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Mercados

Los inversores se lanzan a por las emisiones de deuda después del temor al 'Grexit'

El mercado de deuda

Los inversores tienen apetito y lo están demostrando cada vez que tienen una oportunidad. Durante los últimos meses, la tensión de las negociaciones en Grecia que desembocaron en la convocatoria del referéndum y la amenaza con la salida del euro había provocado un parón de las emisiones de deuda hasta que la calma regresara al mercado.

Y aunque la crisis helena está lejos de haber terminado, la firma del tercer programa de rescate parece cada vez más cerca y ha dejado de preocupar. Pese a que ahora se abre un paréntesis en las emisiones de deuda por la presentación de resultados empresariales y luego el mercado descansa por vacaciones, los inversores tienen ganas de aprovechar cualquier ocasión.

La emisión de Cellnex realizada el lunes, que colocó 600 millones de euros en bonos a siete años al 3,25%, demostró el alto grado de demanda que existe. La oferta prevista inicialmente era de 500 millones de euros, pero las peticiones ascendieron a 3.500 millones. Y en la subasta de Letras del Tesoro a tres meses celebrada ayer se adjudicaron 441 millones a un interés negativo del 0,050%, mientras que en la de Letras a nueve meses, se colocaron 3.745 millones al 0,079%, por debajo de la última emisión de este tipo.

El fuerte apetito del mercado es consecuencia de los vencimientos de deuda producidos durante los últimos meses que no se han podido reinvertir por la crisis helena

La semana pasada ya se pudo comprobar el interés de los inversores con la emisión de deuda senior a 3 años de Santander Consumer Finance, que colocó 1.000 millones con un cupón anual del 1,1%, pero que obtuvo una demanda de más de cuatro veces. Algo parecido a lo que ayer experimentó Ibercaja con la colocación de deuda subordinada a diez años por valor de 500 millones de euros a un tipo de interés del 5%, con una demanda del doble de la emisión. Y el Banco Popular emitió 1.250 millones de euros en cédulas hipotecarias a cinco años a un tipo de interés del 0,75%, con el doble de demanda por parte de los inversores también.

Fernando García, director de Mercados de Capitales de Deuda Corporativa de Société Générale CIB, explica que existe “un apetito muy fuerte en el mercado” como consecuencia de los vencimientos de deuda producidos durante los últimos meses que no se han podido reinvertir por la crisis helena. De hecho, al mismo tiempo que se conocían las medidas pactadas entre Tsipras y el Eurogrupo, en el mercado de deuda se notó esta voracidad en la construcción de los libros de órdenes de las emisiones de bonos, donde figuraban volúmenes de demanda muy altos.

García estima que incluso algunas emisiones previstas para después del verano se podrían adelantar a finales de agosto para aprovechar esta tendencia, si ninguna noticia trastoca estos planes y una vez que el tema griego parece encauzado de nuevo con un tercer programa de rescate a la vista.

“Muchas empresas decidieron aplazar sus emisiones por la dificultad a la hora de rebajar los precios debido a la volatilidad de Grecia. Pero ahora la solución a corto plazo que se ha planteado parece que ha reducido la incertidumbre y ha vuelto a animar a la comunidad inversora”, señala Joseba Granero, del servicio de estudios de Banca March.

Aunque la racha del primer trimestre, donde las compañías aprovecharon la posibilidad de financiarse a unos tipos bajos, probablemente no se repita de igual manera, la gran presencia de inversores internacionales demuestra que el interés por las emisiones corporativas y de deuda de entidades financieras ha vuelto.

Pero David Ardura, gestor de renta fija de Gesconsult, advierte del riesgo que corren los inversores al colocar su dinero en emisiones con tipos artificialmente bajos, sobre todo si el crecimiento de la economía europea se mantiene y la inflación empieza a repuntar. “Los tipos comenzarán a trastocar las carteras” entonces, subraya.

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