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Récord de deuda pública en manos de los bancos: 200.000 millones en octubre

La exposición de la banca española a la deuda pública se ha disparado a niveles récord. Los últimos datos publicados por el Tesoro muestran que en octubre el sector adquirió en 5.034 millones de euros en bonos y letras, una cifra que sitúa la cartera registrada (la cartera a vencimiento ajustada de operaciones temporales y simultáneas) en 197.185 millones de euros. En los últimos 12 meses los bancos españoles han pasado así de tener una exposición de 65.932 millones de euros a la deuda del Estado a controlar casi 200.000 millones, una cifra nunca vista. Y solo este año las compras totales realizadas por los bancos alcanzan ya los 102.807 millones de euros, lo que ha servido para compensar en gran medida las ventas de 71.831 millones realizadas por los inversores extranjeros en ese periodo.

“No es una buena señal porque sabemos que la banca española está detrás de la contención de la prima de riesgo y el crédito sigue sin circular”, explica Joaquín Maudos, Investigador del IVIE y profesor de la universidad de Valencia.

Romper el vínculo entre el riesgo bancario y el riesgo soberano, clave para acabar con la crisis, se posterga así en el tiempo. El Estado continúa dependiendo de la banca para colocar su deuda, al tiempo parte del sistema financiero necesita ayuda pública para cubrir sus necesidades de financiación. Un círculo vicioso que se ha visto agravado por el retraso en la creación de la unión bancaria europea y las dificultades del Gobierno español para lograr el visto bueno de sus socios a la recapitalización directa de la banca por parte del fondo de rescate.

El peso de la banca en la financiación del Estado, por tanto, sigue siendo clave a pesar de que  el ritmo comprador de las entidades españolas ha disminuido desde principios de año. La lluvia de dinero obtenida por los bancos en las subastas a tres años realizadas por el BCE en diciembre de 2011 y febrero de 2012, cerca del billón de euros, provocó una auténtica avalancha  compradora en los primeros meses del ejercicio. Entre diciembre de 2011 y marzo la exposición de la banca pasó de los 94.378 millones los 170.611. Y es que la banca encontró en las compras de deuda  una actividad muy rentable. Pedir prestado al BCE al 1% (hoy 0,75%) y adquirir bonos con rentabilidades sustancialmente superiores (la rentabilidad del 10 años ronda el 5,2%) permiten al sector hacer patria y al mismo tiempo dar impulso a la cuenta de resultados en un momento en el que el negocio tradicional vive horas bajas.

Con todo, una vez pasados los efectos de las subastas del BCE la banca ha seguido adquiriendo deuda. En abril y mayo, de hecho, redujeron su exposición para después retomar las compras en junio con menor intensidad. Una actitud que ha llevado a la banca española a controlar el 33,47% de la deuda del Tesoro, según los últimos datos publicados, solo por detrás de los extranjeros, grupo que posee 209.608 millones de euros, el 35,4% del total.

Los inversores extranjeros, al contrario que la banca española, han reducido su exposición a la deuda pública este año. Ha pasado de controlar 281.439 millones de euros a finales de 2011 a tener unos 209.608 millones. En octubre redujeron ligeramente su exposición, en unos 630 millones de euros, después de que el mes anterior aumentaran sus posesiones en más de 18.000 millones de euros y pusieran así fin a nueve meses consecutivos de ventas por el efecto balsámico causado por el plan de compra de bonos anunciado por el BCE.

El mercado lleva meses esperando la intervención del BCE en el mercado de deuda. En septiembre anunció que adquirirá deuda en plazos cortos, hasta tres años, siempre y cuando el país interesado solicite asistencia a los socios comunitarios. España se resiste a pedir ayuda y eso frenó el apetito de los extranjeros en octubre. Los expertos, de hecho, no dan mucho importancia a las ligeras ventas que se produjeran ese mes y aseguran que sigue habiendo mucho apetito por el riesgo español. “En noviembre los inversores extranjeros entraron de forma muy activa en las subastas de deuda. Hay muchos inversores que han optado por vender deuda en los plazos más cortos y apostar por bonos a más largo plazo al retrasarse la petición del rescate”, explica Javier Casal, de Ahorro Corporación. 

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