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Economía

Los Reuben vs los Botín: "No hay activo mejor en Europa que la Ciudad Financiera"

Los hermanos Reuben; en el centro, la presidenta de Santander, Ana Botín.

Los verdes prados de la Ciudad Financiera, la sede del Santander, por los que jugaba al golf el fallecido Emilio Botín, se han convertido en el campo de batalla sobre el que cabalgan los hermanos británicos, de origen indio, Simon y David Reuben, enfrentados con el ejército de abogados y asesores contratados por el primer banco español para expulsarles de su territorio. 

"Santander no contaba con que alguien pudiera convertirse en su casero sin permiso alguno", comentan fuentes que han participado en el proceso de venta del activo. "No presentaron una oferta ganadora por su sede porque pensaban que, en todo caso, lo ganarían en los juzgados", dice.

La Ciudad Financiera entró en funcionamiento en el año 2004. Ocupa una superficie de 250 hectáreas, alberga nueve edificios de oficinas, dos centros de proceso de datos, un centro de formación, una residencia hostelera para empleados, una escuela infantil, instalaciones deportivas -uno de los mejores campos de golf del continente-, restaurantes... 

En 2017 Santander pagó 330 millones por el alquiler de su sede, de diez edificios singulares y de 1.152 oficinas

"No hay activo inmobiliario mejor que ese en Europa", destacan las fuentes consultadas. "Su propietario tiene asegurado una renta anual de unos 120 millones de euros durante décadas; con un inquilino fiable como el Santander, no hay activo que le haga sombra", añaden.

Compra, concurso y liquidación

Entre 2007 y 2008, el primer banco español vendió diez inmuebles singulares, 1.152 oficinas y la Ciudad Financiera a distintos compradores. La entidad formalizó contratos de arrendamiento de dichos inmuebles por diversos plazos, 40 años en el caso de su sede. Santander no desglosa en sus informes financieros el coste de esos contratos de arrendamiento, y solo apunta el precio total, 330 millones de euros en 2017

El comprador de la Ciudad Financiera fue Marme Inversiones, sociedad constituida por los financieros Glenn Maud y Derek Quinlan, que acordaron con los Botín ser sus caseros hasta 2048, año en el que Santander podría recomprar su sede.

Santander ha acordado con los bancos acreedores de Marme la compra de su deuda y se los ha ganado como aliados contra los Reuben

Pero Marme entró en concurso de acreedores en el año 2014 al no poder hacer frente al pago de los cerca de 2.000 millones de euros que costó la Ciudad Financiera. La liquidación de la empresa que compró la sede del Santander ha incluido un complejo proceso de venta del mismo activo para pagar a los acreedores, entre ellos Caixabank, el antiguo The Royal Bank of Scotland e ING.

A ese proceso de compra, que se puso en marcha en el segundo semestre del pasado año, acudió el banco presidido por Ana Botín, convencido de que recuperaría su sede. Y entonces aparecieron los hermanos Reuben. En noviembre, la administración concursal designada por el juez, anunció que la mejor oferta presentada por la Ciudad Financiera había sido la británica, algo más de 3.000 millones de euros, decisión ratificada por el juzgado recientemente.

Santander no da crédito a que su sede, su casa, el sueño hecho realidad de Emilio Botín, sea propiedad de alguien que no sea el banco, una vez que se había propuesto recomprarla. Y ha iniciado una ofensiva legal que amenaza con alagar durante años el enfrentamiento contra los Reuben.

Los hermanos británicos son una de las 100 mayores fortunas del mundo

Al menos desde el pasado mes de octubre, como ha publicado este diario, Santander ha enviado varias cartas al administrador concursal poco menos que advirtiendo a este de incurrir en un delito al permitir que sean los Reuben los compradores de la Ciudad Financiera.

Entre otros motivos expuestos por Santander para tumbar la venta, destaca el de que los Reuben han instrumentalizado la operación a través de sociedades radicadas en paraísos fiscales, lo que iría en contra de una cláusula del contrato de arrendamiento que contempla razones éticas para oponerse al cambio de propietario del activo.

Para gestionar la ofensiva legal contra los Reuben, Santander ha contratado a Clifford Chance. El banco ha presentado recurso de reposición a la decisión del juzgado de traspasar la sede a los británicos, acompañado de un informe elaborado por Deloitte.

De forma paralela a esa ofensiva legal, Santander ha acordado la compra con los principales bancos acreedores de Marme -Caixabank, ING, Natwest Markets (antes The Royal Bank of Scotland), Bayerische Landesbank, y HSH Nordbank- de su deuda, como admiten a este diario fuentes de la entidad financiera española.

Con esa operación, Santander se ha asegurado el apoyo de estos bancos a sus intereses, hasta el punto de que las entidades han contratado al potente despacho Allen & Overy para que les represente y recurrir también la venta a los Reuben.

Los británicos son unos de los mayores propietarios de activos singulares en Londres, al frente de la sociedad Reuben Brothers. En 2018 se posicionaron como la 88 mayor fortuna del mundo, según la revista Forbes, con más de 15.000 millones de dólares.

"Pensar que los hermanos Reuben son unos piratas, que operan como meros brokers, sería un error", advierten fuentes que han participado en la venta del activo. "Saben el valor que tiene la Ciudad Financiera", subrayan. "Y les encantaría pasearse por Saint-Tropez alardeando de ser los caseros del Santander".

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