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Economía

Norwegian y Ryanair preparan un 2020 turbulento en España con 664 despidos

Ryanair.

España sufrirá las consecuencias de la crisis que atraviesan las aerolíneas 'low cost' europeas, muy golpeadas por el retraso en la entrega de los aviones siniestrados Boeing 737 Max, la guerra de tarifas y la subida del precio del combustible. Cada vez son más las aerolíneas pequeñas que desaparecen del tablero y las grandes, como Ryanair y Norwegian, resisten reduciendo costes a través del cierre de bases y la destrucción de empleos.

La compañía aérea noruega cerrará su base en Madrid en enero de 2020, mes en el que Ryanair también echará el cierre a cuatro de sus bases en España, las de Gran Canaria, Tenerife Sur, Lanzarote y Gerona. Además, ambas han anunciado que llevarán a cabo expedientes de regulación de empleo (ERE) en estas ciudades. Desde el sindicato USO aseguran a Vozpópuli que estas decisiones acabarán con 512 empleos en el caso de la aerolínea irlandesa y con 152 en Norwegian.

Según dicen, el ERE de esta última compañía se llevará a cabo en dos fases: una primera en noviembre, en la que retirarán tres aviones, y otra en enero, cuando eliminarán el único avión restante y cerrarán definitivamente la base en la capital. Desde Norwegian explican, además, que eliminarán seis rutas desde Madrid al "no ser comercialmente viables".

Se trata de las que unen el aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas con Estocolmo y Palma de Mallorca, que dejarán de operar el 27 de octubre; y con Copenhague, Reikiavik, Tenerife y Gran Canaria, que dejarán de hacerlo el 8 de enero de 2020. Este cierre se suma a la ya clausurada base de Palma de Mallorca y a las de corto radio en Roma y Dublín.

Norwegian también ha anunciado que llevará a cabo un ERTE (expediente de regulación de empleo temporal) a nivel nacional, en diferentes bases como las de Gran Canaria, Tenerife, Málaga, Madrid, Barcelona y Alicante. Según USO, esta medida afectará a 71 pilotos y 223 tripulantes de cabina. Es decir, que entre el ERE y el ERTE se verán afectados 446 trabajadores.

España es la tercera fuente de ingresos más importante para la aerolínea, después de Noruega y Reino Unido. De hecho, en 2018 los ingresos de la aerolínea crecieron más en nuestro país respecto al año anterior que en el mercado noruego, según sus últimas cuentas publicadas. El pasado año Norwegian ingresó en España 561 millones de euros, frente a los 446 millones de 2017.

Pero lo cierto es que ahora la compañía está inmersa en una fuerte crisis financiera tras la pérdida de 145,8 millones durante los seis primeros meses del año, frente al beneficio de 26,3 millones de euros registrado en el mismo periodo de 2018. Su situación se agravó el pasado julio cuando su consejero delegado, Bjørn Kjosdejó su cargo en uno de los peores momentos de la 'low cost'.

Es una de las más afectadas por la prohibición de vuelo temporal de los Boeing 737 MAX, de los que posee 18 unidades, tras el accidente mortal de una aeronave de ese modelo en Etiopía el pasado 10 de marzo y de otro en Indonesia, en octubre de 2018. Precisamente, la empresa justifica estos procesos colectivos de reducción de plantilla con "la intención de gestionar los efectos adversos de la puesta en tierra de un gran número de estos aviones y de la estacionalidad durante los próximos meses de invierno”.

Ryanair también sufre

Ryanair, la mayor 'low cost' del mundo, también está en apuros. El gigante irlandés facturó en España 1.000 millones de euros en 2018, su tercer mejor mercado después de Reino Unido e Italia, pero aún así los beneficios de la compañía han caído un 21% en el primer trimestre fiscal del año, hasta los 243 millones de euros. Los motivos son los mismos que los de sus homólogas: el abaratamiento de los billetes, el encarecimiento del combustible y el aumento de los costes de plantilla.

Es por esto que cerrará cuatro bases en España, que según los sindicatos acarreará la pérdida de alrededor de siete millones de plazas y más de 500 puestos de trabajo. Aunque aseguran que la intención de Ryanair no es dejar de operar sus rutas sino hacerlo a un menor coste utilizando aviones y tripulaciones basadas en el extranjero, ya sea a través de Ryanair o de sus filiales Laudamotion, Malta Air y Buzz Air.

Pero este no es el peor escenario visto. El segundo turoperador más grande del mundo, el británico Thomas Cook, con más de cien aviones y doscientos hoteles, se declaró hace una semana en quiebra y cesó todas sus operaciones ante la incapacidad de hacer frente a su elevada deuda, superior a los 2.000 millones de euros.

Además, en los últimos años han sido varias las aerolíneas pequeñas, con menos músculo financiero, que han dejado de operar; como la alemana Small Planet, la danesa Primera Air y la chipriota Cobalt Air en 2018. Germania y la británica Flybmi también se declararon en quiebra en febrero de este año, a las que se sumó un mes más tarde la islandesa Wow Air y hace unos días la francesa XL Airways.

Alejandra Ruiz, senior communications manager de Ryanair, ya avanzaba hace unos meses en una entrevista con Vozpópuli que en un quinquenio sólo quedarán cinco o seis grandes grupos aéreos en Europa: "Ryanair, IAG, Air France-KLM, Lufthansa, Easy Jet y probablemente Wizz Air". Entre estas no se encuentra Norwegian, que cuenta con una deuda de más de 1.000 millones y sobre la que sobrevuelan rumores de OPA. IAG y Lufthansa han mostrado interés por ella en los últimos meses, pero de momento sólo han sido amagos.

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