El Oro vuelve con su brillo especial en los mercados financieros globales, con ese amarillo más intenso que marca la volatilidad del mercado y el pensamiento de los inversores de que vienen curvas en los movimientos de los activos globales están colocando a este activo refugio por excelencia en su lugar habitual, y es que recordemos que se trata del activo más capitalizado del mundo.
Para que se hagan una idea de la magnitud de la inversión en oro global, equivale a lo que ahora mismo suponen en bolsa, unidas, las ' 7 magníficas' junto con Berkshire Hathaway y Mastercard, con más de 19,4 billones de dólares.
Y la primera pregunta para los inversores es clara: ¿hasta donde puede llegar? Desde UBS coloca, a 12 meses vista, su precio objetivo en los 3.000 dólares por acción. Eso sí, reconocen que, en estos momentos cotiza por encima de su precio objetivo.
A pesar de ello, destacan desde el banco suizo que "el atractivo del oro como refugio ha ayudado a que el metal amarillo inicie 2025 con fuerza. Esperamos que la demanda se mantenga y, por lo tanto, mantener posiciones largas en oro dentro de nuestra cartera global. Creemos que mantener alrededor del 5% dentro de una cartera equilibrada en dólares es óptimo desde el punto de vista de la diversificación a largo plazo".
Pero, en Citi elevan la expectativa hasta los 3.000 euros, pero solo a tres meses vista, con una media de 2.900, que ya ha tocado a lo largo y ancho de todo el ejercicio, a pesar de que lo han actualizado esta misma semana. Desde el banco americano destaca que " el mercado alcista del oro parece continuar bajo Trump 2.0, con guerras comerciales y tensiones geopolíticas que refuerzan la tendencia de diversificación de reservas o desdolarización y respaldan la demanda de oro del sector oficial de los mercados emergentes".
Los expertos del mercado destacan los dos factores que están empujando al alza el precio del oro en los mercados internacionales. El primero, la volatilidad que refleja el VIX con niveles que ha llegado al 20 en este año y que está afectando en mayor medida a Wall Street.
Mirando a la política de amenazas y provecho de Trump que tan buenos resultados le está dando, pero que, a pesar, en el caso de los aranceles de implementarlos en China de forma efectiva y las amenazas al resto, salvo la puntualidad del efecto inmediato, luego suspendido un mes, en los anuncios a México y Canadá, no refleja gran miedo a los activos de riesgo en el mercado. Aunque el efecto trasvase al oro, sí se está notando.
El segundo prolifera en una tendencia que ya imperó con las fuertes subidas en renta variable en 2024: la compra por parte de los bancos centrales, que se mantiene en este 2025.
Desde Activotrade, apuntan a la compra masiva de las entidades centrales. Su analista Juan José del Valle así lo apunta "la compra neta de oro por parte de los bancos centrales ha sido muy fuerte durante 2022 y 2023. En el corto plazo volvemos a tener señales positivas procedentes de China durante los últimos dos meses, volviendo a tener compras netas y alcanzando ya las 2.264 toneladas del metal precioso a finales del tercer trimestre de 2024”. Y recordemos que la rentabilidad del pasado año, como señalan, fue del 24%.
Y apuntan a un dato fundamental "una de las principales ventajas es que el oro mantiene su valor en el tiempo. Si el precio disminuye, el valor subyacente del oro no cambia mucho", nada que ver con el resto de los activos.
En el último mes, los avances superaron el 7%, y en el trimestre el 6,3%, mientras que en lo que va de año los avances alcanzan el 9,3% y, en interanual, mantiene revalorizaciones del 40%.
En Julius Baer, su responsable de investigación Next Generation, Carsten Menke destaca que "la demanda mundial de oro fue mucho más fuerte hacia finales del año pasado de lo que sugerían los datos disponibles” y su tendencia, según el Consejo Mundial del Oro para el cuarto trimestre de 2024 mostró un sólido crecimiento de la demanda de inversión y de las compras de los bancos centrales, lo que alimentó aún más el estado de ánimo alcista en el mercado del oro y llevó los precios a un nuevo récord".
Otro factor pasa por dónde invertimos en oro y en qué cuantía. El editor de Morningstar, Fernando Luque destaca que "el oro debe formar parte de cualquier cartera de inversión. Recuerdo a un gestor mencionaba que siempre se debía tener una pequeña proporción de oro y, esperar que su precio no subiera demasiado, ya que esto suele ocurrir en momentos de crisis. El oro tiene una correlación inversa con los activos tradicionales, especialmente con la renta variable, por lo que actúa como un refugio en períodos de incertidumbre. En las últimas semanas hemos visto un renovado interés por el oro"
Destaca que " es importante recordar que hay dos formas principales de invertir en él: a través de ETFs que replican el precio del oro y mediante la inversión en mineras de oro, donde también hay fondos o ETFs especializados. La principal diferencia entre ambas opciones es la volatilidad; las acciones de las mineras suelen ser más volátiles y funcionan como una inversión apalancada sobre el oro, lo que implica un mayor riesgo".
Fernando Luque afirma que "en cuanto a la asignación dentro de una cartera, considero razonable destinar alrededor del 10%, especialmente en el contexto actual, donde los tipos de interés reales -es decir, los tipos de interés descontando la inflación- pueden favorecer la inversión en este activo".
Por debajo, como apuntaba antes, UBS considera que el nivel justo es un 5%, aunque dependiendo del perfil del inversor, mientras que, desde WisdomTree, la diversificación en la mayoría de las carteras debería pasar de una asignación del oro desde el 10 al 15% del total.