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Mercados

Los temores sobre China llevan al bono español por encima del 5% y al Ibex a sus mínimos desde noviembre

Un proceso vendedor de deuda masivo y global en el mundo, cuyo origen estaba en China, ha tenido su reflejo en España de manera cruda: el 10 años finalizaba la sesión en el 5,10%, después de elevar el tipo de interés en 20 puntos básicos. De esta manera el activo de referencia emitido por el Tesoro fijaba su máximo en rentabilidad desde marzo, cuando hace menos de un mes y medio estaba por debajo del 4%; una cota que alejaba cualquier sospecha de rescate o tensión soberana. Las Bolsas lo acusaban con intensidad. El Ibex cerraba en 7.553,20 puntos, un 1,91% a la baja, cerca de mínimos intradiarios y en su cota más baja desde noviembre.

Las cosas han vuelto a ensombrecerse repentinamente, pero no sólo en España. El bund, considerado hasta la fecha el activo refugio por excelencia en la Eurozona, que llegó a subastarse a tipos negativos durante muchos meses, elevaba su rendimiento a 10 años hasta el 1,81%, la cota más alta desde abril ¡de 2012!.

De esta manera, el diferencial con España no se ampliaba en exceso, ya que Alemania, por esta vez, era castigada en igual o mayor medida. La prima de riesgo finalizaba el día en los 324 puntos básicos, un nivel con el que antaño el Gobierno ha demostrado sentirse confortable.

Lo preocupante en realidad es la superación del 5% en el activo de referencia, algo que ya ha tenido su impacto en las dos últimas subastas de deuda, que al Tesoro le ha costado más colocar. Las vagas palabras de los bancos centrales, poco menos que diciendo que los estímulos monetarios tendrán que acabar algún día, no han gustado nada a los inversores y el sector bancario, que se ha dedicado en los meses recientes a tomar dinero prestado casi a tipo cero para arbitrar con deuda pública y hacerse con un interesante diferencial. Sin esos incentivos ficticios, la voracidad por el papel del estado pierde fuerza.

Alerta china

El índice de blue chips del país asiático CSI 300 se dejaba más del 6% hoy, en su mayor caída desde 2009 y acumula una caída anual del 20%. Además, el Banco de China no inyectó liquidez suficiente en los mercados internbancarios, elevando los tipos del mercado monetario a máximos. Los tipos a corto chinos han repuntado del 3,5% al 5%. Una situación compleja, que se acentúa ante los rumores de default de algunos bancos chinos,

Todo esto, además, llega en medio ciertas correcciones a la baja de PIB para China por parte de firmas como Goldman Sachs. Así, el mercado se ha vuelto a colocar al mercado en modo risk off, es decir, primer vender y después preguntar. 

Brasileña también

También hay miedo con la situación en Brasil: elevada inflación, depreciación del real y conflictos sociales. Todo esto supone un importante riesgo para las compañías españolas con presencia allí pero, como comentan los expertos, "el problema es que hay castigo a Europa, Asia y los mercados emergentes. No hay distinción", decía un reputado economista, dedicado últimamente a la labor docente. 

El fantasma de las tensiones soberanas vuelve a estar sobre la mesa, aunque su perfil esté algo sobado ya. En esta ocasión, el miedo reside en que el gran financiador de EE UU tenga problemas.

De nuevo, el estallido del problema coincide con una nueva Cumbre Europea y no falta quien sostiene que todos estos desplomes vienen urdidos desde las principales economías para que no se relaje la presión sobre los países periféricos. Pero la gran diferencia en esta ocasión es que el dinero no ha perdonado ni siquiera a Alemania, país que también ha acusado la crisis y entra en el terreno del crecimiento cero.

Poco menos que para la anécdota quedan hechos como las caídas de Bankia (-12,69%) el día antes de su Junta de Accionistas, o un Ibex totalmente en rojo, excepto  Abengoa (4,09%), BME (0,45%) y FCC (0,45%). En el lado contrario, un rosario de caídas estrepitosas: Acciona (-4,59%), Popular (-4,42%), Mediaset (-3,89%), Dia (-3,76%), Caixabank (-3,65%)… Sólo OHL (-0,55%) perdió menos de un 1%.

En algunos medios estadounidenses como Bloomberg apuntaban sin el menor matiz que ha finalizado la edad de oro de los bonos. 

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