La operación de fusión de Unicaja y Liberbank se ha cerrado un día antes de que tuvieran que volver a empezar de cero las negociaciones, tal y como adelantó Vozpópuli. Quizás sea ese el motivo por el cual la presentación al mercado de la unión se ha hecho a trompicones.
Y lo peor de todo no es cómo se ha comunicado el acuerdo de unión, sino la cantidad de cabos sueltos que han quedado por amarrar. O al menos esa es la sensación que se percibe cuando oyes el proyecto conjunto de viva voz de los futuros presidente y consejero delegado de la nueva Unicaja.
En la tarde noche de este martes, mismo día en el que los consejos aprobaron la fusión, los gabinetes de comunicación de ambas entidades aún no habían decidido si la operación se iba a dar a conocer a la prensa este mismo miércoles. Finalmente, a las 23.01 del martes, se convocó de manera telemática para las 11.30 del día siguiente, sin turno de palabra para los periodistas. Sólo se admitieron preguntas por escrito. Las respuestas de los banqueros, prefabricadas.
En la rueda de prensa, breve, Manuel Azuaga y Manuel Menéndez explicaron los pormenores de la operación. La mayoría de los comunicados ya se conocían por filtraciones en la prensa y las dudas que quedaban por resolver, se quedaron sin resolver.
Los banqueros no aclararon cuales serán las sinergias en ingresos esperadas por la entidad, cuánto tendrán que emitir exactamente para cumplir con los requisitos de MREL que exige la Junta Única de Resolución (JUR). Sobre este último punto, el banco tendría que realizar emisiones por valor de 2.500 millones de euros de cara al 2024, pero prevén que se pueda acortar dicha cifra.
En cuanto a la sinergia de ingresos, ni el presidente, Manuel Azuaga, ni el consejero delegado, Manuel Menéndez, han querido dar más detalles. La entidad prefiere ser "conservadora" y no "cuantificarlas", por el momento.
Sobre el cierre de oficinas tampoco se ha aclarado nada, ni mucho menos el número de empleados que se verán afectados por el ajuste de plantilla que se tendrá que acometer.
Problemas del gobierno corporativo
La composición del consejo de administración tampoco quedó del todo clara, así como el futuro de Manuel Menéndez. ¿Qué pasará dentro de dos años cuando los equipos directivos de ambos bancos se vuelvan a encontrar con el mismo problema que no han resuelto hoy?
Tampoco ha habido respuesta a esta pregunta realizada por varios periodistas. La patada hacia delante ha sido la solución, o eso es lo que se discierne de las escuetas palabras de Azuaga, que quiso zanjar la polémica con un "a partir de hoy estamos todos remando en la misma dirección".
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