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Economía

Viena Capellanes prepara nuevas aperturas en Madrid para paliar la caída de su negocio de oficinas

Viena Capellanes prepara nuevas aperturas en Madrid para paliar la caída de su negocio de oficinas

Con cerca de 150 años de historia, el estallido de la crisis del coronavirus ha hecho que Viena Capellanes tenga que replantearse sus planes de crecimiento y expansión. La emblemática compañía madrileña, especializada en repostería y catering, busca nuevas localizaciones en la capital para aumentar en su negocio el peso de sus tiendas.

Una decisión que la empresa ha tomado tras ver caer con fuerza su área Viena Córner, que engloba los setenta córneres que la compañía tiene contratados en sedes corporativas, y que hasta ahora le suponía cerca del 50% de su facturación.

"Tenemos una situación muy complicada con toda nuestra actividad de empresas", cuenta el director general de Viena Capellanes, Antonio Lence, en conversación con Vozpópuli. De los 70 puntos abiertos en edificios de empresas, en la actualidad continúan cerrados 60, "y muchos de ellos no sabemos si volverán a abrir", explica Lence, que apunta al mantenimiento del teletrabajo como una de las causas.

Por eso, la compañía pretende ahora "seguir creciendo y buscar fuentes nuevas de ventas que compensen todo lo que hemos perdido". Una de ellas es, claro, potenciar el que es su negocio más emblemático: las tiendas.

De momento, y con 20 establecimientos en la capital, Viena Capellanes está ya ultimando la apertura de un nuevo local en la madrileña calle Ibiza, enfrente del Hospital Gregorio Marañón; el objetivo es que levante la persiana a comienzos de diciembre. No obstante, está previsto que no sea el único: "Estamos valorando la implantación de otros locales en zonas de Madrid donde no estamos actualmente", detalla el director general, que apunta a que lo que están buscando son locales que puedan abrir en poco tiempo y en los que "la inversión sea razonable".

Empuje al envío a domicilio

Un proyecto de expansión a pie de calle que, apunta Lence "se suma a todo el esfuerzo que llevamos realizando desde el inicio de la pandemia, ya que en ningún momento hemos detenido nuestra actividad. Tenemos casi 600 empleados y queremos luchar por ellos", insiste. 

Al aumento de tiendas a pie de calle se une el impulso que la compañía está dando al delivery, aprovechando también su especialización en platos preparados y el auge que este negocio está viviendo. Se trata, explica Lence, de fomentar la quinta gama -aquellos platos que están parcialmente preparados para su consumo- "para quienes están trabajando, ahora en casa". De momento, no les va mal: se aliaron poco antes del estallido de la pandemia con Deliveroo para repartirlos y, después de comprobar que funcionaba, dieron la mano también a Glovo y Uber Eats.

La diversificación del negocio se ha convertido en plena crisis "en una forma de luchar", dice Lence, que recalca: "Nuestro objetivo es el de intentar reactivar nuestra actividad, que está seriamente afectada por la covid y las consecuencias que está suponiendo".

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