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Economía

¿Por qué las pantallas de los móviles plegables no se parten al doblarse?

Huawei Mate X

Cuestan 2.000 euros y están llamados a sustituir al móvil. Son los teléfonos plegables. Caros, un bebé prematuro, pero toda una declaración de intenciones que se alzará con el mercado cuando alcance su madurez.

Esta pasa por abaratar el coste, incrementar la batería y conseguir pantallas más apaisadas para sustituir al tablet sin problemas. También acabarán con las cámaras de selfies -la pantalla permitirá usar la principal para autorretratos-. Es un invento disruptivo, un salto tecnológico. Como el paso del blanco y negro al color en la televisión, o del teclado físico al táctil en los móviles.

En su día la principal barrera en el desarrollo de esta nueva clase de dispositivos estaba en lograr paneles que no se partiesen al doblarse. Después de varios años de trabajo, la industria lo ha conseguido.

A pesar de que unidades del Samsung Galaxy Fold, el equipo plegable del fabricante coreano, están teniendo problemas en la pantalla, no se trata de roturas de la misma al plegarse, sino de pérdida de visión en determinadas zonas, derivadas de la retirada de un protector que no debe en ningún caso quitarse de la pantalla. Además, el problema no afecta al sistema de doblado -Samsung garantiza que este movimiento puede realizarse sin problemas hasta 200.000 veces-, sino al propio panel, a la pantalla en sí.

Pantallas plegables, ¿de qué están hechas?

"La pantalla interna del Galaxy Fold está desarrollada con una nueva tecnología en la que hemos estado trabajando los últimos ocho años que permite no solo plegar, sino también doblar la pantalla. Se trata de un nuevo material desarrollado por nuestros ingenieros. Básicamente es una capa de polímero con propiedades dúctiles, maleables. La palabra correcta sería flexible. Nosotros hemos bautizado este avance como Infinity Flex", explica Jesús Martín, responsable de Tecnología y Plataformas de Samsung España.

Aunque desde Huawei no dan detalles concretos, también se trata de un nuevo material, similar en composición al desarrollado por Samsung.

"Hablamos de un nuevo tipo de compuesto elaborado a partir de polímeros. La pantalla del Mate X es una pantalla OLED. No se puede utilizar LED o LCD en este tipo de displays porque no brindan tanta resolución como el OLED y dependen de un cristal, al estar retroiluminadas. Para integrar el polímero que hemos creado se usamos la tecnología OLED, que no se precisa cristal, sino unas láminas de plástico maleables. Como las pantallas OLED tienen componentes orgánicos que funcionan con estimulación eléctrica es posible usar este plástico en lugar de cristal, permitiendo doblar o plegar el conjunto", asegura Fabio Arena, product Marketing Manager de Huawei.

Para hacernos una idea de cómo es el polímero, basta con explicar que el almidón, la celulosa, la seda, el nailon o la baquelita son polímeros, los tres primeros de origen natural, y los dos últimos de origen sintético. Un compuesto que permite doblar las pantallas sin que se rompan.

Samsung llevaba trabajando en las pantallas plegables desde 2011, mientras en Huawei tomaron cartas en el asunto en torno a 2015. La compañía trabajó en varios dispositivos que fue descartando hasta dar con el Mate X, el dispositivo plegable definitivo.

¿Cuánto dura una pantalla flexible?

Desde ambas empresas aseguran que la vida útil de las pantallas es la misma que tiene cualquier teléfono móvil de última generación -de dos a cuatro o cinco años, dependiendo de las características y gama del equipo-

"Infinity Flex está pensado para doblarse las veces que sea y aguantar durante la vida útil", explica Jesús Martín.

"Nuestras pantallas plegables pueden durar tranquilamente 4 ó 5 años de uso normal, entendiendo por uso normal todas las veces que, cada día, el usuario pliegue y despliegue el display. Hemos realizado muchas pruebas den este sentido con el Mate X, que cuenta con un sistema interno de visagras bautizadl como Falcon Wing, compuesto por más de 100 componentes electrónicos y mecánicos", explica Arena, de Huawei.

Este tipo de pantallas son más caras de desarrollar que las clásicas, motivo por el que el coste de los dispositivos plegables es, de momento, tan alto.

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