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Economía

Los jubilados pasan al Estado la factura más cara de la historia tras un año de protestas

Los pensionistas vizcaínos realizan su concentración semanal en demanda de unas pensiones públicas dignas.

Se cierra el año en el que los jubilados decidieron salir a la calle para luchar por una "pensión digna". Han pasado 365 días en los que los 'antiguos trabajadores' españoles han pedido un aumento de su 'paga' y la derogación de la reforma del año 2013

Este jueves, el ministerio de Trabajo ha hecho públicos los datos del gasto mensual en pensiones de diciembre y la cuantía ha superado por primera vez los 9.300 millones. Si ponemos el foco solo en el gasto que suponen los jubilados, esta cifra alcanza los 6.639 millones, más del 70% del total.

Si se echa vista atrás, y se compara con lo que costaba pagar estas mismas pensiones hace 10 año, la cifra es bastante curiosa. Los jubilados costaban al mes 4.100 millones de euros, un 60% menos que a cierre de este mes. 

Dentro del total de pensionista, es esta categoría en la que el aumento es más grande. Los de incapacidad permanente cuestan un 23% más; la viudedad, un 34% más y orfandad, un 56% más. El total se salda con una subida del 50%. 

Y es que el sistema español es uno de los más generosos. Es un sistema contributivo y de reparto en el que los trabajadores y empresas de hoy financian a través de las cotizaciones que pagan al sistema las pensiones de hoy y esperan recibir esa misma solidaridad en el futuro. Eso sí, la contribución que se hace a lo largo de la vida laboral es bastante menor que la pensión que se recibe luego.

Las nuevas pensiones suben hasta los 1.303 euros

La pensión media de los que entran aun está por encima de los 1.300 euros, a pesar de que se ha moderado en los últimos años.

Rafael Domenech, responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research explica que 2018 será recordado como el año en que se puso en suspenso la reforma del 2013, en lo referido a la entrada en vigor del factor de sostenibilidad y por la propia revalorización de las pensiones, sin poner en marcha ninguna medida que pudiera compensar la presión del gasto que supone volver a revalorizarlas con la inflación. 

Este movimiento político ha provocado que las pensiones que a principio de año crecían al 3%, ahora lo hagan al ritmo de un 5%. Lo que supone una "presión enorme, en un contexto en el que el empleo comienza a desacelerarse y no sirve para cubrir el déficit", argumenta el experto. 

El que las pensiones nuevas sean más caras de mantener es una presión que va a continuar, destaca Domenech, ya que siguen entrando con un déficit en el sistema y sin haber cotizado lo suficiente como para financiar todo los derechos pensionables de la jubilación. 
De media entran con un déficit superior al 30%. Con la reforma del 2011 se consiguió reducir hasta el 28%, pero aún así es insuficiente para poder ligarlas desde su entrada al IPC.
Lo ideal es que el sistema de pensiones permita que una vez estén asentado se revaloricen con la inflación, pero para que eso suceda hace falta tomar medidas compensatorias y reducir el déficit con el que entran 

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