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Economía

Los informes macroeconómicos empiezan a recoger el riesgo de elecciones tras el fracaso de los PGE

Pedro Sánchez en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Gobernar con 84 diputados no es fácil. Los servicios de estudios y las agencias de calificación lo saben y empiezan a recoger el riesgo de que la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa a través de una moción de censura acabe en unas elecciones generales antes de lo previsto. La agencia de rating Axesor ha sido la primera en hacer el aviso: la clara minoría en que se encuentra el Gobierno hace difícil evitar un escenario de nuevas elecciones.

Y es que el equipo socialista tiene que sacar adelante los Presupuestos si quiere seguir gobernando y, sobre todo, si quiere llegar al año 2020. De momento no ha sido capaz ni de conseguir los apoyos necesarios para aprobar los objetivos de estabilidad y el techo de gasto, el primer paso para elaborar unas cuentas. Eso sí, la situación ha mejorado en las últimas semanas y parece que las negociaciones avanzan, aunque solo con Unidos Podemos. Y los votos de la formación morada no serán suficientes.

El Gobierno y Unidos Podemos se han sentado a negociar el Presupuesto sin techo de gasto. Y lo cierto es que han dado algunos pasos al frente, al ponerse de acuerdo para modificar la Ley de Estabilidad, asegurar que las pensiones suben lo mismo que el IPC en 2018 y 2019 y hacer algunas subidas de impuestos, incluso una en el IRPF que grave a las rentas que superen los 150.000 euros.

¿Pero serán capaces de sacar adelante las cuentas? Lo cierto es que aunque lleguen a un acuerdo presupuestario global, el Ejecutivo aún tendrá que sumar los apoyos de casi todos los grupos que secundaron la moción de censura: PNV, PDeCAT, ERC, Bildu, Nueva Canarias y Compromís. Al PP le costó sangre, sudo y lágrimas sacar adelante las cuentas de 2018 y contaba con 134 diputados, así que la cosa no pinta demasiado bien.

Axesor, además, ha rebajado dos décimas su previsiones de crecimiento para 2018 y 2019

Y por eso los organismos económicos empiezan a recoger el riesgo de que se celebren unas elecciones generales más pronto que tarde. De hecho, la agencia de rating ha rebajado dos décimas sus previsiones de crecimiento para España para 2018 y 2019: espera que el PIB crezca un 2,7% este año y un 2,4% el año que viene. El empleo, además, se moderará bastante y crecerá solo un 2,3%, cinco décimas por debajo de la cifra de 2017. 

¿Por qué se han revisado las cifras? Porque el consumo privado y las exportaciones se están comportando peor de lo que se había previsto. Aún así, el diferencial de crecimiento seguirá siendo favorable para España  respecto a la zona euro, que crecerá un 2,1%.

El déficit, por su parte, cerrará el año en el 2,8%, una décima por encima de lo reconocido por el Gobierno, pero lo suficiente como para que España deje atrás el procedimiento de déficit excesivo y deje estar bajo la estrecha tutela de Bruselas. Y es que, según Axesor, la recaudación se va a comportar bien a pesar de las rebajas fiscales de los Presupuestos de 2019.

Nuevos ajustes

A pesar de la moderación del déficit, la agencia de rating, cree que el Gobierno tendrá que hacer un importante ajuste estructural tras los compromisos que ha ido asumiendo, como indexar las pensiones al IPC, aumentar la financiación para las CCAA o eliminar copagos farmacéuticos. Y los nuevos impuestos que pretende el Gobierno no llegarán a tiempo.

Finalmente, Axesor avisa también del estancamiento de la productividad en España por la capacidad que tiene ahora la economía de crear empleo creciendo menos que antes. Y es que, según Axesor, la economía española es mucho más volátil que el resto de economías de su entorno. Y no es procíclica, lo que hace que  aumente en las recesiones y no en las expansiones, como pasa en otros países.  

Recomienda mejorar la regulación de los mercados de productos y de factores para impulsar el cambio de modelo

Y hay una razón: el ineficiente funcionamiento del mercado de trabajo. Así, cuando se entra en recesión el ajuste en España se hace despidiendo trabajadores, mientras que en el resto de países se intenta mantener el empleo para evitar los costes asociados de despedir y volver a contratar y formar trabajadores y, en todo caso, se reparte el empleo reduciendo las horas trabajadas.

Si echamos la vista atrás, el crecimiento de la productividad en España en el conjunto del periodo 1995-2017 ha sido realmente modesto, solo  Italia tiene peor historial. Y si nos fijamos en lo que está pasando ahora, vemos que los últimos datos del INE arrojan un avance interanual nulo en la productividad por hora efectivamente trabajada en España en el segundo trimestre de 2018.

Tras avisar de este desequilibrio, la agencia de rating recomienda al Gobierno poner el foco en la mejora en la regulación de los mercados de productos y de factores, algo que considera una condición necesaria para que mejore la productividad y la economía española cambie el modelo productivo. 

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