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Bhavnani: "Los que sacan el dinero de España se equivocan, mi sicav es de las más rentables porque invierto aquí"

Ram Bhavnani gestiona un enorme patrimonio personal y de toda su familia desde Canarias. Su presencia pasada en grandes corporaciones como el Banco Zaragozano o Bankinter y las enormes ganancias que obtuvo allí le convirtieron en un fenómeno mediático y financiero. Todo lo que tocaba lo convertía en oro, hasta que entró en Banco Popular bastante apalancado y la crisis le provocó fuertes pérdidas, que no tuvo reparos en reconocer. Después de un periodo de menor protagonismo, hace un llamamiento a apostar por España: “mi sicav es de las más rentables porque invierto aquí”.

Concretamente, la sociedad Laxmi, con 25 millones de euros de patrimonio, fue el año pasado la segunda más rentable de año, según datos de VDos Stochastics. Es cierto que su cartera está mayoritariamente invertida en deuda pública y corporativa española, y también tiene una pequeña parte en acciones españolas.

Pero también ha reorganizado recientemente su sociedad tradicional, Kalyani, la decimosegunda más grande de España conforme VDos, en la que hay otros 158 millones de euros. Sólo en el primer trimestre ganó un 7%. En ella hay un poco de todo: bonos del Tesoro, del ICO; incluso de la Generalitat valenciana, de La Caixa, de Telefónica, acciones, algo de cartera internacional…

Aunque lo más llamativo son los 54 millones colocados en depósitos de alta rentabilidad en cuentas de Bancaja, Bankinter, Sabadell, Banca Cívica (ahora integrada en La Caixa), Banco Popular y Cataluña Caixa. Dinero contante y sonante. Efectivo puro.

Bhavnani confirma que se trata de capital limpio, no pignorado. Aunque tiene una importante deuda bancaria por su apalancamiento en Popular y sus negocios inmobiliarios, afirma que “no tengo a préstamo las sicav”. Bhavnani ha hecho gala en repetidas ocasiones que una de sus prioridades es atender el servicio de la deuda y que nunca ha impagado.

El inversor, al que en días de vino y rosas apodaron el Warren Buffet español (apelativo que se ha aplicado a más de uno), señala que “es un drama que la gente se esté llevando el dinero de España. Si en lugar de haberlo retirado hubieran invertido en deuda, como he hecho yo, les habría ido muy bien”.

“Este es un gran país y va a salir adelante, pero si todo el mundo se lleva el dinero, no habrá futuro. Sería muy bueno que los ciudadanos hubieran colocado su ahorro en la deuda española. Nosotros hemos pedido créditos fuera para invertir en España. Como aquí no hay, lo hemos conseguido en EE UU, Alemania, Francia, pero todo ha sido para inversiones españolas”.

Sobre la situación económica, afirma que “el Gobierno está tomando buenas decisiones, lo que hace falta es que se paguen sueldos cada vez mejores y que el Ejecutivo ayude ofreciendo cifras y transparencia sobre lo que están haciendo”.

El banco malo le interesa

El pasado mes de mayo, Bhavnani decía en la publicación La Opinión de Tenerife que “me gustaría que el Gobierno creara una sociedad donde metiera inmuebles y así todos los inversores tuvieran la misma oportunidad de comprar la parte de esa sociedad que pudieran, que fuera un proceso transparente y en igualdad de condiciones para todos”. El ‘banco malo’ que el Gobierno negó una y otra vez y que anunció la semana pasada.

Una vez que ya se ha anunciado, ¿le gustaría invertir en él? “Hombre, habrá que verlo al detalle, pero todo dependerá de la valoración que se asigna a los inmuebles”. Una cuestión capital, que demuestra que sigue el asunto al detalle.

El inversor, cuyo despacho está en Santa Cruz de Tenerife, es todo un poder fáctico en Canarias. A finales de 2007 lanzó la sociedad Cartera de Inversiones Canarias, existente todavía y bajo la gestión de Banco Madrid. Era un proyecto ambicioso, con el que pretendía captar inversores de las islas para beneficiarlos de su gestión.

Pero su lanzamiento no pudo ser más desafortunado: se registró en noviembre de 2007, justo en el momento del estallido de la crisis financiera. Levantar dinero en esas condiciones era imposible y la buena rentabilidad tampoco pudo ser un buen señuelo. Ahora, duerme el sueño de los justos, con menos de 5 millones de euros de patrimonio que, sin duda, habrán sido aportados en su mayor parte por el grupo indio.

Ram Bhavnani, hombre de profundas creencias religiosas, practicante del hinduismo, disfrutaba entonces de su mejor momento. Poco antes había presentado su libro “Los secretos para invertir en Bolsa”, a cuya presentación asistió lo más granado.

El mito se derritió cuando se comprobó que perdía en Banco Popular alrededor del 50% de una inversión, de la cual, alrededor de un tercio estaba apalancada. El millonario que empezó de tendero; que invertía donde veía valor y de manera estable, atrapado por usar técnicas de constructor. Reconoció las pérdidas, se dedicó a pagar a los bancos y juró que no volvería a emplear estas prácticas.

Además de las fuertes minusvalías, su desaparición de las grandes operaciones se acentuó por el fallecimiento de un familiar cercano. Pero de nuevo está al pie del cañón (en la conversación, tenía tiempo para hacer comentarios casi en tiempo real sobre la colocación de Telefónica de bonos al 6%) y lanza un mensaje a los que sacan el dinero: “inviértanlo aquí, si lo hago yo que soy de fuera…”. 

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