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Economía

Mil ‘súper’ en 9.000 calles: la batalla por abastecer Madrid tras el colapso

Un trabajador de un supermercado Dia repone la pescadería este miércoles.

Primero fueron los bolazos, las fotos, los esquís, la alegría. Duró poco, apenas dos días. Después, hubo que recoger los restos de la fiesta, hacer cuentas de los daños y tratar de volver a la normalidad cuanto antes. Una normalidad que, cinco días después de que dejara de nevar en Madrid, todavía no se ha conseguido. No obstante, en ese intervalo de tiempo ha habido quienes han tenido que volver a la realidad antes que nadie, como también hicieron durante el confinamiento: los supermercados.

En una ciudad colapsada por el temporal, muy poco acostumbrada a una nevada de este tipo y con pocos medios -al parecer- para combatirla, las cadenas de supermercados tienen la obligación, como los sanitarios, de estar siempre disponibles. Ese carácter de "servicio esencial" les hizo levantar la persiana el propio sábado, cuando el resto de los comercios se mantenían cerrados. No obstante, pocos pudieron dar servicio por la tarde y el propio domingo, puesto que los camiones no habían podido llegar para reponer los estantes y muchos trabajadores se encontraban también atrapados sin posibilidad de acudir a su puesto de trabajo.

Un cierre excepcional que ya el lunes se convertía en algo anecdótico, puesto que la mayoría de los 'súper' volvieron a levantar la persiana. Eso sí, con muchos de sus lineales vacíos. Para poder abrir, fueron los propios empleados de los supermercados quienes se pusieron manos a la obra en aquellas calles donde los quitanieves no habían hecho acto de presencia. Lo principal es retirar la nieve no solo de la entrada sino de la calle al completo, para facilitar que los vecinos pudieran acercarse hasta la tienda. El objetivo: dar acceso a 1.100 tiendas ubicadas en 9.000 calles.

"Las empresas se pusieron de acuerdo con el Ayuntamiento y los empleados de las tiendas empezaron a trabajar con las transpaletas, los toros mecánicos... sin las calles limpias no pueden entrar los camiones", cuenta el director general de la patronal Asedas, Ignacio García Magarzo, en conversación con este periódico. Un gesto por parte de los 'súper' que, en lugares como Alemania, sigue García Magarzo, son una obligación: "Allí si eres un comerciante y no limpias tu acceso te expones a 5.000 euros de multa", ejemplifica.

A este trabajo en las propias tiendas se suma el que se ha hecho en las plataformas logísticas, algunas de las cuales han tenido que ser habilitadas por la UME. Entre la madrugada del lunes y el martes, todas las de la Comunidad de Madrid abrieron. De hecho, fue el lunes a media mañana cuando se permitió de nuevo el tránsito de camiones. Por eso, la reposición "ha sido muy rápida en el exterior de la M-30 y el resto de la comunidad". No así en el centro de la ciudad de Madrid, donde la situación en las calles es peor, así como en los barrios con las calles más estrechas.

¿Abastecimiento garantizado?

Desde los 'súper', no obstante, piden paciencia: "Tardará días en estar absolutamente todo. Igual no tienes lechugas, pero tienes ensaladas precortadas. Son pocas tiendas las que todavía tienen problemas pero son todas de Madrid centro", apuntan desde Asedas, desde donde reseñan: "La inmensa mayoría de las poblaciones de la Comunidad no tienen problemas".

Con todo, los empleados de los supermercados trabajan sin descanso. "En cuanto llega el camión reponemos, llevamos días trabajando sin parar para que la tienda esté en orden", cuenta una empleada de Ahorramás, que también deja un mensaje: "Es importante hacer una compra 'solidaria', no hace falta llevarse lo que uno no necesita, así habrá para todos hasta que vuelva la normalidad".

Desde Asedas insisten además en que el abastecimiento está garantizado, aunque no sea por igual en todas partes. "Percepción de desabastecimiento de la ciudad no puede haber, porque si no es en una calle, es en otra", cuenta García Magarzo. Este martes abrió Mercamadrid y los pequeños comerciantes ya se acercaron con sus furgonetas para llevar el género a sus tiendas. "Hay una incomodidad", asumen desde la patronal, pero es cuestión de -poco- tiempo: "La situación está mejorando por momentos".

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