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Economía

La inacción del Gobierno en pensiones cronifica el déficit de la S.Social: no bajará en 2018

La ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio durante el Pleno del Congreso.

España saldrá del procedimiento de déficit excesivo este año, pero el desfase de las cuentas seguirá en el 2,7% del PIB. Las comunidades autónomas y las corporaciones locales van a registrar una buena evolución en 2018, pero el Estado y la Seguridad Social no cumplirán sus metas. Es más, el desfase de la caja común con la que se pagan las pensiones está empezando a cronificarse y repetirá la cifra del 2017.

Según las últimas estimaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), la Seguridad Social acabará el año con un déficit del 1,5%, la misma cifra que registró un año antes. ¿El motivo? La subida de las pensiones incluida en los Presupuestos no permitirá ajustar los números rojos de este subsector, a pesar de que los ingresos por cotizaciones se están comportando mejor que en 2017.

Los jubilados vieron en enero como su nómina subía, de forma generalizada, un 0,25%, el mínimo legal que marcaba la casi sentenciada reforma de 2013. Al elaborar los Presupuestos, cuando aún gobernaba el PP, Mariano Rajoy propuso una subida mayor, hasta del 3%, para las pensiones no contributivas y las más bajas, así como una mejora de la base reguladora de las pensiones de viudedad del 52% al 54%.

Para sacar adelante el Presupuesto, el Gobierno del PP acabó subiendo todas las pensiones un 1,6% 

Cuando llegó el momento de sentarse a negociar, el PP tuvo que ceder a la presión del PNV para asegurar el Presupuesto con una subida generalizada del 1,6% para todas las pensiones y una mejora adicional de la base reguladora de las de viudedad al 56%. La idea era que esa subida fuera en línea con el IPC, pero parece que se va a quedar corta.

De hecho, el Gobierno socialista, que está negociando los Presupuestos de 2019 con Podemos, ya se ha comprometido con la formación morada a compensar a los pensionistas en enero si finalmente la subida no llega al IPC, lo que podría costar más de 500 millones, puesto que todos los analistas sitúan los precios al final de año cerca del 2%.

En cualquier caso, esa subida es la que va a empezar a presionar al alza el gasto del sistema en la segunda parte del año e impedirá cualquier tipo de ajuste en las cuentas de la Seguridad Social. Hace meses los expertos esperaban cierta mejora del desfase por la buena evolución de las cotizaciones gracias el empleo. Pero no va a ser posible. La subida de pensiones se comerá el aumento de la recaudación. Y el déficit seguirá rondando el 1,5%.

Un futuro complicado

Quizá lo peor de todo es que las cosas no pintan bien de cara al futuro. El empleo ha empezado a mostrar ya claros síntomas de desaceleración tras registrar en agosto los peores datos en muchos años: el paro se anotó la mayor subida desde 2011 y el empleo la mayor caída desde 2008. Son cifras preocupantes que van a reflejarse sin duda en la evolución de los ingresos por cotizaciones.

Y el PSOE quiere volver al IPC como mecanismo de actualización, lo que seguirá presionando al alza un gasto que está en niveles máximos. En julio, de hecho, superó por primera vez la barrera de los 9.000 millones al mes y en agosto se disparó un 5% por la entrada en vigor de la subida de pensiones de los Presupuestos. Si se vuelve definitivamente al IPC, veremos como esta variable sigue creciendo de forma exponencial en los próximos años.

Curiosamente, desde Bruselas piden justo lo contrario. De hecho, se enfadaron considerablemente cuando el Gobierno del PP reculó con la reforma de 2013, tan aplaudida por las autoridades comunitarias y que, según los cálculos del propio Ejecutivo del PP, estaba logrando contener el gasto en pensiones. En concreto, la pensión media había pasado de crecer a un ritmo del 3,5% en 2012 a hacerlo un 1,9% en 2017. Es decir, un 45% menos.

De una cosa no hay duda, si la reforma ha sido capaz de contener el gasto desde que entró en vigor ha sido gracias al índice de actualización que sustituyó al IPC, puesto que el factor de sostenibilidad ni siquiera ha llegado a aplicarse. Las pensiones han subido el mínimo que marcaba la norma, un 0,25%, entre 2014 y 2017 y eso es justamente lo que ha contenido el gasto del sistema estos años.

Aunque también hay que tener en cuenta la reforma que hizo José Luis Rodríguez Zapatero en 2011, lo cierto es que el IRP ha sido el gran elemento corrector hasta ahora. Es más, la reforma de 2013 entera, por dura que fuera, aseguraba una firme contención del gasto en pensiones. Según las cifras del Banco de España, el ajuste iba a rondar casi los 4 puntos de PIB en el año 2040. Y casi todo vendría a través del IRP (casi 3 puntos). El factor de sostenibilidad añadía solo un punto adicional. Hoy esa reforma ya es historia.

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