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Economía

El jefe de inspección del Popular auguró un ‘buen 2017’ para el banco

BCE

El BCE y Banco de España confiaban en que el plan estratégico de Ángel Ron enderezara el vuelo de Banco Popular. Así se desprende de la última visita del equipo de inspección al consejo de la entidad española, en noviembre de 2016, según las actas a las que ha tenido acceso Vozpópuli.

En dicha reunión, la voz cantante la llevó Ignacio Pardo, coordinador del JST (Join Supervisory Team, equipo que combina inspectores del BCE y el Banco de España), que declara el martes en el Congreso de los Diputados.

"Destaca que 2016 no ha sido un año fácil para el banco y que esperan que 2017 no sea tan difícil como este año dado que esperan que el banco realice sus mejores esfuerzos", señaló Pardo ante el consejo, según reflejó el secretario en las actas.

"Buen trabajo"

"Después de las medidas adoptadas por el banco en los últimos tiempos (la ampliación de capital, la restructuración interna y la reducción de los NPAs [activos problemáticos]) la perspectiva es más positiva que el año pasado", añadió minutos después.

El Banco de España y el BCE confiaban en el plan de Ron tras la ampliación de 2.500 millones, y con estas últimas declaraciones daban a entender que la perspectiva para mejorar el perfil de riesgo de la entidad había mejorado.

El BCE acaba de detectar un agujero de provisiones de 1.500 millones en los créditos y tenía en marcha una inspección sobre la cartera de los adjudicados

Popular se encontraba encasillada en el perfil de riesgo medio-alto con perspectiva más hacia el riesgo alto que el medio. En la clasificación del BCE, eso implicaba una nota de riesgo de 3,5 sobre 5, aunque en la realidad el regulador sólo usa hasta el 4 ya que el 5 implica la intervención. 

En la reunión del consejo, Pardo también explicó los principales retos del Popular a finales de 2016: "El elevado volumen de activos improductivos y su impacto en la rentabilidad"; "la visión del riesgo"; la escasa "independencia de los administradores y la conveniencia de continuar con el proceso de diversificación"; "incumplimientos de menor calado en aspectos procedimentales normativos"; y ciertos "requerimientos de capital con respecto a Banco Popular Portugal".

Agujero detectado

Se da la circunstancia de que el BCE acaba de detectar un agujero de provisiones de 1.514 millones en la cartera de créditos problemáticos y había iniciado una inspección de los adjudicados que nunca terminó. El resultado preliminar de la misma daba fruto a dotaciones por 2.250 millones, según anunció Emilio Saracho en el último consejo antes del rescate de la entidad.

El regulador europeo también había detectado presuntas malas prácticas en la condonación de 220 millones de deuda a la sociedad Gestión de Activos Castellana 40 (GAC 40), que se trató en el mismo consejo al que acudió Pardo. En el mismo, los consejeros reconocieron que esta operación se saltó el procedimiento, pero sin perjuicio para el banco.

Tras la visita de Pardo y el resto del equipo del BCE al Popular, el siguiente mes se hizo oficial la salida de Ron y se desató una oleada de desconfianza hacia el banco, que le llevó poco a poco hasta la resolución. Hay quien sostiene que fue solo una crisis de liquidez, y otros -la mayoría- que el banco se encaminaba hacia una gran crisis de solvencia, que en aquel momento no se veía venir en el consejo de administración ni el regulador.

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