El 55% de los viajeros evitará volar este verano por miedo a contagiarse

El 55% de los viajeros evitará el avión este verano por miedo a contagiarse de coronavirus, según un sondeo realizado el pasado mes de junio por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) a 4.700 pasajeros de 11 países diferentes, entre los que se encuentran Reino Unido, Alemania, Francia, Estados Unidos y Japón.

El organismo, que representa a casi 300 aerolíneas de todo el mundo, reconoce que la voluntad de viajar de estos pasajeros se está viendo atenuada por la preocupación de 'atrapar' la covid-19 durante el trayecto aéreo.

En concreto, el 12% no esperará para viajar y el 33% aseguró que se dará uno o dos meses, con lo que podría hacerlo en la segunda etapa del periodo estival. Sin embargo, el 36% aguardará al menos hasta diciembre, el 14% lo retrasará un año y un 5% no tiene previsto reanudar sus planes de viaje en el futuro. 

Entre las principales preocupaciones se encuentran la falta de distancia con otros pasajeros (65%), el uso de los baños de la aeronave (42%) o el aire del avión (37%).  La 'nueva normalidad' provocada por la pandemia de la covid-19 también ha dejado otros temores relativos a su paso por el aeropuerto, como el riesgo de contagio en las colas de check-in, seguridad o embarque (42%). 

En España, la capacidad aérea es aún muy inferior a la prevista antes de la pandemia, con un número reducido de vuelos en determinadas rutas y sin apenas oferta en otras. Iberia, Vueling o Air Europa ofrecen menos del 20% de los vuelos respecto al año pasado en las mismas fechas y esto se debe fundamentalmente a la lenta recuperación de la demanda, según comentan fuentes cercanas a estas compañías.

"No es ningún secreto que los pasajeros están preocupados por el riesgo de transmisión a bordo del avión, aunque se tranquilizan con las medidas introducidas por los gobiernos y la industria, como el uso obligatorio de mascarillas, el uso de tecnologías para evitar el contacto o las medidas de detección del virus. Estamos en el camino correcto, pero llevará tiempo", reconoce el CEO de la patronal aérea, Alexandre de Juniac.

La distancia a bordo

El temor masivo a volar se debe, entre otros motivos, a la falta de distanciamiento a bordo del avión. Según la encuesta de IATA, el 65% siente preocupación de "sentarse al lado de alguien que podría estar infectado". Prácticamente ninguna aerolínea ha optado por dejar asientos libres en sus aviones como medida de seguridad sanitaria por el impacto que ésta tendría en su negocio, especialmente golpeado por el coronavirus.

En el ámbito europeo, las autoridades no obligan a dejar parte del avión vacío como medida sanitaria. La Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) elaboró una guía que España ha suscrito y que llama a "garantizar en la medida de lo posible el distanciamiento físico entre los pasajeros".

En este sentido, sugiere dejar al menos un asiento vacío salvo que sean miembros de la misma familia o viajen juntos, pero esto es sólo una recomendación. De la misma forma, las directrices del Gobierno sólo marcan que los operadores "deben tomar las medidas necesarias para procurar la máxima separación posible entre pasajeros", pero no cita restricciones específicas a este respecto.

Por contra, sí se obliga a los pasajeros y trabajadores a someterse a los controles sanitarios establecidos por Sanidad, usar mascarillas dentro de las instalaciones aeroportuarias y en el avión, especialmente cuando la distancia mínima no esté asegurada. Además, entre otras medidas, se encuentra la toma de temperatura o la prohibición de ingresar al edificio de la terminal a aquellos que no viajen y simplemente acompañen al pasajero. 

El aire del avión

Otros de los principales 'hándicap' que los viajeros encuentran en un avión es el aire. El 57% de los encuestados cree que la calidad del aire en el avión es peligrosa. Las aerolíneas aseguran que el riesgo de contagio se minimiza con el sistema de ventilación del avión, que se renueva cada dos o tres minutos, mezclando aire limpio del exterior con aire del interior filtrado mediante filtros de recirculación HEPA o de alta eficiencia.

Estos, según señalan fuentes del sector aéreo, "pueden capturar las partículas que contienen virus con una eficiencia de más del 99,9% y son exactamente los mismos que se utilizan en entornos hospitalarios de alta exigencia, como los quirófanos, con un riesgo de contagio bajo". IATA asegura que "la calidad del aire en los aviones modernos es mucho mejor que en la mayoría del resto de entornos cerrados".