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Operación relámpago: Sánchez encumbra a Murtra para traspasar activos de Indra a Telefónica

La absorción de los activos tecnológicos de Indra está entre los planes del Gobierno. El movimiento daría altas cotas de poder a Moncloa en dos grupos clave

  • Pedro Sánchez, en un foro de inversores. -

El golpe de timón en Telefónica otorga un control absoluto a Pedro Sánchez y esconde otros planes de mayor calado. Entre las ambiciones de Moncloa está el replanteamiento estratégico de dos multinacionales consideradas estratégicas para el Estado. Una es la operadora que presidía hasta este sábado José María Álvarez Pallete. Y la otra es Indra, comandada por el hombre que ocupa, desde hoy, el sillón de presidente de Telefónica: Marc Murtra.

En una auténtica 'operación relámpago', el Ejecutivo de Sánchez ha puesto fin a una etapa de ocho años en la operadora, la que arrancó cuando Pallete cogió el testigo de César Alierta. Fuentes conocedoras del movimiento aseguran que el directivo conoció su destino apenas 24 horas antes. Fue 'despedido' -como desvela Vozpópuli- por el jefe de la Oficina Económica de Moncloa, Manuel de la Rocha, en una reunión en la que también estaba presente el consejero delegado de CriteriaCaixa, Ángel Simón, y un representante del otro gran accionista de la operadora (STC). 

Se da la circunstancia de que los tres protagonistas de la operación se vieron la jornada anterior. Fue el jueves en el Hotel Ritz de Madrid, en un foro de inversores. El evento fue clausurado por Pedro Sánchez. En primera fila, se sentaba Marc Murtra y, a escasos metros, De la Rocha. En ese instante, Murtra, que aplaudió la intervención del líder socialista, ya sabía que saltaría de la presidencia de Indra a la de Telefónica. La suerte de Pallete estaba echada.

Los rumores de que el directivo podría no renovar en el cargo se habían intensificado en las últimas semanas. Pallete tenía que renovar en la próxima junta de accionistas de abril. Sin embargo, todo apuntaba a que el Gobierno aprovecharía la coyuntura para redibujar el máximo órgano ejecutivo de Telefónica. Tenía una excusa: el mapa accionarial ha cambiado completamente, tras el posicionamiento de la SEPI, la entrada de los saudíes y el refuerzo en el capital de CriteriaCaixa.

Finalmente, el Gobierno ha optado por acelerar el proceso y matar varios pájaros de un tiro. Se trata de aprovechar el terremoto accionarial que desató la llegada de STC para reorganizar el consejo y blindar el poder de Moncloa. Ese sería el primer paso. El segundo, según las fuentes consultadas, es de mayor alcance y consistiria en reestructurar tanto Telefónica como Indra, dos compañías clave para los intereses del Estado. El objetivo es fortalecer a la primera con los activos tecnológicos de la segunda, para que Indra pueda centrar todas sus fuerzas en un área decisiva y con gran proyección: la industria de la defensa.

Fuentes próximas a Indra aseguran que ese plan estaba sobre la mesa desde hace meses y que se estaba perfilando en los despachos de Moncloa. Lo que sí ha sorprendido ha sido el momento y la celeridad elegidos para iniciar la 'revolución'. 

Giro estratégico

Que el Ejecutivo trabajaba en esa dirección encaja con la estrategia de desinversion de Indra. Bajo la batuta de su consejero delegado, José Vicente de los Mozos, la empresa lleva demasiado tiempo intentando desprenderse de negocios que considera menos estratégicos, agrupados en la filial Minsait. El pasado octubre, dio un acelerón a la venta de la división de pagos de esta sociedad (Minsait Payments). Indra pretende desprenderse a corto plazo de este paquete, con el que quiere embolsarse en torno a 600 millones

Posteriormente, el objetivo del grupo es desprenderse del resto de activos de Minsait, que agrupa ramas como la ciberseguridad o la inteligencia artificial. Indra aspiraba a ingresar unos 800 millones, lo que elevaría al entorno de los 1.400 millones la recaudación total. La aspiración del tándem Murtra-De los Mozos era tener cerradas las dos operaciones antes del verano y destinar lo recaudado a incorporar a Indra otras sociedades del ámbito de la defensa. Hay candidatos con muchas posibilidades, como Hispasat, ITP Aero o Tess Defence

Las necesidades de Indra encajan con la urgencia de virar el rumbo estratégico de Telefónica, con una acción que no acabar de remontar. Esa es la lectura que se hace, desde hace tiempo, en algunos despachos de La Moncloa. El acoplamiento de piezas es evidente. Telefónica absorbería los activos tecnológicos de Indra. Es decir, todo o parte de Minsait. 

Posición de los accionistas

La operación, en principio, también encajaría con los deseos de los tres accionistas que más se juegan en Telefónica. La saudí STC ha desembarcado con vocación de largo plazo, no con la intención de mandar, pero sí de sacar rentabilidad a una inversión de mas de 2.000 millones, con la que compró el 10% del capital. 

Paralelamente, el 'holding' industrial que lidera Fainé ha reforzado el carácter estratégico de su participación en el grupo de telecomunicaciones. Lo dejó muy claro su consejero delegado, Ángel Simón, cuando presentó el plan de expansión de CriteiraCaixa. La prueba está en que el grupo catalán ha incrementando su posición en el capital hasta el 9,9% y apuesta a las claras por la creación de valor en la compañía.

Esa es la participación que tiene también la SEPI, que ha sido -y será- el brazo ejecutor del Gobierno en Telefónica. El holding público, dependiente del Ministerio de Hacienda, tiene a su vez un 28% del capital de Indra. La 'simbiosis' entre las dos compañías daría altas cotas de poder al Gobierno. Moncloa nunca ha escondido sus intenciones. En mayo, la SEPI eligió como representante en el consejo de Telefónica a Carlos Ocaña, el coautor del libro de la tesis de Pedro Sánchez. En el órgano ejecutivo también está Javier de Paz, al quien siempre se ha considerado como el hombre de José Luis Rodríguez Zapatero en la operadora.

En Indra, los intereses del Gobierno estaban representados, además de por Marc Murtra, por los tres consejeros que tiene la SEPI. Uno de ellos, fue ministro también con Zapatero (Miguel Sebastián). Los dos restantes son Juan Moscoso y Antonio Cuevas

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