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Las mentiras estrellan a Volkswagen: pierde en dos días el 40% de su valor en bolsa

Las acciones del fabricante de coches alemán se han desplomado en Wall Street.

Volkswagen ha pasado de ser una empresa líder por sus cifras de ventas de coches en todo el mundo (con más de cinco millones de vehículos) a una firma atropellada por sus mentiras sobre el software para manipular el nivel de contaminación en sus motores diesel.

En solo dos días ha perdido ya el 40% de su valor en Bolsa, con pérdidas de 26.000 millones de euros, y la sangría de su cotización puede ser aún mayor ante el reconocimiento de que el fraude se extiende a once millones de unidades en diversos mercados, no solo en Estados Unidos. Desde su valor máximo del año (255 euros), la acción del fabricante de coches alemán ha perdido la mitad de su valor, hasta caer al cierre de ayer en la Bolsa de Fráncfort a los 106 euros.

La compañía va a realizar provisiones en sus cuentas del tercer trimestre por valor de 6.500 millones de euros para afrontar el impacto del engaño, una cifra que representa casi la mitad de los beneficios obtenidos por la firma alemana el año pasado. La cifra de la multa que podría tener que pagar solamente en Estados Unidos asciende a 18.000 millones de euros, a razón de 35.000 euros por vehículo, aunque después podría ser sensiblemente más reducida por los pactos extrajudiciales que alcance para evitar prolongar en el tiempo la enorme mancha en su reputación.

Pero el reconocimiento de que once millones de vehículos podrían estar 'afectados' por el software para evitar el control de emisiones contaminantes podría elevar la factura de manera considerable, teniendo en cuenta que varios países europeos y Corea del Sur han pedido explicaciones y podrían poner en marcha sendas investigaciones.

Para Alemania este caso se ha convertido en un problema de 'marca país', puesto que el sector automovilístico representa un 4% del PIB

Para Alemania este caso se ha convertido en un problema de 'marca país', puesto que el sector automovilístico representa un 4% del PIB y emplea a uno de cada siete trabajadores en el sector de manera directa o indirecta. Y otros países como Francia, que también cuenta con una potente industria del motor, tratan de evitar que les arrase el engaño de Volkswagen.

No es para menos, ya que el sector ha experimentado un correctivo durante estos días que podría seguir aumentando hasta que se esclarezcan todo lo ocurrido en el fabricante alemán. Sus competidores Daimler, BMW, Peugeot, Renault y Fiat Chrysler han sufrido caídas en su cotización entre el 6% y el 8%, al igual que empresas relacionadas con los componentes de automoción, como Bosch o Continental.

Volkswagen, que incluye a marcas como Audi, Porsche, Skoda o Seat, se había propuesto alcanzar el liderazgo por ventas mundiales arañando cuota de mercado en Estados Unidos, donde los coches con gasolina son más populares, y ahora más con la caída del precio del petróleo. Pero la insistencia en presentar los motores diesel como más ecológicos a pesar de su mayor coste, estaban dando sus frutos. Entre enero y septiembre de este año, las ventas del grupo en Estados Unidos habían aumentado un 27,6% gracias a los modelos Jetta, Passat o New Beetle, precisamente los afectados por el engaño del software.

¿Cuánto más puede resultar perjudicada la cotización de la compañía por esta mentira reconocida? Ni siquiera las dudas sobre la economía china propiciaron semejante varapalo a Volkswagen durante el verano. Pero las consecuencias sobre la compañía aún están por ver. Algunos analistas aseguran que el valor de la compañía se recuperará una vez que pase el ruido por este escándalo, pero la volatilidad está asegurada en una firma que deberá afrontar además la desaceleración del gigante asiático y la responsabilidad en sus cuentas y en su reputación del fraude del software. Además, el propio sector se verá sometido a partir de ahora a más presión sobre sus modelos de medición de la polución, lo que podría arrastrar al resto de fabricantes de automóviles.

De momento ha pasado de ser una empresa estrella a una empresa estrellada y son varios los gestores de reconocidos fondos de inversión que han decidido salir de la compañía ante las dudas que presenta.

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