Chamartín’, rebautizada ahora como Distrito Castellana Norte. A mediados de 2013, también el TSJM tumbó el desarrollo con una sentencia que fue recurrida ante el Tribunal Supremo. Sin embargo, las tres administraciones (en este caso también interviene el Ministerio de Fomento) y DUCH, la concesionaria del proyecto, han decidido rehacerlo para tratar de evitar la oposición de los tribunales, aunque han dejado algunos aspectos por definir.
La segunda opción pasa precisamente por los tribunales. La sentencia del TSJM que avala la impugnación de la modificación urbanística y que hace inviable la remodelación del Bernabéu puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo. Pero la resolución del Alto Tribunal también retrasaría el proyecto y, además, las partes implicadas tampoco cuentan con la seguridad de una decisión favorable.
En el caso de una sentencia en contra, deberían volver al punto de partida de la primera opción, es decir, modificar el proyecto.
Es decir, todo apunta a que, de producirse, el desbloqueo definitivo de la operación se irá incluso más allá del mandato de Florentino Pérez en el Real Madrid, que finaliza en 2017. Por entonces, lo más probable es que aún no se haya podido mover ni un metro cúbico de tierra.
Planes frustrados
El mandatario madridista tenía previsto iniciar las obras en el verano de este 2015, tras la finalización de la temporada futbolística. En las últimas semanas, Pérez había extendido en el club la idea de que, finalmente, la Comisión Europea no iba a considerar como ayudas públicas ilegales los convenios urbanísticos con el Ayuntamiento y, por lo tanto, que iba a tener vía libre para dar comienzo a la remodelación.
Al menos, esta tesis fue la que trasladó a los dirigentes de IPIC, el fondo soberano del emirato de Abu Dhabi, propietario de la petrolera Cepsa, con el que firmó un acuerdo para la financiación de la obra y obtener ingresos extraordinarios a través de poner un nuevo nombre al estadio.
Mientras, la impugnación de los antiguos propietarios de los terrenos aledaños al estadio, de la que deriva la sentencia que ha dejado paralizada la reforma, ni siquiera era tenida en cuenta por Florentino Pérez. Los demandantes habían solicitado en repetidas ocasiones una reunión con el club aunque sin éxito. Probablemente, a partir de ahora no se le olvide al presidente madridista.