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La deuda pública hace malas las previsiones y se impone como la mejor opción para los inversores

Vista general de la Bolsa de Madrid.

El año recién concluido ha arrojado sorpresas para los inversores. Hace un año, la opinión de los analistas de que la renta variable sería la mejor opción para invertir era prácticamente unánime. Sin embargo, la realidad ha sido bien distinta, especialmente por la corrección que de los mercados en la recta final de 2014. Como contrapartida, la deuda pública y los bonos corporativos Investment Grade (IG) se han descubierto como las mejores alternativas, con rentabilidades globales en el entorno del 8%, según los datos recogidos en un informe de UBS.

En un contexto de tipos de interés deprimidos en las principales economías, la deuda pública mundial ha roto todos los pronósticos. Así, frente a una rentabilidad del 1,2% que el consenso de analistas preveía hace un año, ha obtenido un rendimiento del 8%. Por su parte, los bonos Investment Grade también han hecho malas las previsiones y se han anotado una ganancia ligeramente por encima del 8% en el año, muy por encima del 1,5% proyectado inicialmente.

Mientras, los bonos High Yield, de alta rentabilidad, han tenido un comportamiento mucho peor que lo estimado, al rendir el -0,5%, frente al 3,5% previsto, como consecuencia de la "fuerte subida de spreads". Los bonos emergentes tampoco han cumplido las expectativas al crecer el 3% y no el 6% que calculaban los expertos a finales de 2013. En cuanto a los hedge funds, su evolución ha sido "decepcionante", con una rentabilidad negativa del 3%, frente a un crecimiento estimado del 1,5%.

La renta variable de los países emergentes, por su parte, ha caído un 2%, frente al crecimiento del 10% estimado hace un año.

En contraposición a la deuda pública y los bonos IG, la renta variable, muy golpeada en el último trimestre, se ha quedado muy lejos de las previsiones. En este sentido, las Bolsas de los países de la OCDE han avanzado, en conjunto, el 4%, frente al 9% proyectado para 2014. La renta variable de los países emergentes, por su parte, ha caído un 2%, frente al crecimiento del 10% estimado hace un año. Con respecto a las materias primas, el desplome del petróleo en la segunda mitad del año ha lastrado su rentabilidad global hasta el -8%. Una evolución, por tanto, mucho peor de lo esperado (+0,5%).

Para 2015, los analistas de UBS consideran que estará marcado "probablemente por la divergencia de las políticas monetarias y por los efectos asimétricos de la caída del petróleo". Asimismo, "en algún momento, los inversores se convencerán de que la reaceleración global se extiende y consolida, subirán los tipos de interés y las expectativas de beneficios empresariales".

De esta forma, la estrategia de inversión del banco suizo "sigue volcada en los activos corporativos, prefiriendo el crédito a la deuda pública, la bolsas de Estados Unidos y el dólar". Prevén, asimismo, que el barril de petróleo Brent repunte al final del ejercicio hasta el entorno de los 80 dólares.

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