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Economía

El BdE resalta que el número de españoles se redujo por primera vez en 2018 frente al aumento de inmigrantes

Fachada del Banco de España

El año 2018 pasará a la historia como el primero en el que la población del país aumentó exclusivamente gracias al incremento del colectivo extranjero, mientras que el número de nacionales reflejó por primera vez un leve retroceso.

Así lo advierte el Banco de España en su informe "Evolución reciente y proyecciones de la población en España", que pone el foco en que la población subió un 0,4% (unas 200.000 personas) en 2018, según los últimos datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) hasta los 46,73 millones de personas. 

El contraste entre el aumento de población extranjera y el descenso de población nacional provocó que el peso de los inmigrantes en España subiera hasta el 10%, cinco décimas más que en 2017 aunque una cuota todavía inferior al máximo que se alcanzó antes de la crisis, del 11,6%.

La contribución de los inmigrantes al crecimiento de la población "se situaría en casi 244.000 personas (desde las 163.272 de 2017)", debido al aumento de las llegadas de inmigrantes y la reducción de las salidas. 

¿De dónde son los extranjeros que viven en España? Los marroquíes son el colectivo más multitudinario con 800.000 residentes, seguidos muy de cerca por los rumanos -unos 700.000-.

Si se analiza la población por áreas, los europeos siguen siendo mayoritarios en la distribución geográfica (un 43,5% procede de otros países de Europa), seguidos de los de América Central y del Sur (23,3%, entre los que destacan los de Colombia -170.000- y Ecuador -135.000-), África (22,6%) y Asia (10%, entre los que predominan los 250.000 de China).

No obstante, en las llegadas que ha habido en 2018, el Banco de España destaca el "empuje" de los procedentes de América del Sur. 

Los españoles siguen envejeciendo

En el colectivo de nacionales el envejecimiento sigue siendo el protagonista, de hecho, la edad media se prolongó en 2018 hasta los 43,4 años, mientras que en la población inmigrante ésta es de 36,4 años.

Según el cálculo que hace el Banco de España anualizando los datos a cierre del primer semestre, el número de nacimientos fue un 8,5% menos en 2018 que en el año anterior, mientras que el crecimiento de defunciones se duplicó hasta el 6,7%.

Fruto de esta situación, la tasa de dependencia (que mide la proporción de personas menores de 16 años y mayores de 65, sobre la población activa, es decir los que están en edad de trabajar) se sitúa por encima del 32% en la población nacional, frente al 11% de la inmigrante.

Este reducido porcentaje entre los inmigrantes se debe fundamentalmente a que el 80% de las entradas son de personas en edad de trabajar y al aumento del porcentaje de salidas de mayores de 65 años (un 10% del total). 

Qué pasará en 50 años

El Instituto Nacional de Estadística estima que la población seguirá creciendo en los próximos años hasta alcanzar el máximo en 2048, cuando llegará a 50 millones de personas, para después caer hasta llegar a los 48,3 millones veinte años después (en 2068).

Otros organismos como Eurostat o la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) hacen pronósticos similares, aunque la primera cree que el crecimiento para 2068 será de 1,5 millones de personas menos y la AIReF concluye su estimación en el año 2050, cuando prevé que haya 6 millones más de individuos que el INE. 

El INE espera que el índice de fecundidad pase de los 1,3 hijos por mujer actuales a los 1,5, mientras que Eurostat y la AIReF se muestran más optimistas y pronostican 2 hijos por mujer dentro de 50 años. 

En cuanto al envejecimiento de la población, pronostica que la tasa de dependencia actual del 25,6% llegue al 45,7% en 2068, alcanzando un pico máximo en 2052, año en el que se situará en el 51,6%. Esto quiere decir que en ese año, 52 personas de cada 100 serán o de menos de 16 años o de más de 65.

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