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Economía

Las start-ups sanitarias atraen casi un 30% de la inversión de los 'business angels' en España

Medicamentos

El sector de la salud se está convirtiendo en uno de los más atractivos para los inversores independientes en nuestro país. De acuerdo con el último informe de la Asociación Española de Business Angels (AEBAN), en 2018 un 29% de estos inversores destinaron parte de su capital a empresas del sector sanitario, biotecnológico o farmacéutico, en especial a los pequeños laboratorios dedicados a la innovación científica.

Los inversores conocidos como “ángeles de los negocios” son una de la figuras más conocidas dentro del mundo de la inversión. La expresión, acuñada en Estados Unidos, sirve para denominar a aquellas personas que financian con capital propio una nueva empresa o start-up con la que en principio no guardan ningún tipo de relación.

AEBAN les describe como “mecenas de proyectos empresariales” que ponen su dinero y su tiempo al servicio de una idea en la que creen, al tiempo que aportan sus conocimientos empresariales para su rentabilidad y viabilidad.

Tercera industria con más atractivo

De acuerdo con su último informe, las start-ups biotecnológicas, sanitarias y farmaceúticas son la tercera industria con más atractivo para este tipo de inversores. Sólo quedan superadas por las compañías especializadas en desarrollo de software informático -un 56% de los BA cuentan con participaciones en este sector- y la banca y finanzas -con un 31% de participación-.

Más de un 13% de los inversores encuestados en el informe han destinado alguna vez capital en start-ups del sector de la salud, mientras que el porcentaje en el caso del sector biotecnológico aumenta a un 16%, lo que supone un notable aumento en comparación con años anteriores. 

Barreras a la financiación

Desde las grandes empresas farmacéuticas y biotecnológicas españolas lamentan sin embargo que existen grandes dificultades para poder obtener financiación, sobre todo cuando se compara el mercado español o europeo con el estadounidense que “está mucho más maduro”.

Para Luis Mora, director de Unidad de Negocio de Oncología del laboratorio español PharmaMar, aunque la situación ha mejorado mucho en España, todavía existen “numerosas barreras” a la hora de obtener financiación.

“Toda investigación lleva un riesgo, por lo que nuestros avances dependen de la capacidad que tengamos de asumirlos”, dijo el martes durante una conferencia sobre el futuro del sector tecnológico parte del Foro MedCap organizado en la sede de la Bolsa de Madrid.

Para Mora, existe cierta “aversión al riesgo” entre los inversores españoles, lo que afecta directamente a la valoración de los productos farmacéuticos en el mercado español y europeo, algo que no ocurre en Estados Unidos. “Hemos perdido ese gen aventurero. Si no hubiera riesgo no habría investigación, y esa aversión al riesgo hace que esos umbrales de valoración sean mucho menores”, ha añadido.

En ese sentido también se pronunció el martes Carlos Buesa, CEO de Oryzon Genomics, compañía especializada en epigenética. “La aversión al riesgo no es un mal español, sino que es un mal europeo en general. Esto crea disfunciones a la hora de financiar compañías”, ha señalado, al tiempo que ha reflejado que en el mercado español el esfuerzo que suponen los avances científicos de las empresas de su sector no se refleja en cambios en su cotización, algo que sí pasa en EEUU. “Es por eso que las compañías europeas líderes en el sector están intentando escapar al NASDAQ”, ha bromeado.

Uno de los directivos más optimistas durante el Foro fue Ignasi Biosca, consejero delegado de la farmacéutica catalana Reig Jofre. “El principal indicativo de que funciona un sector es cuando vienen fondos extranjeros porque consideran que los proyectos son buenos y baratos", ha apuntado.

"Prudencia" a la hora de invertir

Las quejas de las compañías farmacéuticas en lo que respecta a sus dificultades a la hora de encontrar financiación externa también queda reflejado en el informe llevado a cabo por AEBAN.

Según el documento, la cantidad media que cada business angel destinó a las start-ups fue de 37.600 euros en 2018, mientras que el ticket más habitual llegó a 20.000 euros. Ambos valores suponen una reducción del 20% respecto 2017.

En el último ejercicio, el 45% de los business angels tenía menos de cinco inversiones, mientras que sólo uno de cada cuatro superaba las diez inversiones. En este sentido, AEBAN destaca el sentimiento de “prudencia” a la hora de hacer aportaciones económicas en las empresas. Según el informe, siete de cada diez encuestados dedican menos del 10% de su patrimonio total a este tipo de operaciones.

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