Se retira uno de los grandes azotes de ricos y oligarcas de Wall Street y Asia. Nate Anderson anunció por sorpresa el pasado miércoles que disuelve Hindenburg Research, la firma de análisis con la que se hizo millonario apostando contra empresas de las que denunciaba mala praxis y fraudes. Tras ocho años, el inversor bajista “sin formación tradicional” ni contactos en el mundo de las finanzas ha puesto contra las cuerdas a casi un centenar de directivos, incluidos multimillonarios y oligarcas de todo el mundo.
Hindenburg Research nació con un equipo “sin ego”, como definió a la sociedad su fundador en la carta de despedida. “Cuando los conoces, son todos muy agradables y educados. Pero cuando se trata de este campo, son asesinos despiadados, capaces de un trabajo de primera clase”, proclamó Anderson. Un ejército de inversores bajistas sin vínculos en el cerrado círculo del bróker, que arrancó con un primer ‘soldado’ que se autocalificaba como “ex barman”. Y que acabó sacudiendo “algunos imperios”.
El fundador de Hinderburg Research se crio en el entorno de una familia judía ortodoxa en el estado de Connecticut. Hijo de un profesor universitario y una enfermera. Se licenció en Comercio Internacional y llegó a trabajar de conductor de ambulancia en Israel. Sin apenas formación en el mundo de brókers, se inspiró en el investigador Harry Markopolos, que fue clave para descubrir el escándalo de inversiones de Bernard Madoff.
No soy un superhombre que sólo duerma cuatro horas de sueño. Tampoco sé jugar al golf"
“No sé jugar al golf. No soy un superhombre que pueda funcionar con cuatro horas de sueño. No tenía dinero cuando empecé”, desvela en su despedida retando al modelo aceptado entre los grandes banqueros de inversión, consultores y brókers de todo el mundo para alcanzar el éxito profesional.
Contra los poderosos
Se puede decir que Anderson se hizo millonario a costa de los millonarios. La técnica de la sociedad era simple, pero no por ello sencilla. Como inversor bajista se dedicaba a vender acciones de compañías que tomaban prestadas de un fondo o institucionales antes de destapar un fraude o irregularidades de los gestores. Con el posterior desplome bursátil, activaban la fase de ‘recompra’, pero a precios mucho más baratos que los títulos que se habían comprometido a devolver.
Una estrategia inversora muy polémica pero permitida por los reguladores y que en el caso de España hizo temblar los cimientos de la farmacéutica Grifols, tras un informe demoledor de Gotham City denunciando mala praxis de la cúpula y poniendo en duda su salud financiera. Una especie de ‘justicieros’ que se encargan de destapar fraudes con los que se hacen multimillonarios.
Acusó al tiburón de Wall Street Carl Icahn de crear una red de empresas ficticias
Anderson se interesó por los fraudes financieros bajo la esperanza de convertirse en un caza recompensas de los reguladores. Y acabó mirando cara a cara a poderosos de todo el mundo. Sus apuestas bajistas hicieron perder millones de dólares al magnate indio Gautam Adani e incluso se atrevió con todo un tiburón de Wall Street: Carl Icahn. En el primer caso, acusó a la séptima fortuna del mundo de “manipulación de mercado descarada, fraude contable y estafa más grande en la historia corporativa”.
Con un informe de 106 páginas denunciaba una red de empresas ficticias en paraísos fiscales de la familia Adani. Sólo en un día hizo perder al magnate más de 20.000 millones de dólares en Bolsa.
Anderson desvela en su despedida que estuvo al borde del desahucio antes de crear Hindenburg. Ahora se dedicará a aprender música y plantar un jardín
Pero el hombre “sin ego”, como se define a sí mismo y a su equipo el propio Anderson, también apuntó hacia uno de los inversores más temidos en Wall Street: Carl Icahn. Un tiburón temido y adorado a partes iguales entre las cotizadas, que labró su fama y fortuna como inversor activistas en juntas de grandes compañías del mundo, como Apple y McDonalds. Hindenburg puso su punto de mira en Icahn Enterprises en 2023 y dio de su propia medicina al conocido como Lobo de Wall Street. Le denunció en público de endeudarse usando como colateral sus acciones de la sociedad inversora, de la que controlaba más del 80%.
Acusaciones al cofundador de Twitter
Antes de retirarse, Anderson también se atrevió con uno de los fundadores de Twitter. Disparó contra el gigante de tecnología dirigido por el multimillonario Jack Dorsey, a quien acusó de usar su empresa para lavar dinero y de inflar el valor de sus acciones hasta un 75%. Como era de esperar, este nuevo informe provocó pérdidas masivas en la cotización de Block, la compañía de Dorsey.
“No somos intrépidos, solo tenemos fe en la verdad y esperamos que nos lleve por el camino correcto”, se despidió el fundador de Hindenurg Research, que desveló que cuando decibió embarcare en su lucha contra el poder estaba a punto del desahucio. Anderson ronda la cuarentena, aunque no está clara su edad real. Pero anuncia su adiós para disfrutar de la fortuna amasada, sin “problemas de salud ni amenazas”. Anticipa que ahora se dedicará a aprender música y plantar un jardín, alejándose del mundo del bróker del que nunca se sintió parte.